Cantero: «No tengo auto, no tengo nada, sólo caballos y chanchos»
Banda de Los Monos. «El Ariel», padre de los jefes del clan de Las Flores, dijo que desde hace diez años no tiene relación con su familia, salvo con sus hijas.
Causalidad o casualidad. Justo el día en el que se cumplieron dos años del crimen de su hijo, ayer fue indagado Ariel Máximo Cantero, de 50 años, quien fue detenido el viernes cuando iba junto a un nene en un carro de ciruja. Prófugo desde hace dos años, le imputaron formar parte de la banda de Los Monos, a la que se le atribuyen desde homicidios hasta extorsiones en relación directa con la batalla de territorios para asegurar negocios vinculados al narcotráfico.
Conocido como «El viejo» o «El Ariel», Cantero negó los cargos, no contestó preguntas y lloró delante de la jueza Alejandra Rodenas. Explicó que hace 10 años que se alejó de Celestina Contreras, la mujer con la cual crió los hijos que aparecen como líderes del clan, y que gestó una nueva familia.
«No tengo auto, no tengo nada de nada. Sólo tengo caballos y chanchos. Yo plata no tengo», se excusó. Su defensa, que solicitó lo trasladen a la cárcel de Piñero, sostiene que fue detenido por «portación de apellido» y que la imputación carece de evidencias.
Custodiado. Alojado en la cárcel de Coronda, Ariel Máximo Cantero llegó a los Tribunales de Rosario a las 8.50 de ayer. Bajo fuerte custodia y un operativo especial de seguridad en los ingresos del edificio, policías de la División Traslados Judiciales y del Grupo de Infantería de Respuesta Inmediata (Giri) lo llevaron directamente al subsuelo desde la esquina de Montevideo y Moreno.
A las 11.05 fue trasladado por pasillos internos, sin contacto con el público, hasta el despacho de Rodenas, donde también se dispusieron al menos cinco policías especiales pertrechados hasta los ojos con metralletas cortas y trajes antitumulto.
Allí, el mayor del clan Cantero escuchó la imputación que le hizo la jueza en el marco de la causa Nº 913/12 que originalmente abrió el juez Juan Carlos Vienna con el crimen de Martín «Fantasma» Paz (cuñado del Pájaro y supuesto testaferro de Los Monos) el 8 septiembre de 2012, y que derivó en la persecución contra la banda de barrio Las Flores.
Quebrado. Apenas le leyeron la extensa imputación como partícipe de la asociación ilícita y antes de hacer su descargo, Ariel se quebró y lloró delante de Rodenas, del fiscal Gonzalo Fernández Bussy, de sus abogados Carlos Varela y Fausto Yrure, y de los policías que custodiaban el despacho.
Luego de unos segundos se repuso y entregó sus datos filiatorios. Dijo que nació el 20 de junio de 1964 y que vive en una casa modesta, cerca de la aceitera Santa Clara donde tiene un horno de ladrillos y una chanchería. Afirmó que comercia con caballos y que no sabe leer ni escribir.
Sin aceptar preguntas, el mayor de los Cantero expuso durante casi una hora: «Quería decir que hace 10 años que ya no estoy con ellos. No estoy con Celestina Patricia Contreras, con esa familia», aclaró en referencia a su ex mujer y madre de Claudio, sindicado líder de la banda y asesinado hace dos años frente a un boliche de Villa Gobernador Gálvez.
«No tengo contacto con la familia. Hablo con mis hijas, nada más. No tengo más nada que ver. Tengo otra nueva familia. Mi mujer se llama V. R. M. y tengo cuatro hijos con ella. La más grande tiene 5 años y está anotada a mi nombre, se llama Morena. Me falta anotar a Yamila, Umita y Lucas, de 2 meses», describió ante Rodenas, que tomó el caso tras la excusación de Vienna.
«Nada que ver». Casi como la letra de una murga uruguaya, Ariel Máximo contó cómo se fue alejando de a poco de la familia que había formado en el barrio Las Flores. «Yo me iba yendo, me iba yendo hasta que me fui del todo», dijo. Y agregó: «Con mi anterior pareja, La Cele, ya no tengo nada que ver. Hablo solamente con mis hijas por teléfono», describió sobre su derrotero para despegarse de cualquier vinculación con los hechos criminales que le achacan.
Respecto de su estado de ánimo, justo en el día en el que se cumplían dos años del asesinato de su hijo, el detenido comentó que se puso mal. «Hoy (por ayer) es el aniversario de la muerte de mi hijo Claudio Ariel. Que me pase esto… y encima me meten preso», manifestó Cantero.
«Cuando me detuvieron, pregunten en qué andaba: en un carro a caballo, fijensé en el acta. No tengo auto, no tengo nada de nada. Sólo tengo caballos y chanchos. Otra cosa que quiero aclarar es que mis abogados lo pusieron mis hijas, Joana y Macarena, porque yo plata no tengo», sostuvo a modo de cierre.
Cuenta pendiente. Cuando el acusado terminó de declarar fue trasladado hasta el juzgado de Sentencia Nº 7, a cargo de José Luis Mascali, donde tiene una causa pendiente de veredicto por tener un carné de conducir apócrifo. El magistrado lo sometió a la audiencia de visu (preguntas de rigor respecto de su persona) y luego lo liberó.
Una hora más tarde y ante un celoso cordón policial dispuesto en la esquina de Montevideo y Moreno, Cantero fue retirado en un utilitario de Traslados Judiciales del Servicio Penitenciario con destino a la cárcel de Coronda nuevamente.
Fuentes cercanas a la causa indicaron a este diario que mientras se perita un celular que se halló en su poder el día de la detención, Rodenas hará uso del plazo de diez días hábiles que establece el Código para resolver la situación procesal de Cantero.
Más allá de que la defensa resta valor probatorio, habría dos escuchas que implican a «El Ariel» con la causa de asociación ilícita. Una es la declaración de un testigo protegido que lo señala como el encargado de los bunkers de venta de droga de bulevar Avellaneda al oeste, entre bulevar Seguí y Circunvalación. El otro testimonio que implica a Cantero es el de Luis Paz, padre del «Fantasma», quien en su momento afirmó que Ariel «siempre comandó el clan».
Asimismo, sobre el homicidio de Diego Demarre (dueño del boliche frente al cual mataron al Pájaro) hay escuchas telefónicas que vinculan a Ariel Cantero con su hijastro, Ramón Monchi Machuca, que revelarían que en el momento de la concreción del homicidio ambos estaban al tanto de la planificación.
Prófugos. Cabe recordar que en la causa de Los Monos todavía permanecen prófugos el citado Machuca (hijo de crianza de Ariel) y Mariano «El Gordo» Salomón, apuntado como lugarteniente de la banda.
En en ese expediente que ahora tramita Rodenas terminaron procesadas 36 personas por integrar una asociación ilícita. La mitad son empleados de la policía provincial que están en un litigio escrito que espera resolución.
Para el resto de los 18 miembros que fueron procesados se esperan condenas consideradas moderadas en el marco de un juicio abreviado convenido el mes pasado entre las defensas y los fiscales. A cargo del fallo en ambos trámites se encuentra el juez Edgardo Fertitta.
(La Capital)