Un desconcertado Newell’s, cayó 5-0 y dejó muchas dudas de cara al futuro
Al borde de lo inverosímil, Newell’s fue vapuleado por Nueva Chicago, equipo que está prácticamente en el descenso. Un conjunto pésimamente parado, fue goleado, apabullado y finalmente, humillado por local que no podía creer las facilidades que tenía. Cuatro de los cincos goles totales, los marcó Alejandro Gagliardi.
Siempre se puede caer más abajo. Cuando pensábamos que lo peor de la Lepra se había visto, llegó este baile que sufrió por un rival que no deja de ser una suma de limitaciones. Previo al 1-0, sin una idea de juego. Posteriormente, se notó lo peor. Careció de un comandante que lleve las riendas, y se lo vio muy mal diagramado para los contragolpes.
Otro tema a tener en cuenta fue el insólito doble cinco. No marcaron, ni jugaron. Lentos, predecibles.
Del otro lado, un equipo práctico, y directo. Con jugadores de B Nacional. Un Gagliardi que hoy se vistió de goleador.
En primera instancia, a los seis minutos de juego, encontró tras un pase en profundidad de Mauricio Carrasco, una mano a mano inmejorable Alejandro Gagliardi, que capitalizó dandole el 1-0 al Torito. La espalda de Gabriel Báez era un vía rápida y simple para los de Mataderos, que manejaban muy bien el partido.
La Lepra intentó reencontrar el ritmo de juego, e incluso tuvo una jugada con el propio Báez y otra con Maximiliano Rodríguez. No obstante, los de Forestello llegaron al segundo gol cuando promediaba la media hora, nuevamente mediante el oriundo de Córdoba. Desde el séctor derecho y afuera del área, con muy poco ángulo, se la metió de emboquillada a Ezequiel Unsain, que no podía creer semejante golazo. El partido estaba 2-0, y Chicago se empezó a florear.
Ya eran muy pocas las ofertas ofensivas de el Rojinegro, que pese a poner mucha gente en ataque, era previsible y monótono. Hernán Bernardello, intentaba ser el eje, pero sus cualidades no eran acordes a lo que pretendía el cotejo.
Llegando al final de la primera parte, Fernando De La Fuente, ingresó por el la mitad de la cancha con una facilidad asombrosa, y le entregó otro mano a mano en bandeja a Alejandro Gagliardi. Ezequiel Unsain, desesperado salió con fuerza desmedida y le hizo un penal. El ex Rosario Central e Instituto, entre otros, lo aprovechó y lo cambió por gol. Era una paliza, y la figura, ya estaba clara.
Si había una mínima esperanzas de que en el segundo tiempo las cosas cambien, fueron rápidamente apagadas. Primero, cuando Lucas Bernardi, sorprendentemente no hizo ninguna modificación; Segundo, cuando Nicolás Sainz a los 180 segundos de juego, por medio de un testazo, marcó el 4-0.
Para finalizar, a los 13 minutos del complemento, otra vez, el apellido estelar del día, Gagliardi, anotó el 5-0 final, tras una habilitación de Matías Gimenez.
Desde ese momento, Chicago desaceleró, y empezó a disfrutar a la par de sus hinchas que aún conservan la fe. En el otro lado, hubo tiempo aún para la lastima, sin embargo, lo peor ya había sido consumado.
Síntesis
Nueva Chicago (5): Lanzillota; Galarza, Masuero, Sainz, Arias; De La Fuente, Lemos, N. Giménez; Carrasco, Gagliardi y Baldunciel.
Newell’s (0): Unsain; Escobar, Cáceres, Paz, Báez; D. Rodríguez, Villalba, Bernardello, Mugni; Scocco y M. Rodríguez.