Narcoguerra en Rosario: Acribillan a «Javito», integrante de Los Monos, de 18 balazos
Se aviva nuevamente la llama de la guerra narco en la ciudad cuna de la bandera. Javier Aníbal Monzón «Javito», integrante de la banda de Los Monos, fue rociado a balazos en la jornada de ayer.
Un joven de 19 años fue acribillado ayer por la tarde en zona sudoeste apenas descendió del vehículo que manejaba y en el que iba con su mujer, la hermanita de ella, de ocho años, y una pareja amiga con una nena de tres. Sus atacantes abrieron fuego desde otro auto, en el que huyeron, chocaron y abandonaron a pocas cuadras. La Policía contó 18 agujeros de bala en el cuerpo de Javier Aníbal Monzón y más de diez en el auto que conducía. Otros dos muchachos resultaron heridos, uno de gravedad. Javito era investigado por varios hechos de sangre vinculados con la banda Los Monos, entre ellos el homicidio del Luis Ángel Bassi, padre del sindicado mentor del crimen de Claudio “Pájaro” Cantero. No obstante su abogado aseguró que su cliente había saldado deudas con la Justicia tras ser desvinculado de esa causa, al no ser reconocido en rueda de personas. En abril pasado, había sobrevivido a tres balazos en el pecho.
Su mujer, Iara, de 18 años, contó con estupor cómo acribillaron a su pareja, con la que hacía cuatro años convivía, frente a sus narices y sin reparo por las niñas que viajaban en el vehículo: “Vinimos a visitar a un amigo. Él se bajó del auto y yo esperé arriba con mi hermanita. Apenas se bajó a hablar con el amigo, frenó un auto claro con vidrios polarizados y empezaron a disparar desde adentro. Javito me gritó que nos tiremos al piso y corrió hasta una chata que estaba estacionada. Ahí uno se bajó, lo siguió y le dio un tiro en la pierna. Cuando cayó le descargó un montón de tiros”.
El crimen ocurrió pasadas las 17 de ayer frente a la casa ubicada en Madre Cabrini 2732 B, donde por varias horas los vecinos pudieron ver el Volkswagen Gol rojo donde viajaba la víctima con más de diez impactos del lado del conductor, y el cuerpo ensangrentado del joven tendido en la vereda.
Su mujer dijo que vio bien al joven que acribilló a su marido, no así a los demás ocupantes del vehículo en que se movilizaban. “El pibe que lo corrió estaba encapuchado, con campera negra, visera blanca y un diente de lata. Yo no lo conocía, pero de su cara no me olvido más. Se va a pudrir en la cárcel”, dijo Iara parada al lado del cadáver de su pareja, cuyo apodo lleva tatuado en un hombro: “Javito vivo por ti y para ti”.
Para la joven, lo estaban esperando porque solían visitar seguido a Lucas, el amigo con el que se bajó a hablar Javito, quien también recibió un disparo en la cabeza y se encontraba grave en el Heca. Otro muchacho, que al parecer tomaba una gaseosa en la vereda, también resultó herido.
“Lo estaban esperando acá. Veníamos siempre a ver al amigo de él. Fue todo muy rápido, en dos minutos. Cuando le grité que le deje de disparar me tiró un tiro, pero no me hirió. Cuando me levanté para ir a buscarlo, lo di vuelta y ya vomitaba sangre por la boca y la nariz. Ahí vi que tenía un tiro en la cabeza también”, siguió.
El hecho es investigado por la fiscal de Homicidios Dolosos Marisol Fabbro, quien ayer no fue a la escena del crimen pero envió a parte de su gabinete de la PDI. Aunque no trascendieron muchos datos oficiales, algunos policías dijeron que se especulaba que en la balacera se haya utilizado una ametralladora calibre 9 milímetros o más de un arma. Algunas fuentes dijeron que al menos se dispararon 28 plomos.
En tanto, a ocho cuadras del lugar del crimen, en Sánchez de Bustamante y Francia, colisionó el auto atacante y quedó abandonado. Un tercer vehículo secuestrado en Guatemala y Urquiza, en zona noroeste, estaba siendo investigado, porque se presume que tras la primera colisión los homicidas huyeron en otro auto.
El abogado del joven acribillado, Marcos Cella, remarcó que la Justicia tiene muchas pistas para esclarecer el homicidio, entre ellas el vehículo abandonado a minutos del crimen, donde por lo menos pueden sacar huellas dactilares: “Espero que la Fiscalía investigue tan intensamente esta muerte como lo investigaron a él”.
Javito estuvo nombrado como uno de los autores del crimen de Hugo Fizzani, ocurrido en abril de 2012 en San Martín y Platón, cuando tenía 15 años y por lo tanto no era punible.
Sin embargo, el apodo Javito comenzó a resonar en las crónicas policiales cuando se lo señaló como uno de los autores del crimen del padre de Luis “Pollo” Bassi. Luis Ángel Bassi fue asesinado a tiros el 22 de octubre de 2014 en Villa Gobernador Gálvez. Ese homicidio fue tabulado como parte de una saga de venganza que alcanzó la cifra de una docena de muertes. El móvil fue el asesinato del Pájaro Cantero, ocurrido en mayo de 2013. El Pollo está acusado como instigador del crimen del líder de los Monos y fue el que sufrió mayores represalias, porque además de su padre también asesinaron sus dos hermanos.
El 23 de abril pasado, Javito fue atrapado luego de ser baleado cuando iba en un remís por bulevar Oroño y Lamadrid. El muchacho de 19 años recibió al menos tres proyectiles en el pecho y el remisero fue herido en las piernas, la ingle y el brazo izquierdo. Para el 26 de ese mes, Javito ya estaba imputado por el delito de homicidio calificado por alevosía y por el uso de arma en perjuicio de Bassi padre, abuso de armas con resultado lesiones leves, respecto del acompañante del padre del Pollo, y portación de arma de guerra. Le dictaron prisión preventiva por 30 días que fue prorrogada hasta el 26 de junio, cuando consiguió la prisión domiciliaria. Según su abogado, no había pruebas para inculparlo, ya que se hizo una rueda de reconocimiento que dio negativo. Por el caso del padre del Pollo, otro apodo que surgió fue el de Diablito. En noviembre de 2014, detuvieron a Pablo A., de 23 años. Fue imputado por el homicidio aunque en marzo fue liberado, ya que tampoco los testigos lo reconocieron. Doce días después de recuperar la libertad, fue baleado en barrio Industrial y quedó hemipléjico. (El Ciudadano)
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Foto cuerpo del texto: Cortesía Rosario Alerta