Salta 2141: aún quedan 95 edificios sin gas
22 meses pasaron de aquella trágica explosión. En febrero del años pasado llegaron a ser ciento ochenta, pero después la cifra de inmuebles sin servicio por adecuación de la red siempre rondó el centenar.
Casi dos años después de la trágica explosión de Salta 2141 que se cobró 22 vidas, no bajan del centenar los edificios rosarinos con cortes en el servicio de gas por adecuación de instalaciones. Según precisó el gerente de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, José María González, hasta ayer ascendían exactamente a 95 los consorcios sin suministro, «repartidos por todo el ejido urbano», en forma preventiva por alguna fuga o ante la necesidad de encarar reparaciones por desperfectos internos que oportunamente van solicitando propietarios y administradores.
Aunque la cifra representa casi la mitad de los 180 inmuebles sin fluido que la misma empresa admitió tener en febrero del 2014, se mantiene estable en torno a unos cien desde entonces. De hecho, González aseguró que de la media histórica de 20 pedidos mensuales de interrupción del servicio hoy se pasó a 23 o 24, entre un 15 y un 20 por ciento más.
Cuando los pronósticos empiezan a anunciar la llegada de los primeros fríos, tener o no gas en hogares, escuelas y lugares de trabajo marca una diferencia.
Pero dada la sensibilidad del suministro (sobre todo tras la explosión de calle Salta, en agosto del 2013), si se detecta o simplemente se sospecha un desperfecto, el corte es ineludible.
«Cuando alguien formula algún reclamo porque siente temor a que exista una pérdida o hay que hacer algún arreglo o modificación, un gasista matriculado presenta en la empresa los planos con la indicación de lo que debe hacer y recién después de que se lo aprueban comienzan los trabajos y realiza las adecuaciones», recordó ayer González.
Una vez que esas tareas finalizan y se certifican, tras una nueva inspección de la concesionaria, si todo está okey se restablece el servicio.
Pero cuánto tiempo lleva ese proceso no tiene, según el directivo de Litoral Gas, una única respuesta: «Depende de varios factores: el tiempo que el propio consorcio se tome para decidir el arreglo y pedir el presupuesto; lo que le lleve al gasista hacer el trabajo (porque no es lo mismo, explicó, tocar «simplemente el gabinete que cambiar toda la instalación»); si el edificio tiene 10 departamentos o tiene 100…».
Por eso, dijo, la duración del corte puede ir desde 15 días a más de cinco meses.
Relevo. En los locales de venta de electrodomésticos de la ciudad sostienen que, desde el desastre de Salta 2141, nunca dejaron de vender aparatos eléctricos para suplantar los que habitualmente suministran calor a gas en los hogares: caloventores o acondicionadores de aire en vez de estufas; anafes y hornos eléctricos en lugar de cocinas; termotanques eléctricos… No como reemplazo permanente, sino para utilizarlos ante reparaciones prolongadas en las instalaciones de gas.
«En general, la gente que viene a buscar esos productos te cuenta por qué los necesita, sobre todo después de la tragedia del 2013, y la mayoría sabe que lo menos que le va a llevar son 45 o 60 días», detallaron desde Garbarino.
En Novogar coincidieron con que esas compras realizadas para transitar el «mientras tanto» de los arreglos se sostienen en el tiempo, aunque en Frávega la percepción fue que «hace bastante» que esa demanda viene en descenso. «Nada que ver con lo que pasó apenas después de la explosión».
En cambio, en Musimundo dijeron que la demanda se mantiene «porque se sigue cortando el gas en muchos edificios», al punto de que «algunos consorcios se pusieron de acuerdo para reemplazar ese servicio por electricidad».
La tendencia al reemplazo fue desestimada por el resto de los negocios y el gerente de Litoral Gas. «No me consta», dijo González. Y todos coincidieron en que la principal razón es la diferencia monetaria que representa afrontar los consumos. «No se pueden comparar las tarifas», afirmó el directivo.
Para el gerente, que hoy haya 95 edificios con el gas cortado es una buena noticia si se compara el número con los «picos» que supieron registrar después de la peor explosión que tuvo Rosario. Aun así, no descartó que a medida que avance el frío la cifra pueda elevarse.
«En invierno siempre sube porque los problemas se perciben más con el consumo destinado a la calefacción», explicó. Habrá que ver qué ocurre a partir de este fin de semana, cuando se anuncian las primeras temperaturas cercanas a cero.
Susto en Santiago y Montevideo
Los vecinos de Santiago y Montevideo vivieron un susto ayer, cuando poco antes de las 9 obreros de una obra en construcción rompieron accidentalmente un caño de gas. Rápidamente, una cuadrilla de Litoral Gas logró resolver el problema.
(La Capital)