Banda cometió al menos 136 falsos secuestros: 17 detenidos

La mayoría pertenece a la comunidad gitana. Incautaron autos, dinero en efectivo, electrodomésticos y cheques.

De un total aproximado a 700 llamadas al 911 denunciando secuestros virtuales, 136 fueron enmarcadas en una investigación que llevó adelante durante casi un año el fiscal Nicolás Foppiani con el apoyo de la Policía de Investigaciones. El botín estimado de estos hechos asciende a 3 millones de pesos y el domingo pasado el caso tuvo un punto de inflexión cuando alrededor de 120 uniformados y 5 fiscales llevaron adelante 15 allanamientos cuyo epicentro tuvo lugar en Oroño y Lamadrid. El resultado fue de 17 personas detenidas, en su mayoría pertenecientes a la comunidad gitana, y una importante cantidad de bienes secuestrados, entre ellos algunos autos cero kilómetro sin patentar lo que abre un nuevo camino de investigación que hacia una posible forma de blanqueo del dinero.

La Unidad Fiscal de Investigación y Juicio a cargo de Nicolás Foppiani inició, un año atrás, una pesquisa sobre 136 hechos de secuestros virtuales, algunos de los cuales no llegaron a consumarse. La modalidad en todos los casos fue la extorsión. Una puesta en escena a través de un llamado telefónico habla de un familiar secuestrado y la exigencia al interlocutor de una entrega de dinero a cambio de la restitución de la persona presuntamente privada de libertad. Algunos datos llamativos surgieron de la pesquisa: todas las extorsiones fueron de noche y muchas de las víctimas viven en cortadas. El botín por lo general era dejado, por orden del extorsionador, en bolsas de nylon en los contenedores de la cuadra.

La investigación determinó que el grupo compraba chips de celulares con abono prepago.

El fiscal explico que la banda aprovechó la deficiencia que hay en el sistema de comunicaciones. En referencia a los chips explicó que “las empresas se lo dan a cualquiera, sin acreditar identidad, se los ponen a celulares de baja gama y los intercambian continuamente”. Foppiani refirió que los extorsionadores tomaban la guía de teléfono y empezaban a llamar una y otra vez a personas con nombres que podrían pertenecer a la tercera edad. Intentaban hasta dar con una víctima que entrara en el juego. Se han registrado hasta 200 llamadas por noche, refirió.

Foppiani afirmó que a partir de la información que se detectó, se trabajó con las llamadas entrantes y salientes a las víctimas, por lo que enviaron alrededor de 200 oficios a las empresas de celulares y a partir de allí empezaron a desenmarañar la red que tejió la banda que podía levantarse por noche hasta 50 mil dólares, según refirió.

Procedimientos

Los allanamientos se realizaron principalmente en la zona sur. Lamadrid y Oroño fue el epicentro. También se llevaron adelante en cercanías de estos domicilios y en la localidad de Funes. Como resultado se secuestraron 21 autos de alta gama, gran cantidad de electrodomésticos, 56 celulares, dinero en efectivo –20 mil dólares y 6 mil pesos–, documentación vinculada a joyas y cheques con altos importes y 6 armas de fuego. Un dato que llamó la atención de la pesquisa fue el hallazgo de al menos 5 vehículos sin patente, que es la manera a la que llegan a las concesionarias, por lo que no descartan que se trate de una forma de lavar dinero. El fiscal refirió que la rama económica es una investigación que recién empieza.

El fiscal sostuvo que no saben si es la única actividad económica del grupo, pero es un fuerte ingreso. Sostuvo que la comunidad gitana está involucrada en diferentes puntos del país en secuestros virtuales y aquí no fue la excepción. Y detalló que posiblemente el miércoles tenga lugar una audiencia oral donde la banda será formalmente imputada en principio de asociación ilícita, extorsión y tenencia de armas. Destacó el trabajo de la Policía de Investigaciones a cargo de Fernando Ochoa, quien lo acompañó en la entrevista, y de Daniel Corbellini. Y públicamente felicitó al personal policial que intervino en los procedimientos.

Condena anterior

En abril pasado una banda de secuestradores virtuales cometió una serie de hechos con un botín cercano a los 90 mil pesos y 70 mil dólares.

El grupo fue detenido y cuatro de los cinco integrantes reconocieron su responsabilidad mediante un juicio abreviado y fueron condenados a penas de entre 5 años de prisión bajo la modalidad de domiciliaria y salidas laborales.

Como contraprestación, hubo un resarcimiento a las víctimas por parte de los acusados.

El quinto sospechoso que no abrevió es Gustavo M., alias Masacote.

Según la información que trascendió ayer, entre los detenidos se encuentra al menos un familiar de Masacote.

Al respecto, Foppiani aclaró que sobre esa banda desbaratada hay una sola persona prófuga, las demás continúan cumpliendo regularmente con la prisión domiciliaria y hay una persona que no fue a prisión domiciliaria, que ya cumplió con la parte de pena, y ahora se encuentra con libertad condicional. “El acuerdo del año pasado, incluyó además, el resarcimiento por 400 mil pesos para las víctimas. Eso fue lo que se tuvo en cuenta en ese caso, que no quiere decir que sea lo mismo que vaya a suceder este año”, destacó el fiscal.

“Todos los gitanos tienen autos y oro”

Entre los allanamientos que se sucedieron ayer, estuvieron en la mira las viviendas de altas personalidades de la comunidad gitana. Según detallaron sus allegados, se trata de gente que no tiene nada que ver con los secuestros virtuales. “Hasta cayó un hombre que justo llegó a la casa a traerle una camisa por el Día del Padre”, detalló una fuente allegada a la comunidad.

Según explicó, uno de los detenidos vive en Oroño al 4300, y es el más alto referente de la comunidad. En esa casa se acumulaban algunos electrodomésticos que habían comprado para montar una iglesia Evangélica que se está construyendo en la misma cuadra. “La orden de allanamiento era muy amplia. Se llevaron las dos chatas que están a nombre de ellos y cuatro split y una araña, todo para la iglesia Evangélica”, agregó.

“También se llevaron 70 mil pesos y cheques por dos millones de pesos. También los teléfonos de ellos, los televisores led que compraron y mucho oro, porque son gitanos que tienen autos y oro como todos los gitanos”, destacó.

(El Ciudadano)