Último fin de semana de «Gol de oro» en la ciudad
La obra que retrata casi a modo visionario, el viraje político y social hacia la derecha. Dramaturgia escrita por Miguel Franchi, y llevada a la escena por el director Matías Martínez, con quien hablamos en la víspera de este último fin de semana de funciones
Hemos oído más de una vez que la realidad supera la ficción casi a modo de sobredimensionamiento de las cosas. Bueno, en este caso particular, estamos ante la presencia de una comedia que fue sufriendo una metamorfosis provocada por una realidad que se lo pedía a gritos. Es decir, hay una ficción que se vio reflejada en un contexto que inclusive fue cómplice de nuevos aportes y de darle re significación a la trama.
La idea ha tenido aceptación y una buena respuesta por parte del público, sin importar que la misma haya cambiado de escenario con motivo de su llegada a distintos distritos municipales. Esa otra pata del teatro, que es el espectador, genera un ida y vuelta que actúa como efecto dominó en darle vida y espontaneidad a lo que sucede sobre las tablas.
El director ha logrado, encarnar una historia con una impronta local, y que además, esté enmarcada con el correlato actual. Con un título que desde el vamos denota una característica fehaciente del capitalismo más salvaje, la subsistencia del más fuerte, el todo o nada.
Martínez hace una introspección de la obra y de sus sensaciones previo a estas últimas tres funciones en el Teatro la comedia, viernes 27 y sábado 28 a las 21hs, y el domingo a las 20hs…
¿Qué intencionalidad aportaste a la trama?
Lo que más me interesó cuando leí la obra de Miguel Franchi fue la mirada apocalíptica sobre un futuro rosarino. En ese sentido lo que él plantea (que yo lo reforcé desde la puesta en escena) es esa cuestión en la cual hay cuatro sectores divididos y que pretenden llegar a un acuerdo. Hay algo que aporté, que creo no estaba especificado y tiene que ver con a dónde era, lo que se me ocurrió fue un túnel que está debajo al Monumento a la Bandera.
A mí me interesó mucho esa mirada localista, que creo que no hay muchas obras con esa referencia local. El aporte que yo le hago a esto, junto con un equipo, es ponerle nuestra impronta.
¿La connotación política la pensaste desde el vamos?
De alguna manera el texto de Miguel pedía esa bajada política y social. Yo creo que hice cierto remarque de algunas cuestiones políticas, ya que justamente se daba todo en un marco donde la ciudad y la provincia podían ser copadas por el Pro. De esa forma yo le di una vuelta, para que tenga un diálogo más concreto con la realidad. Están las dos cuestiones fundidas, tanto lo social como lo político, aunque más allá de los contenidos, yo creo que en lo formal, el teatro siempre es político.
¿Cómo influyó en la obra el desenlace de la realidad?
Desde que nosotros estrenamos, y con esta cuestión de las elecciones, la fuerza que cobró la obra fue extraordinaria. Inclusive nos hemos tomado algunas licencias de agregar ciertos temas con el tema del balotagge, y otras perlas que tenemos pensado agregar con el triunfo de la derecha. En ese sentido el texto de Franchi fue visionario.
¿De qué manera fuiste viendo la evolución a lo largo de las presentaciones?
Sucede que una obra se termina de cerrar con la presencia del público. El público es lo que de alguna manera le termina dando vida, es el que la da esa fuerza de ida y vuelta. Hay algo que no se ve nunca en los ensayos, y hasta que ciertas cuestiones no las probas frente al público, al obra no está totalmente definida. Siempre es distinto el público, eso es lo vital del espectáculo, por eso hasta que no se presenta en público, no se termina de rubricar nunca. Hay cosas que están ocultas en el espectáculo que solo salen a la luz con la mirada del espectador.
Metamorfosis en la obra
La obra se va motoformoseando permanentemente, es como si los actores empezaran a moverse como peces en el agua con la presencia del público. Y esta cuestión de cómo se fue re significando la realidad hizo que la obra tome mucha fuerza. Hay algo muy potente en la gente, y esa fuerza de la gente que asiste con su realidad, hace que la obra se transforme.