Nuevo fin de semana violento para los taxistas
Desde el sector admitieron que “es raro” cruzar un patrullero durante las noches y admitieron que no hay corredores seguros. Dos terminaron muy golpeados y heridos, a uno lo encerraron en el baúl y a otro lo dejaron desnudo.
El último fin de semana resultó especialmente violento para los taxistas: de al menos siete choferes asaltados, dos terminaron heridos, a un tercero lo encerraron en el baúl y a un cuarto lo desnudaron. En todos los casos los ladrones portaban armas blancas o de fuego y los relatos de las víctimas coincidieron en que en sus recorridos no cruzaron ni a un patrullero. «De los corredores seguros olvidate: no existen, no hay un móvil policial apostado ni siquiera en un lugar tan clave como San Martín y Circunvalación», afirmó el referente de Taxistas Unidos, Marcelo Díaz. Uno de sus colegas atacado, Renato F., coincidió en que el lugar al que pidieron ser llevados sus asaltantes (hasta entonces tres gentiles pasajeros), la estación de servicios de Juan José Paso y Provincias Unidas, también estaba desguarnecida de la habitual presencia policial. Por haber confiado en que allí encontraría protección, cayó en la trampa que lo dejó herido y fuertemente golpeado.
Lo que salta a la vista al escuchar los relatos es que entre el mero robo y la violencia que despliegan los ladrones suele darse una desproporción difícil de explicar.
La saga que se dio entre el sábado y el domingo últimos incluyó varios casos denunciados ante la policía o la Justicia y otros que sólo se hicieron públicos, aunque con datos certeros, a través de las redes sociales y por los medios de comunicación.
Entre los denunciados figura el robo que el sábado a las 4.30 sufrió el chofer del VW Gol RA 1089, Alejandro S. (27), quien levantó a tres pasajeros —dos mujeres y un hombre— en avenida Francia y Fragata Sarmiento y al llegar a 1º de Mayo y Mister Ross fue amenazado con un arma de fuego. El botín con que huyeron sus atacantes incluyó unos 1.200 pesos, las zapatillas, el reloj del propio taxi y un celular.
El domingo a la madrugada le tocó a José R. (59), quien manejaba el Renault Logan RA 0478. El hombre levantó a dos jóvenes en avenida del Rosario y San Martín, uno de los cuales le propinó un golpe en la cabeza al llegar a Ovidio Lagos al 7000.
Después lo hicieron bajar del auto y lo encerraron en el baúl, para volver a arrancar con él adentro. Un rato más tarde lo abandonaron en Presidente Roca al 3900, donde un vecino dio aviso a la policía tras escuchar los pedidos de auxilio del chofer desde la caja.
Esa misma madrugada Gerardo L., al mando del taxi RA 1842, paró a un móvil del Comando Radioeléctrico para denunciar que un rato antes había sido asaltado en Santa Fe y Felipe Moré por dos hombres armados con un cuchillo a quienes había levantado como pasajeros en Constitución y San Lorenzo. Tras un rápido patrullaje, los efectivos dieron con los ladrones y recuperaron el botín de 500 pesos y un par de lentes recetados del chofer.
«Laburantes». Poco antes de las 6, la víctima fue Renato F. (44), que terminó muy golpeado por tres jóvenes «rebien vestidos» que pidieron ser conducidos a la estación de servicios de Provincias Unidas y Paso. «Como ahí siempre hay varios móviles de la policía y hasta de Gendarmería, los llevé», contó el conductor del Corsa RA 0652. Nunca imaginó que esa noche no habría ni una sola fuerza de seguridad.
Y cuando estaban llegando, escuchó la frase típica. «Mejor llevános acá a dos cuadras», le dijeron, a lo que el chofer contestó: «No, por favor, bájense acá porque ahí es medio peligroso». La respuesta que le dieron fue «somos laburantes como vos». Pero al instante quedó claro cuál era el trabajo de sus pasajeros: uno lo tomó del cuello desde atrás y los otros dos le empezaron a pegar con furia.
«Les quería dar la plata pero no podía por cómo me tenían agarrado», recordó. Y ni siquiera cuando logró entregarles dinero se detuvieron. Ya afuera del taxi, lo siguieron pateando. Terriblemente golpeado, con un ojo herido (que requirió varios puntos) y otros cortes en el cuello, logró zafar porque vecinos de la zona gritaron que ya habían avisado a la policía.
Pese al llamado, Renato contó que el móvil tardó como 20 minutos, mientras que en apenas 5 tuvo a tres colegas a su alrededor, alertados por el botón de pánico que había logrado accionar recién después del robo. La ambulancia llegó incluso más tarde y desde allí fue directo al sanatorio Mapaci.
Por la mecánica del robo y tomando el relato de testigos (que dijeron haber visto llegar dos motos al lugar), el chofer presume que los ladrones podrían integrar una banda con capacidad de «inteligencia previa» y movilidad propia para la fuga. «Y de eso, ¿cómo te podés prevenir?», se preguntó.
Desnudo. Otro asalto, según Díaz, fue el que sufrió el taxi RA 1826, cuyo chofer terminó despojado de todas sus pertenencias, incluso de la ropa, en San Martín y Circunvalación. Justamente uno de los puntos en los que debería haber habido un móvil policial. También esos ladrones tuvieron el apoyo de un cómplice en moto.
Pero hubo más robos: uno de ellos tuvo por blanco al chofer del auto RA 3633, el mismo donde hace poco más de dos meses murió por un disparo otro chofer, Hugo Camilo, atacado al ir a auxiliar a un compañero asaltado. Esta vez el conductor del taxi recibió una herida cortante.
El último reportado fue el domingo a la noche en Biedma y Camilo Aldao, donde el taxista al volante del RA 1820 fue amenazado con un arma antes de ser despojado de la recaudación y todas las pertenencias que llevaba.
Cuestionan datos de la Cámara de Radiotaxis
La agrupación Taxistas Unidos propone ahora que la Cámara de Radiotaxis «blanquee» una información sobre la que están convencidos de que existe «mucha hipocresía». Quieren saber cuál es la estadística de botones de pánico accionados por los choferes (señal que reciben los operadores) para contrastar esos datos con los que manejan las autoridades de la provincia. Sobre todo, señalan, después de que el secretario de Seguridad, Gerardo Chaumont, sostuviera en una reunión con los taxistas que durante el primer trimestre del año los robos bajaron respecto del mismo período del 2014.
(La Capital)