Murió la renombrada escritora Alma Maritano
Atrapó a generaciones de niños y adolescentes con sus cuentos y novelas como “Vaqueros y trenzas” y “El Visitante”. También fue docente y le dio vida al Taller Literario Julio Cortázar.
Fue narradora y novelista. Atrapó a generaciones de niños y adolescentes con sus cuentos y novelas. Sin embargo, a Alma Maritano la docencia la marcó como otra de sus vocaciones fundamentales: no sólo fue profesora, sino que además, abriendo las puertas de su casa, le dio vida al Taller Literario Julio Cortázar, por el que pasaron otras tantas generaciones de talleristas a lo largo de 30 años. A los 78, Alma murió luego de una enfermedad que la obligó a internarse en varias oportunidades. Ayer, la autora de “Un globo de luz anda suelto” no amaneció. Su cuerpo será inhumado hoy en el Cementerio Jardín de Ibarlucea.
Hija única, había nacido en la localidad santafesina de San Genaro el 9 de octubre de 1937. En Rosario estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), de donde egresó. Era viuda y tenía dos hijos, Gabriel y Jimena, y tres nietos: Violeta, Juan y Carmen, con quien compartía su pasión por la música y la ópera.
A partir de los años 60 había sido profesora de español, literatura y latín; y retomó la docencia con la apertura del Taller Julio Cortázar —uno de sus escritores predilectos—, un espacio donde formó en la escritura a miles de mujeres y hombres que pasaron por su departamento en las más de tres décadas en que lo dictó.
Obras. Como narradora, cuentista y novelista tuvo una trayectoria reconocida a nivel nacional e internacional. Los chicos y adolescentes fueron los principales destinatarios de sus libros, que llegaron a las aulas de todo el país.
“Un globo de luz anda suelto”, editado en 1978, recibió la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade). A esto le siguió la saga “Vaqueros y Trenzas”, “El visitante” y “En el sur”, todos con Rosario como escenario de las historias y donde narró la vida de sus personajes desde su infancia y adolescencia hasta la vida adulta. Además hubo cuentos y obras de teatro, “El Fantasma del tranvía”, “La plaza embrujada” y “El número tres”.
Si bien ya había escrito obras para adultos, como “La cara de la infidelidad” y “Lagartos al sol”, uno de los quiebres en su trabajo llegó en 2006, cuando presentó “Las Bufonas”: un texto basado en la vida y el crimen de Sandra Cabrera. “Trata un problema de género, como la prostitución femenina, a partir de un crimen impune. Trata la prostitución del cuerpo social, de la política, de la cultura, de la economía”, había contado.
“Fue verdaderamente un alma, una muy buena escritora y cuentista, una mujer de una personalidad exquisita”, la recordó ayer su colega y amigo Jorge Riestra.
Amigo portugués. Alma Maritano tuvo el privilegio de tener entre sus amigos al portugués José Saramago y su esposa, Pilar, con quien siguió en contacto tras la muerte del Premio Nobel. Tal fue así que durante su visita a Rosario para el Congreso de la Lengua, en 2004, Alma fue la anfitriona de una cena en su casa donde participaron algunos de sus talleristas. (La Capital)