Sistema de votación y competencia convencional ritualizada
El recinto de sesiones del Concejo Municipal de Rosario, el próximo viernes 2 de octubre, a las 9, será la sede de una Jornada sobre los Sistemas de Votación en Argentina, organizada por la Asociación de Cronistas Parlamentarios de dicho ámbito legislativo.
En la oportunidad serán analizados los mecanismos institucionales previstos en la provincia de Santa Fe con la boleta única; los partidos políticos y el sistema electoral en el marco de la utilización de dicha boleta y los sistemas electorales vigentes en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Salta.
En la segunda parte de la convocatoria se hará referencia a las críticas a los sistemas electorales vigentes y al de boleta única, en función del desafío de integrar después de las primarias abiertas simultáneas u obligatorias.
Desde esta columna sólo pretendemos aportar algunas consideraciones que no forman parte de la técnica institucional para resolver la cuestión electoral, -objeto de la jornada-, sino que pretende aportarlas desde el campo de lo que se denomina “una competencia convencional o ritualizada”, en la que el ganador, al obtener el triunfo mantiene su posición, convenciendo a sus contrincantes de que no vale la pena ofrecer resistencia y, para ello, utiliza el discurso que trata de inculcar a los votantes a través del que busca convencer que el triunfo de sus opositores implica el desastre nacional, que empobrecerá y reducirá prácticamente a la miseria a todo el pueblo.
El votante notará, -luego de la votación-, que el perdidoso abandona el campo de lucha y hasta obtener una nueva oportunidad para provocar otro enfrentamiento electoral, se dedicará a hostilizar al ganador.
Para sobrevivir y resolver la problemática de dejar de existir políticamente, cada partido, a manera de foco del mecanismo de atención, coloca a alguna persona o institución que sobrevive a todos los cambios en la conducción, esto es alguien o algo que actúa “por encima” de la política, lo que seguro será refrendado por cualquier estudioso del mecanismo de la atención nacional, aunque las personas que se manejen en su entorno sean despreciados.
La democracia, a pesar de ser voceada por propulsores de las teorías igualitarias, con frecuencia crea estructuras similares a las del régimen aristocrático: a la vez que fomenta la lucha por el status, pone énfasis en el mecanismo de la atención, hecho que revela su herencia “primacial”.
El político exitoso es observado, en las lides que nos ocupan, con profundo interés y la cohesión de sus seguidores tiene que ver con el mecanismo de la atención. Todos luchan por atraer las miradas de los demás y el que lo consigue se constituye en la figura política central.
Si el político democrático quiere llegar a la cumbre debe tener “visibilidad” y conservar la atención general mientras compite con los otros políticos.
Vemos, entonces, que la aristocracia, la oligarquía, la plutocracia, la tiranía, el despotismo, la democracia y toda otra forma de dominación política, a pesar de sus obvias diferencias, funcionan a través de idénticos procesos básicos y sólo difieren en la forma que institucionalizan sus características y el énfasis que ponen en determinado aspecto del biograma político.
En el final sólo resta acotar que una sociedad política es más que un sistema que propende a integrar desigualdades, ya que permite a sus componentes luchar por la desigualdad, o sea una estructura asentada firmemente en el proceso de la evolución.
El que gane la elección debe imponerse a los otros por sus propios méritos y no por los motivos que escapan a su control.