A los médicos en su día
En América, el Día del Médico fue decretado en el Congreso Médico reunido en Dallas (Texas) en 1933, en homenaje al nacimiento del doctor Juan Carlos Finlay, médico investigador, nacido en Puerto Príncipe – Cuba en 1833, y quien confirmó la teoría de “ La propagación de la fiebre amarilla a través del mosquito”, presentado en la Academia de Ciencias de la Habana el 14 de agosto de 1881, abriendo así un camino en el progreso médico en la América tropical. De hecho él descubrió que la fiebre amarilla era trasmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti e inventó una cura segura para la enfermedad.
De esta forma facilitó la evolución de la construcción del canal de Panamá debido a que muchos obreros morían a causa de esta enfermedad.
Hipócrates a comienzos del siglo V a.c. escribió un juramento que define el origen y la base de la profesión médica. Este día sirve para reflexionar y pensar sobre lo que puede mejorarse y que no debe cambiar acerca del desarrollo de la actividad médica diaria.
La profesión médica actualmente está viviendo grandes avances a nivel tecnológico y científico (genoma humano, ingeniería genética, biología molecular), que actualmente están aclarando la etiología de diversas patologías, así como el diagnóstico y tratamiento específico de éstas. Se está experimentando en los últimos años un cambio poblacional, con un aumento importante en el número de pacientes geriátricos que ha condicionado un cambio en el tipo de la patología y en el manejo de este grupo de pacientes.
La figura del médico ha sido cambiante durante toda la historia de la medicina, al igual que las técnicas de su práctica. Hoy en día existe un paciente más informado y con un médico que sabe que el paciente conoce su enfermedad con más criterio, y que exige participar activamente en las decisiones relacionadas con su patología.