El rompecabezas de la muerte en Rosario (XVI)

“El ladrón de los pobres”

Por la época que nos ocupa -1916- David Segundo Peralta, más conocido por su alias de “Mate cocido”, comenzó a formar parte del folclore regional de la delincuencia en el litoral argentino.

Nacido en la localidad de Morteros, provincia de Tucumán, el 3 de marzo de 1897, se trasladó al Chaco, desde Corrientes. Su apelativo provenía de una cicatriz en el cuero cabelludo.

Desde 1916 a 1924 figuró en los prontuarios policiales de las provincias de Tucumán, Córdoba y Santiago del Estero. Culto, educado y humilde, Peralta pagaba generosamente a quienes le rendían algún servicio, con lo que se ganó el aprecio y la popularidad entre la gente, la que consideraba que el bandolero, cuando organizaba sus atracos, trabajaba cuidando hasta el menor detalle. Eso se notó cuando concretó robos en Bunge y Born, Dreyfus y La Forestal.

Peralta se autotitulaba “El ladrón de los pobres” y se escribieron artículos periodísticos sobre él en revistas de la época, con lo que se hizo valer entre los grupos anarquistas. Conseguía documentación falsificada en Buenos Aires, según lo relataron en sus trabajos los historiadores Julio Del Prado, Manuel Bertolani, José y Julio Amaya.

Tenía claro “Mate cocido”, que debía evitar la violencia y los enfrentamientos armados con las autoridades policiales, no por temor, sino como un mecanismo para lograr sus propósitos sin ser detenido.

*

Junto al bandido pampeano Juan Bautista Bailoretto, proyectaron el robo de una fábrica de tanino, pero Peralta desistió luego de evaluar los sucesos que se desencadenarían luego de llevarse a cabo el atraco.

Bailoretto siguió adelante con su proyecto y como resultante del mismo cayó abatido uno de sus cómplices, luego de un tiroteo con la policía.

Disfrazado de peón rural o como viajante, para no despertar sospechas, Peralta se hizo famoso en pueblos como Presidencia Roque Sáenz Peña y Gancedo.

Años más tarde, un 22 de diciembre de 1939, la banda de Peralta secuestró al estanciero Jacinto Berzón y pidió 50.000 pesos moneda nacional, como rescate, el que debía ser entregado por familiares de la víctima cumpliendo precisas instrucciones. El dinero debía arrojarse el 7 de enero de 1940, desde un tren, antes de llegar a la estación de trenes de Villa Berthet, en Chaco.

Las autoridades cercaron el lugar y cuando la gavilla fue a buscar el dinero, se produjo lo previsible: un enfrentamiento a pura bala, donde “Mate cocido” recibió un impacto en la cadera, aunque logró escapar de la zona para desaparecer definitivamente.

Si murió, sus restos nunca fueron hallados.

*

Pero así como “Mate cocido” desaparecía de los lugares que solía frecuentar, otro comenzaba a ser conocido públicamente por sus andanzas, las que perduraron en la memoria de los santafesinos entre 1916 y 1934: Julio Avena, un mafioso que trascendería por su apelativo: Senza Pavura.

Si uno se introduce en su prontuario, no cuesta nada enterarse que tenía registradas entradas por lesiones, hurto, extorsión y homicidio, delito éste último que lo llevaría a conocer la prisión entre 1921 y 1924.

Nuestra investigación confirmaba una vez más lo ya dicho como denominador común en este trabajo: “Senza Pavura” trabajaba como peón en un puesto de verduras del Mercado Central, donde había una parada de taxis, cuyos choferes –Romeo Capuano y Santos Gerardi- formaban parte de la banda.

En “Vida cotidiana. Rosario 1930 a 1960”, Rafael Ielpi historió que “ataviados a la usanza de los habitantes de la Italia meridional arriban siete inmigrantes que se declaran cultivadores de olivas- una ocupación habitual en Sicilia, pero que en realidad vienen con contactos ya establecidos con la mafia afincada en Argentina: Juan Galiffi, Filippo Dainotto, Luisino Andrea Garcio, Benito Ferrarottti, Giuseppe Ambrosetti, José Albarracín y Pepe Anchiristi”.

avatar

Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com