«Así como se juzgó a los militares de la dictadura, hay que juzgar a los guerrilleros que asesinaron en los 70»
ÁNGEL BALTUZZI AUDIO ENTREVISTA
Cuna de la Noticia Radio, programa que se emite los días sábados de 10 a 12 hs por FM Eco Radio 92.3 de Rosario, entrevistó al Dr. Ángel Baltuzzi, ex ministro de gobierno de la provincia de Santa Fe sobre lo acaecido en la década de los 70′ en la Argentina, época signada por la violencia política. «Los que reivindican la época de los setenta al cien por ciento, sin autocrítica, o es porque no vivieron los hechos desde adentro, o es porque actúan de mala fe», indicó Baltuzzi. (Escuchá el audio)
«En los 70′ hubo una gran participación juvenil, una gran eclosión de militancia como consecuencia de muchos años de proscripción política del peronismo. Esa fuerza que no podía expresarse políticamente, se transformó en una fuerza subterránea, generándose una contracultura de rebelión de resistencia, una cultura subversiva. Hubo un momento donde el ejercicio de la violencia terminó convirtiéndose en el último recurso para combatir a las dictaduras y en cierta medida el recurrir a la lucha armada pudo haber tenido un sentido para recuperar la democracia. Ahora, luego de recuperada la misma, comienza otra historia», expresó el ex diputado nacional por Santa Fe.
«En noviembre de 1972, en un plenario realizado en Santa Fe, se debatió si el conductor de ese movimiento era Perón o no. Muchos dijeron ‘nuestros conductores son Quieto y Firmenich, y allí se generó una grieta profunda entre los que decíamos que había que acatar las directivas del conductor del movimiento, y otros que veían a Perón como un burgués, reformista, no revolucionario, se resistieron a esa conducción y generaron una conducción propia», continuó el entrevistado.
«Militábamos en la Juventud Peronista, que hasta el año 69′ fue clandestina. Yo vivía en la zona sur, en el barrio Las Delicias, luego me casé y pasé a vivir en Av. del Rosario y Entre Ríos. Del otro lado había un referente peronista que se llamaba Víctor Giles, y que nunca ocupó ningun cargo, pero era un dirigente importante. Luego en el 72’, en plena apertura del gobierno de Lanusse se empezó a permitir la afiliacion a los partidos, y con el ‘Chino’ Roberto Hyon, salimos a afiliar gente», recordó Baltuzzi sobre participación política juvenil, aunque aclaró: «estuve en la estructura política de superficie que trabajaba en tándem con Montoneros, pero no estuve en la estructura armada. Cuando se parte la JP, pasamos a militar en el plenario de unidades básicas con Gualberto Venesia y Danti ‘Titi’ Aranda». «El grueso de la gente que se abrió de Montoneros y las ‘JP Regionales’, fueron a la ‘JP Lealtad’, o se integraron a las estructuras del peronismo, como es mi caso, que me fuí con Venesia», agregó «Yayo», como lo conocen sus amigos, quien desde los 26 años (1973) hasta los 29 años (1976) fue concejal de la ciudad, y completó: «hubo sectores que seguían con la toma de cuarteles en pleno gobierno constitucional, lo que es una cosa aberrante. Es una locura que hoy no se condene históricamente esa actitud subvervsiva. Este gobierno kirchnerista indemnizó a las familias de los guerrilleros que murieron al intentar tomar el cuartel de Formosa contra un gobierno democrático».
Al interrumpirse el orden constitucional y comenzar el gobierno de hecho, Baltuzzi declara que «no hubo distinción entre los que seguían en las organizaciones armadas y entre los que habíamos roto con las mismas y nos integramos a la democracia. Me chuparon el 20 de junio de 1976 y estuve secuestrado, siendo torturado. Salvé mi vida porque los salesianos intercedieron por mí, más la ayuda de Sobrino Aranda que intercedió con sus amigos militares. Los salesianos le pidieron al obispo en el acto del día de la bandera que pida por mí. Me liberaron el 21 de junio y me dejaron tirado en un camino rural de Coronel Domínguez, atado a un poste y muy maltrecho. El que me ató la soga contra el poste, me dijo ‘te salvaste, pero tomátelas que sos boleta’; así que vendí las cosas que tenía, compré un pasaje, me fui a Madrid y allí estuve siete años».
