Newell’s no pasó de un pobre 0 a 0 ante Temperley
El parate por las elecciones no surtió efecto en el Rojinegro, que no levanta su techo futbolístico. La igualdad sin goles en el Parque Independencia despertó el fastidio de la gente. La falta de creación de juego fue el factor fundamental. Ni los ingresos de Figueroa y Formica pudieron revertir la historia.
Y otra vez Newell’s no ganó _cuarto partido consecutivo_. Tampoco tuvo fútbol y apenas si rescató un tibio empate ante un limitado Temperley, que llegó al Parque decidido a llevarse algo. Lo consiguió jugando a lo que puede y apretando los dientes. El 0-0 fue un fiel reflejo de lo que se vio en el Coloso, casi la nada misma que desató el enojo y fastidio de los hinchas que dieron su sentencia cuando el árbitro pitó por última vez en la noche. Un cántico cargado de bronca y una silbatina intensa. Es que la Lepra sigue sin dar muestras de recuperación y eso es lo que genera preocupación en el cuerpo técnico. El parate por las elecciones no alcanzó para que apareciera el clásico cambio de chip; sigue perdido y buscando identidad futbolística.
«La camiseta se tiene que transpirar». Así, con este cántico, fue recibido el equipo en su regreso al Parque. Aunque enseguida tronó con intensidad el clásico hit «soy de Ñubel» con el equipo en cancha antes de arrancar el duelo. Como para empujar a un Newell’s que venía golpeado y sacudido por los magros resultados. Y todo pintaba como para que el rojinegro empezara a esbozar una sonrisa cuando el árbitro le regaló un penal que no fue (falta fuera del área). Pero cuando alguien transita la mala todo es cuesta arriba, por eso Maxi remató débil hacia el poste izquierdo de Crivelli para que el uno del celeste se luciera.
A remar y arrancar de nuevo. Por lo menos esa era la sensación interna. Newell’s estableció el protagonismo y manejó el juego ante un Temperley que llegó decidido a hacer lo que puede. Formar un muro de contención atrás y después a rezar. El gran problema es que marcaba mal, cedía espacios y el local no lograba sacar provecho. Escobar apareció solo a los 4′ y la tiró arriba, y después Scocco metió un cabezazo que se fue muy cerquita. La visita avisó con un testazo de Vilchez al alambrado. Poco y deslucido para una Lepra obligada a levantar su alicaída imagen.
Una bandera que apareció por segundos detrás del banco local y retirada inmediatamente fue el preámbulo para el arranque del complemento. Newell’s debía dejar de ser gasolero y encontrar la fórmula para romper la línea defensiva rival. Quiso, pero no pudo. Y se perdió en el intento porque los pensantes se confundían en el desconcierto general. Todo caía en el centro al área, donde los defensores de Temperley terminaron con chichones de tanto despejar.
Es cierto que tuvo todo el dominio y la posesión, pero no hubo final de jugada. Maxi sigue sin levantar su nivel y hasta marró un penal. Scocco estuvo participativo y debió alejarse de la línea de fuego. Con los ingresos de Formica (debutó con la rojinegra en el regreso a casa) y Figueroa el DT buscó condimentar el ataque. No lo consiguió más allá de algunas situaciones, como el remate del Gato (76’) que se fue afuera.
Newell’s intentó jugar y no lo consiguió. Temperley sí, porque jugó a lo único que sabe: defenderse. Lo más preocupante es lo del rojinegro, que en nombres es “rico”, pero anoche se hizo pobre ante el humilde gasolero.
(La Capital)