Cada dos días ingresa un niño maltratado en el Hospital Vilela
El sábado, un padre denunció a su hija por golpear a su nieto, quien está internado. Los casos de vulnerabilidad no cesan.
En el marco de la brutal agresión que una madre con problemas de adicciones le propinó a su hijo de tan sólo 6 meses de vida, el subdirector del hospital de Niños Víctor J. Vilela, Gerardo De Vita, afirmó ayer que existe un promedio de unos 15 casos al mes de vulneración de derechos del niño, ya sea por maltrato físico, abuso, negligencia, abandono o violencia psicológica.
El dato aportado por el subdirector del Vilela se sostiene en forma regular en los últimos dos años y habla de un promedio de un caso cada dos días que ingresan al centro asistencial.
Lo ocurrido el sábado por la noche cuando un bebé fue salvajemente golpeado en el rostro por su madre «no es tan extraño» y tampoco «resulta excepcional»y se inscribe en una estadística que estremece.
«Es lo que llamamos vulnerabilidad de derechos del niño. De estos vemos uno cada dos días, éste es el promedio», dijo De Vita.
Las autoridades le dan curso a una suerte de protocolo. Se hace la denuncia correspondiente, luego se eleva a la Dirección Provincial de Derechos del Niño, que debe evaluar cada situación y definir la guarda del menor de edad y se da intervención al equipo interdisciplinario del Vilela.
Justamente, en abril del año pasado, el Grupo Atención al Maltrato Infantil (Gami) del Vilela ya había detectado un aumento exponencial del maltrato infantil en relación a años anteriores.
Escalofriante. «No hay una parte de la carita de Elías que no tenga una marca». La angustia en la voz de Alejandra S., la tía del bebé salvajemente golpeado por su madre se percibía en el diálogo con La Capital. Elías de tan sólo 6 meses de vida, ingresó en la noche del sábado al hospital de Niños Vilela con un cuadro de maltrato físico que derivó en la detención de su madre, Adriana Verónica S., luego de que su propio padre hiciera la denuncia en la policía.
Para la familia de zona sur, las consecuencias se veían venir. La joven de 29 años tiene serios problemas de adicción a las drogas y el alcohol y arrastra antecedentes de agresión a su otra hija de 13 años, a quien corrió con un cuchillo. Su mamá y hermana ya lo habían denunciado a las autoridades «pero hicieron oídos sordos» al pedido de una internación en un centro de rehabilitación. «Me cansé de pedir ayuda; acá están las consecuencias», dijo Alejandra.
El caso de abuso infantil se produjo en la noche del sábado. Un hombre de 48 años con domicilio en Ayacucho al 4100 denunció que su propia hija había golpeado a su nieto. Tras el relato de Daniel S., los efectivos arrestaron a Adriana Verónica S. y trasladaron al pequeño al Vilela. Una vez en el centro asistencial, tanto De Vita, como el jefe de la sala 1, Gonzalo Fernández Bruera, brindaron el parte médico tras una serie de ecografías, tomografías y radiografías.
«Presentaba lesiones en el rostro, hematomas y edemas, no se constataron otras en otras partes del cuerpo y no se evidenciaron tampoco en huesos. El paciente evoluciona favorablemente, se alimenta bien y quedó internado para evaluar lo familiar», indicaron.
El cuadro clínico en realidad esconde un drama que vive esta familia de Tablada. Y así lo reveló Alejandra. «Mi hermana tiene un grave problema de adicciones. Estuvo en Oliveros (colonia Psiquiátrica). Le dieron el alta temporal porque decían que podía estar en mi domicilio, pese a que había tenido otras internaciones tras atacar a Celeste (su otra hija de 13 años). Inicié la internación forzoza pero no me escucharon. Hoy sufrimos las consecuencias: no hay parte de la cara donde el nene no tenga golpes y mi hermana detenida», se explayó.
La historia de esta joven es una mezcla de alcohol, pastillas y cocaína. Frente a ello, su familia pidió ayuda. Tras una internación en el Centro Regional de Salud Mental Agudo Avila, luego del ataque a su hija Celeste, recibió una beca de rehabilitación a la que nunca asistió.
Deambulando. Para los familiares de Adriana Verónica toda intervención parece haber fracasado. «Los permisos de salida eran para drogarse más, no sirvieron para nada», recordó Alejandra. Acudió a Tribunales, policía, Defensoría de la Niñez. «Debe estar en un centro de rehabilitación. Lo único que recibió fueron pastillas que luego las mezclaba con alcohol. Ahora lo paga un bebé de 6 meses», dijo angustiada la mujer de 28 años.
El futuro inmediato de Elías es una incógnita. Para su familia cuando Adriana Verónica está lúcida actúa como una madre responsable, pero cuando se droga «se transforma».
Anoche, el bebé se recuperaba de las lesiones. Sus tías y sus abuelos se turnaban en la sala 1 del Vilela. «No está abandonado. Nos corresponde que esté al cuidado nuestro, como hicimos con Celeste que contó con nuestro apoyo», subrayó Alejandra.
Este drama que se vive en Tablada, como tantas otras historias similares, tiene varias víctimas. Los menores en primer lugar. Pero nadie sabe a ciencia cierta cuál será el futuro de la madre detenida en la seccional 16ª.»Si quien debe recibir ayuda la rechaza, se termina cada vez peor. Pedí su internación y no fui escuchada. Pedí que se la atienda como adicta y tampoco. A esta altura al único que agradezco es a Dios por la salud que tiene el chiquito, que es muy fuerte», dijo la mujer entre suspiros.
(La Capital)