Domingo Palacios, un funcionario apoyado y atacado por los medios
No sólo en el presente los medios de comunicación, mediante sus “operaciones de prensa” apoyan o denostan a los funcionarios.
Para ejemplificar dicha afirmación contamos en algunas líneas un claro ejemplo histórico de los mecanismos que se utilizan para llevar lo dicho a cabo.
Vale puntualizar que una vez aprobada y promulgada la Ley de Municipalidad para Rosario, sólo restaba poner en marcha el instituto creado. Fue entonces el gobernador, coronel Rosendo María Fraga, quien mediante el decreto del 4 de febrero de 1860, ordenó la instalación de la intendencia rosarina.
En ese marco, Domingo Palacios asume bajo juramento como Jefe Político de Rosario en el Salón Municipal, presidiendo el acto el gobernador Fraga y las principales autoridades de la ciudad.
Asistieron, además, al acto de la iniciación de las gestiones de los municipales 13 ediles, divididos en 10 titulares y 3 suplentes. En la oportunidad también tomó posesión del cargo de presidente de la Municipalidad.
En la convocatoria ciudadana, ocurrida el 12 de febrero de 1860, fueron designados como municipales Marcelino Bayo, Aarón Castellanos, José Fidel Paz, Emiliano Frías, Juan Bustos y Mariano Alvarado, quienes cayeron también en las redes de esta investigación periodística.
Palacios se desempeñó sobre la base de atribuciones y privilegios que les correspondían por disposiciones ya establecidas con anterioridad, implícitas en el decreto de fecha 4 de febrero de 1860. Desde el 12 de febrero de dicho año hasta el 18 de julio de 1868 los jefes políticos ocupaban, de manera paralela, la presidencia de la Municipalidad de Rosario.
Como jefe Político, Palacios recibió una nota del apoderado del general Urquiza, Miguel Rueda, quien le solicitaba autorización para instalar un saladero a un cuarto de legua hacia el sur del Ludueña. Rosas, ante la petición, designa a Ignacio Comas, Saturnino Lara y al médico Mauricio Hertz para que dictaminen si era viable el negocio. El trámite, finalmente, fue aprobado.
Tras concluir la primera gestión de Palacio, el 2 de Junio del referido año, se generó un conato de revolución para libertar al ex gobernador Brigadier General Juan Pablo López, que se hallaba preso, acusado de preparar una asonada contra el gobernador Rosendo Fraga. El movimiento fracasó por la decidida actitud del capitán José Fidel de Paz, un militar de muy bajo perfil.
El 20 de diciembre, por un decreto del gobernador Santiago Derqui[1] se le ordena a Palacios que erija un sepulcro a la memoria del decapitado coronel Dámaso Centeno, pero la disposición no se cumplimentó.
Al aproximarse las elecciones de diputados con destino a la Cámara de Representantes de la provincia, que debían llevarse a cabo en julio de 1864, se enfrentaron para nombrar convencional constituyente, por un lado, los componentes del Club Libertad, que sostenía la candidatura de Palacios –al que servía como portavoz el periódico “El Ferrocarril” y por el otro, los simpatizantes del ex Club Mayo, que formaban por ese entonces el Club del Pueblo, que tenía como defensor incondicional al naciente periódico “El Rosarino”, que sostenía como candidato a Mariano Amigo, quien a la postre ganó la elección el 10 de julio de 1864, aunque el proceso eleccionario fue anulado, fijándose al 10 de agosto como una nueva fecha electoral.
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Las nuevas elecciones dieron en Rosario el siguiente resultado: Domingo Palacios, 1441 votos; Mariano Amigo, 456; Pascual Rosas, 1; Simón Bermúdez, 1.
En San Lorenzo Palacios obtuvo 400 votos y en Las Piedras 1.371.
También hubo que contabilizar 3 muertos y 27 heridos en Rosario y 15 fallecidos en San Lorenzo, como consecuencia de las refriegas. “El Rosarino” mencionó 5 muertos en Rosario, tras lo cual, días más tarde, comentó: “El pueblo de Santa Fe ha visto cadáveres y sangre vertida, ocasionada por la autoridad de Rosario en los momentos en que el pueblo se presentaba a depositar su voto con libertad para la elección de diputado provincial” y agrega: “Los dos bandos invadían las callejuelas de Rosario y la policía mandaba hacer fuego sobre el pueblo en protección de su candidato; no sólo sobre el pueblo al que asisten los derechos de hacer uso de su voto como ciudadanos argentinos, sino aún más, sobre los extranjeros que habían ido a presenciar el libre sufragio”.
Acotó seguidamente”: Es tiempo pues de que la autoridad nacional no se duerma; y ya que tolera a los caudillos de Entre Ríos y Santiago del Estero, a pesar del continuado clamor de sus pueblos, no permita que en Santa Fe se sienten también en el trono de los opresores de este suelo”.
[1] Político (1809-1867) que actuó como presidente de la Asamblea Constituyente de Santa Fe y ejerció la presidencia de la Confederación Argentina, la que una vez derrotada por las fuerzas mitristas, se retiró de la vida institucional.