Crítico de las figuras políticas actuales del peronismo santafesino, Baltuzzi, cargó duramente contra el presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe, Luis Rubeo (h): «Luis Rubeo padre fue connivente con el proceso militar. Estuvo a favor de golpe, e incluso se lo mencionaba con posible Ministro de Trabajo de Jorge Rafaél Videla. La prueba de su relación con los militares, es que cuando después del proceso resulta electo senador nacional, tiene entre sus asesores al ‘Tucu’ Constanzo (Eduardo, alias «el tucumano», Servicio de Inteligencia) y al Coronel Guerrieri (Pascual, ex jefe de la central de operaciones del Batallón de Inteligencia 601 durante la dictadura), dos emblemas de la represión en Santa Fe. Más claro, echarle agua. ‘Luisito’ Rubeo, que se crió en ese ambiente, hoy es un baluarte del progresismo y de la lucha por los derechos humanos».
Sobre la persona del dirigente del Movimiento Evita y diputado provincial en funciones, Gerardo Rico, manifestó: «Rico siempre estuvo con los Montoneros, siempre siguió allí; tomó un camino que no comparto pero fue coherente con los suyos. En cambio, hubo otros como los propios Kirchner, que se dedicaron a hacer dinero en el sur; esta es la verdad histórica».
También sobre el extinto compañero de militancia y dirigente justicialista, Jorge Obeid, despejó rumores que históricamente lo han asociado al atentado con explosivos perpetrado el 12 de septiembre de 1976 en la esquina de las calles Junín y Rawson contra un colectivo en el que viajaban efectivos policiales que se produjo en septiembre de 1976. En el mismo fallecieron nueve policías de la Unidad Regional II, que se trasladaban en la unidad, y dos civiles. «Pongo en duda de que Jorge Obeid haya participado en el atentado a los policías cerca de la cancha de Central. Obeid después haber roto con Montoneros, se fue bajo ‘juicio revolucionario’ a Perú, corriendo peligro su vida».
En cambio sobre el electo concejal del kirchnerismo rosarino, Eduardo Toniolli, disparó: «Le respeto la historia a Toniolli, porque creo que tiene el padre desaparecido, pero cuando yo era ministro de gobierno, me llamó una persona diciéndome que era un alumno de la Facultad de Ciencias Políticas que estaba haciendo un trabajo de investigación sobre la policía y los derechos humanos y me podía llamar por teléfono para hacerme unas preguntas. Era Toniolli. Me llamó por teléfono un domingo, hablamos off de record, pero resulta que este muchacho me estaba grabando. Me estuvo pinchando para tener un intercambio de cosas y luego apareció como que me había grabado. Me estaba diciendo por qué no daba de baja a unos policías que la organización HIJOS había acusado por supuesta participación en la represión, y yo le dije ‘a los que tenemos probados en la causa Feced de que tuvieron participación en la represión, porque hay por lo menos una imputación en una causa judicial, yo los doy de baja’. Yo en persona pasé a retiro a varios de los que habían quedado pendientes, algunos los pasó Roberto Rosúa y otros yo. Había otros sobre los que que existían imputaciones periodísticas, pero no tenían sustento jurídico. Le dije a Toniolli ‘yo no voy a hacer lo mismo que la dictadura, no voy a condenar a alguien sin tener elementos probatorios’, y me cuestionó. Le dije ‘yo padecí la picana, fuí una víctima de la dictadura, por lo que no voy a hacer lo mismo que otros que no la vieron ni por internet y me quieren dar lecciones sobre DDHH. Esa expresión apareció grabada en un programa de radio, y se convirtió en un escándalo de momento. Me parece poco ético que te llamen para decir que están haciendo una monografia para la facultad y que esa conversación te la graben y la hagan pública».
«Un crimen es un crimen, sea el cual sea el lugar desde el que se lo comete. Creo justo que si hay que condenar a los militares que mataron a mansalva, como se ha hecho definitivamente con justicia, habría que juzgar a los que mataron a Rucci, asimismo como a muchos otros que asesinaron en los años setenta. El asesinato es un delito», reflexionó el profesional del derecho sobre la violencia política de la década del 70’.
«El terrorismo de estado es algo monstruoso, fue una represión absolutamente condenable desde el estado, pero eso no nos exime de hacer nuestra propia autocrítica a los que fuimos protagonistas de aquella época, porque también cometimos errores; hubo posiciones ultramontanas insostenibles. Rescato el idealismo y la entrega de aquellos compañeros que lo daban todo sin ninguna especulación, no como ahora donde hay gente que cobra contratos de 50 mil pesos por mes como tiene La Cámpora. Entonces era todo a riesgo por el regreso de Perón y la democracia, pero si no hacemos un balance real de lo que ocurrió, llevando a cabo una autocrítica y presentamos una visión maniquea de los hechos, como de que fue todo bueno y no hubo errores, estamos induciendo a la juventud a volver a repetir un camino erróneo, que puede volver a conducir a enfrentamientos, o a la violencia», finalizó, a modo de conclusión, Baltuzzi.