Principio de acuerdo para el aumento de taxi pero no de colectivo
Efecto inflación. Servicios Públicos pasó a un cuarto intermedio, donde consensuaría un aumento del 30 por ciento. En cambio, el pasaje de ómnibus no prospera.
Después de que los taxistas salieran con los tapones de punta amenazando con un paro para la semana próxima si el incremento de su tarifa quedaba empantanado en la misma discusión que la del colectivo, el Concejo apuró los trámites. En principio, ayer la comisión de Servicios Públicos decidió pasar su reunión a un cuarto intermedio para mañana, cuando acordaría una suba del 30 por ciento para taxis y remises, desdoblada en dos tramos, la primera a aplicar antes de fin de mes. Consensuar un nuevo valor para el boleto del colectivo, en cambio, por ahora pinta bastante más difícil, ya que la oposición no está dispuesta a convalidar la suba que reclama el oficialismo, de mínima por arriba de los 6 pesos.
Tanto patrones como choferes de taxi coinciden en que el servicio ya no puede sostenerse sin un nuevo incremento de la tarifa. Por eso ayer la zona del anexo del Concejo Municipal se pobló de autos amarillos y negros, que fueron a «meter presión» en la reunión semanal de Servicios Públicos.
Aunque el reclamo de un aumento ya venía de lejos, los taxistas fueron básicamente a frenar que «se metiera todo adentro de la misma bolsa», es decir, que la discusión por una suba en los autos de alquiler quedara atada a la del boleto del colectivo. Claramente, un tema social y político bastante más sensible.
Por eso, de hecho, aunque todavía el acuerdo no se cerró, todo indica que en la próxima reunión de la comisión, mañana a las 9, se alcanzarán las voluntades necesarias para que salga una suba del 30 por ciento en dos tramos destinada a achicar la brecha entre tarifas y costos en taxis y remises.
Y aunque el PRO ya adelantó que le bajará el pulgar al pedido por los «incumplimientos» en materia de seguridad y calidad de servicio, explicó la concejala María Julia Bonifacio, todo indica que el resto de los votos llegarían a darle viabilidad.
De esa forma, una primera suba se pondría en marcha «a más tardar durante la última semana de julio o la primera de agosto», conjeturó el titular de la comisión, el arista Carlos Comi, mientras que recién en noviembre se efectivizaría la segunda para cerrar en un 30 por ciento global, «porcentaje similar al de las subas promedio logradas por los trabajadores».
Y a pesar de que los taxistas sostienen que el aumento no debería ser menor al 41 por ciento, si se otorgara el 30 quedaría en suspenso la medida de fuerza con que ayer amenazaron titulares y peones para la primera semana de vacaciones de invierno.
«Lo importante es obtener un incremento ahora, cuando la gente todavía tiene un peso en el bolsillo por el aguinaldo y las paritarias, porque si nos lo dan en septiembre, como pasa siempre, no sirve para nada», aseguró el tesorero de Catiltar, José Iantosca.
Para respaldar el pedido, mañana nuevamente el sindicato de peones y los propietarios harán sentir su presencia al Concejo con una concentración que reiterará la exigencia de que en el recinto las discusiones sobre tarifas vayan por separado y no se vuelva a «colar» el tema de los ómnibus.
Es más, el propio secretario general del gremio, Horacio Boix, advirtió que si no se formaliza el acuerdo la protesta derivará en un «escrache» o un «acto de repudio».
El peronista Osvaldo Miatello, por su parte, dijo ser consciente de que «de algún modo hay que pasar los costos de los taxis a la tarifa» y adelantó que votará a favor de una «adecuación» del 30 por ciento en dos veces. «Hasta ahí no habría inconvenientes», sostuvo. Sí aparecen, aclaró, fuertes diferencias con el pasaje de ómnibus.
Al respecto, Comi se limitó a decir que el «tema boleto se seguirá charlando», mientras se esperan respuestas de gestiones ya encaradas ante dos organismos nacionales.
Golpeando puertas. Uno de los planteos interpela a la Secretaría de Transporte que conduce Florencio Randazzo, a quien se le pide que extienda los subsidios a las unidades y choferes incorporados al sistema después del 2012, cuando «quedaron congelados», y otro está dirigido al Ministerio de Economía que dirige Axel Kicillof.
En ese caso, explicó Comi, el reclamo es que el crédito fiscal superior a 100 millones de pesos que se genera por la diferencia entre las compras con IVA que hacen las empresas (21 por ciento) y la facturación de servicios que prestan (10,5), «pueda ser usada para compensar cargas sociales».
Así, todo parece encaminado a que mañana, en la última sesión previa al receso de invierno (adelantada un día por el feriado nacional del 9 de Julio), se apruebe finalmente la suba largamente reclamada por taxis y remises, pero sin que arranque formalmente la discusión sobre el boleto. Tal como se veía venir.
(La Capital)