Perotti, Sacnún, y Reutemann fueron electos senadores por Santa Fe
El rafaelino Omar Perotti afianza su liderazgo en el PJ provincial. Hermes Binner fue cuarto detrás de Eduardo Romagnoli y su espacio pierde la banca que ocupaba Rubén Giustiniani.
La elección general para definir los tres enviados de Santa Fe al Senado de la Nación confirmó las tendencias de las primarias de hace dos meses. El Frente Para la Victoria (FpV) resultó el gran triunfador en la contienda. El actual diputado nacional Omar Perotti y la concejala de Firmat María de los Angeles Sacnún, que cosecharon el 32 por ciento de los votos, se sentarán en dos escaños a partir del 10 de diciembre. El tercer elegido es Carlos Reutemann, quien se ganó en las urnas el derecho a añadir seis años más a los doce que lleva en la Cámara alta, con un respaldo del 29,6 por ciento.
No puede decirse que porque las tendencias de agosto se hayan mantenido estos comicios no vienen impregnados de una enorme carga de sorpresa. Esto en virtud de que el candidato del Frente Progresista, hasta ayer acaso el hombre más fuerte de ese espacio, sufrió una derrota estrepitosa. Dos veces intendente de Rosario, primer gobernador socialista de una provincia argentina, segundo presidenciable más votado en 2011, esta vez Hermes Binner quedó lejos de los principales contendientes, con el 12,9% de los votos y su espacio relegado al cuarto puesto. En lo que será probablemente la gran novedad de esta elección y un motivo de análisis duradero dentro y fuera de su fuerza.
Eduardo Romagnoli, debutante absoluto en la política este año, salió tercero en la medición fuerza por fuerza, como aspirante a senador del partido que postuló a presidente a Sergio Massa (UNA). Se llevaba el 20,7% de los votos. Una magnífica performance para un candidato casi desconocido que es directivo de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Los números de ayer entregan una variedad de elementos de análisis no aptos para dogmáticos. Uno de los rasgos salientes es que Omar Perotti, de 55 años, quedó confirmado hacia adelante como la figura de mayor relevancia en el panorama del peronismo provincial. Ya había exhibido un gran desempeño en la disputa por la Gobernación en julio pasado, en el ajustadísimo final que terminó favoreciendo a Miguel Lifschitz por menos de un hocico.
Otro de los aspectos notables es la vigencia de Carlos Reutemann, de 73 años, blindada a cualquier vaivén de la coyuntura. Cuando decidió competir con el PRO, enfrentando a la estructura orgánica del justicialismo con la que dos veces fue gobernador, le llovieron críticas. El respondió con una frase que parecía contener más autoconfianza que desdén. “Los que me critican deberían ganar cuatro elecciones”. Lo decía por haber cosechado dos triunfos para primer mandatario provincial y otros dos para llegar al Senado desde el inicio de su trayectoria en 1991. Reutemann iba en la sábana donde también estaba Macri pero si algo es claro es que las adhesiones que recoge van soldadas a su nombre saltando por encima de los sellos en los que éste vaya inserto.
Explicar el naufragio del Frente Progresista será un ejercicio complejo. La apelación a la tijera y la cumbia en la peatonal fueron artificios de campaña que se montaron por encima de apelaciones más sobrias que en otros contextos rindieron mejor provecho a esa fuerza. Los resultados menguados de todo este año, que le permitieron conservar por un pelo la gobernación y la intendencia rosarina, supusieron una expresión de rechazo que se prolonga en el demoledor golpe sufrido ayer.
Es verificable que Binner no tuvo, como sus tres contendientes principales, el beneficio de estar en la papeleta de un candidato a presidente, que supone un efecto de arrastre. Pero haber ido en la boleta de Stolbizer, por caso, ¿le habría garantizado un mejor desempeño? En la provincia de Santa Fe esa candidata obtuvo el 4% de los votos. A los 72 años Binner, por dos décadas gran elector de su espacio, enfrenta su primera derrota concluyente. En 2003, cuando merced a la Ley de Lemas perdió la Gobernación con Jorge Obeid, había sido por lejos el candidato más votado.
Probablemente la dureza de este revés sea el dato más significativo a nivel de la competencia entre santafesinos que entregaba la elección. El Partido Socialista no renovará la banca en el Senado que Rubén Giustiniani dejará en 50 días.
Se dice que las fidelidades partidarias son asunto del pasado y que hoy los electores eligen personas. El aserto parece avalarse con Reutemann aunque su boleta, la del PRO con Macri, fue la más votada en la provincia. No así con Romagnoli, un candidato que sin el arrastre de los que optaron por Massa difícilmente habría alcanzado 162 mil votos. Perotti sí es portador de un perfil que aglutina a las heterogéneas identidades peronistas. Binner fue blanco de un desaire que insinúa sus proyecciones hacia toda la alianza de más de 15 años que él integra. Basta ver los resultados que ayer sólo le permitieron cosechar uno solo de diez diputados nacionales al mismo espacio.
(La Capital)