Para la fiscal, Nisman se disparó con guantes y luego se los sacó
La jueza Arroyo Salgado pidió que intervenga la Corte Suprema para «poner las cosas en claro», además insistió que en la causa «hay más pruebas de que fue un homicidio de que fue un suicidio».
La jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, exesposa de Alberto Nisman, insistió hoy en que el fiscal fue vícitma de un «homicidio» y reclamó la intervención de la Corte Suprema para «poner las cosas en su lugar» en la investigación del hecho.
«Para la fiscal (Viviana Fein), Nisman se disparó con guantes, después de muerto se los sacó y los tiró por la ventana», se quejó Arroyo Salgado, quien consideró «una prueba concluyente y científica» una pericia que determinó que el arma que intervino en la muerte del fiscal sí deja rastros de pólvora en quien la dispara.
Tras cuestionar a Fein, la jueza reclamó que la Corte Suprema «ponga las cosas en su lugar» en la investigación y aparte a la fiscal.
«A los pocos días de la muerte de Alberto, conocido el análisis sobre la muestras de sus manos y sus brazos de que no había rastros de pólvora, expertos en balística se nos acercaron y nos informaron que estaban en condiciones de afirmar que en el 100 por ciento de los casos, una Bersa .22, deja rastros de pólvora en la mano de quien ejecutó el disparo», afirmó Arroyo Salgado en declaraciones radiales.
La ex esposa de Nisman se quejó de que «tuvimos que esperar ocho meses» para conocer el resultado en base al nuevo estudio que se hizo en el Centro de Investigaciones Fiscales de Salta.
Para la magistrada, el resultado demostraría el homicidio, «salvo que crean que Alberto usó guantes y después de muerto se lo sacó».
La jueza cuestionó que Fein haya manifestado que “esta medida no es concluyente” y ratificó que “por esta y otras tantas otras razones y formas de actuación es que la querella la ha recusado, porque fue aún más allá de todo esto”.
Arroyo Salgado advirtió además: “Tenemos muchas pruebas de que esto es un homicidio y casi ninguna de que fue un suicidio”.
Un nuevo barrido electrónico realizado sobre el arma que intervino en la muerte del exfiscal Alberto Nisman arrojó como resultado que sí deja rastros de pólvora en quien la dispara.
Se trata de una prueba llevada a cabo en el Centro de Investigaciones Fiscales (CIF) de Salta y que se conoció este lunes.
Para la prueba se utilizó un maniquí al que se le envolvió la mano con piel de cerdo, por su similitud con el tejido humano.
En el cuerpo sin vida del extitular de la UFI AMIA no se habían encontrado rastros de pólvora.
(La Capital)