Capitán Bermúdez marchó por la muerte del comerciante
La gente se movilizó hacia la comisaría pidiendo la presencia de fuerzas federales y con duros términos hacia las autoridades. Gabriel Gordo murió al resistir el robo de su moto. En la marcha, los ánimos se fueron caldeando.
Bronca, impotencia y un reclamo urgente de seguridad fueron los denominadores comunes de la marcha realizada ayer en Capitán Bermúdez, ciudad que amaneció conmocionada luego de conocerse el asesinato, durante la noche del domingo, de un comerciante que fue ultimado de varios disparos. El hecho provocó la reacción de la comunidad, que anoche se movilizó desde la casa de la víctima hasta la comisaría 2ª. Cuatro adultos y una menor fueron detenidos, aunque la adolescente quedó a disposición de la Justicia de Menores. El grito de ayer fue unánime: «Si no sirven para su trabajo que se vayan», y «que venga la Gendarmería» fueron algunas de las expresiones más escuchada.
Según trascendió, Gabriel Gordo, de 56 años, regresaba de hacer un mandado con su moto marca Honda de 250 centímetros cúbicos de cilindrada, cuando fue interceptado por un grupo de personas que intentaron robarle el rodado. El hecho ocurrió aproximadamente a las 21.30 de anteayer, en la esquina de Santa Fe y Santiago del Estero de esa ciudad, a pocos metros de donde la víctima tenía su negocio —una mueblería—, y residía con su familia.
Aparentemente, el hombre se resistió al asalto y los delincuentes le descerrajaron entre dos y cinco disparos —según difieren los testimonios, ya que la información oficial fue sumamente escueta—, lo que le provocó la muerte. La víctima fue trasladada al Hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, donde perdió la vida. Según la autopsia, el motivo del deceso fue hemorragia masiva de tórax por impacto de proyectil.
Los delincuentes escaparon con la moto, que fue secuestrada ayer en la zona del Remanso Valerio, en Granadero Baigorria, donde también se detuvo a las personas. Los investigadores creen que entre ellas estuvieron quienes cometieron el delito.
Detenidos. Ayer por la tarde, el fiscal de la causa, Juan Carlos Ledesma, confirmó cuatro detenciones, la de dos hombres y una mujer adultos, y la de la adolescente, que quedó a disposición del juez menores. El funcionario judicial adelantó que hoy se hará la audiencia imputativa que definirá la situación procesal de los implicados, aunque no precisó más detalles sobre el caso. No obstante, por la noche, el jefe de la Unidad Regional XVII de la Policía, Nelson Frattini, confirmó la detención de un cuarto adulto, aunque no brindó precisiones de sexo. En ninguno de los casos se conoció la identidad de los detenidos.
Sí se supo que tras su fuga, los delincuentes fueron captados por cámaras de la ruta 11.
Gordo era un comerciante de Capitán Bermúdez. Tenía una mueblería ubicada en Santa Fe 69, donde residía, y tenía además un corralón de materiales en Granadero Baigorria.
La marcha. Enterados del caso, los vecinos de Bermúdez, pero sobre todo los más cercanos a la víctima, organizaron una movilización para pedir por el esclarecimiento, y entregar un petitorio a las autoridades con nueve puntos, algunos de fuerte contenido.
Eran las 18.40 y ya la gente comenzaba a acercarse tímidamente a la esquina donde se cometió el crimen. Minutos después, ya era una columna compacta de gente, que superaba las 500 personas. En todos los negocios había crespones, y en el lindero al de Gordo, un cartel rezaba: «Todos somos Gabriel».
La columna avanzó entre aplausos hasta la comisaría 2ª, ubicada en Santiago del Estero pero dos cuadras más adelante. Conforme marchaban, pero sobre todo cuando llegaron a la seccional, los ánimos se fueron caldeando.
Una vez en la comisaría, una delegación de vecinos ingresó para hablar con las autoridades. Allí estaba el mismo Frattini, a quien entregaron el petitorio. Entre otros puntos, el escrito exigía el inmediato esclarecimiento del crimen de Gordo, «víctima innecesaria y evitable». También se pidió respuesta urgente del fiscal de la causa sobre las actuaciones y sus resultados, y que las cámaras de seguridad cumplan con su función de prevenir y esclarecer hechos. Los vecinos pidieron también modificaciones a las normas que atañen a la seguridad de los vecinos, a la prevención de delito y al cumplimiento de las penas.
Asimismo, los vecinos pidieron controles más efectivos en los accesos a la ciudad, que se hagan más operativos y patrullajes durante la semana, y que los fines de semana se hagan, porque «brillan por su ausencia». Solicitaron que se tramite la urgente presencia de la Gendarmería, y en duros términos pidieron que las autoridades políticas se hagan presentes y den respuestas de las actividades que realizan, que «son inexistentes. Quienes no estén capacitados para el cumplimiento de sus funciones, que sean retirados», finalizaba el documento.
Tras reunirse con los vecinos, Frattini salió a la calle, habló con la gente y soportó los insultos, que alcanzaban a las autoridades políticas y policiales. El jefe de la UR XVII dijo que la policía haría operativos de saturamiento. Pero no calmó la bronca de los vecinos, que manifestaban su bronca no sólo por el asesinato de Gordo, sino por la creciente inseguridad, la presencia de la droga «que todos saben dónde se vende», y por el miedo creciente en una ciudad que conservaba cierta calma.
(La Capital)