Amistoso Internacional: Argentina derrotó 2 a 1 a Ecuador

Sin Messi ni Maxi Rodríguez, lesionados, miraron el partido desde el palco; Tevez entró en el segundo tiempo; Agüero y Pastore, los goles.

Sin renegar de la elaboración y el juego asociado, la Argentina demostró anoche que se adapta bien si necesita ser más vertical y directa. De alguna manera, con este 2-1 a Ecuador, el seleccionado de Martino amplió un poco su libreto. Manejó otro registro de juego. Y también quedó al descubierto que necesita más trabajo para lograr una mayor firmeza defensiva. Con el valor que dan los triunfos para reforzar la confianza, la Argentina cerró la gira con dos éxitos. Cuando vuelva a ensayar, ante Bolivia, en San Juan, el 6 de junio, lo hará con el plantel que a la semana siguiente empezará a disputar la Copa América en Chile, cita en la que estará la mayoría de los jugadores que convivieron durante 10 días en los Estados Unidos.

Quizá haya sido por la baja temperatura, apenas por encima de cero grado, o por la nieve que caía desde el comienzo, que los equipos corrieron con más intensidad que la que se puede esperar de un amistoso. Como si quisieran sacarse rápidamente el frío. La Argentina se encontró con un planteo diferente al del sábado, cuando El Salvador se atrincheró y casi no tuvo interés en cruzar la mitad de la cancha. Ecuador, que está en una nueva búsqueda con el DT argentino Gustavo Quinteros, propuso algo diferente. Salió a presionar, inclusive desde la salida de los zagueros argentinos. Para saltear esa primera línea de presión, el seleccionado en más de una ocasión recurrió al pelotazo.

La Argentina se encontró con el primer ensayo real de lo que puede representar la aventura de la Copa América. El valor del rival, sus intérpretes y la idea, le plantearon al equipo de Martino una serie de interrogantes que no pudo resolver con facilidad en la primera parte.

Llegó al gol bastante rápido, de la manera que menos pregona el sello Martino, a través de un córner y con dos cabezazos en el área: el primer impacto fue de Pastore y Agüero definió en el segundo poste. En general, la pelota fue y vino con bastante dinámica. La Argentina tuvo menos elaboración de la pretendida y más verticalidad.

De todas maneras, en esta prueba, el poder de Ecuador lo expuso al seleccionado porque los desacoples defensivos fueron bastante evidentes. El manejo de Noboa en la mitad de la cancha, con Lastra y con Mena colaborando en la presión, resultó suficiente para dejar casi sin ideas a la Argentina. Incluso, el equipo de Quinteros intentó también ser prolijo con el balón y llegó al gol con una acción que bien podría haber estado dentro del libreto que está intentando instalar Martino en la Argentina. Mena extendió para Ayoví, que envió un centro al centro del área (contó con la falta de reacción de los centrales argentinos) y Bolaños sacó un disparo que pegó en Otamendi y descolocó a Romero.

Está claro que los dos equipos están en plena búsqueda de una identidad. Para la Argentina no es un detalle menor no tener a Messi, y lo real es que este equipo no es la formación titular, mientras que Ecuador tuvo a casi sus mejores futbolistas, sólo le faltó Montero.

Mancuello, con escasa participación recostado sobre la izquierda, le dejó su lugar a Pereyra en el segundo tiempo. Con esta variante, Di María dejó la banda derecha y pasó a la opuesta. Con la salida del volante de Independiente, el seleccionado tenía una formación con la totalidad de los futbolistas radicados en Europa.

La Argentina tuvo más agresividad y profundidad en la segunda etapa. A pura velocidad, llegó dos veces con definiciones de Di María. Del otro lado, Romero se exigió para tapar un cabezazo. Nuevamente, la vía aérea fue una solución: Biglia, de cabeza, tomó mal parada a una defensa de Ecuador que salía del área; la pelota le cayó a Pastore, que definió de derecha y ratificó la mejora de rendimiento con respecto a los primeros 45 minutos.

No faltaron algunos roces, con Mascherano encarándose con algunos rivales. De tomas maneras, el partido nunca llegó a ser violento. Se corrió mucho y nadie escatimó piernas. Ecuador no dejaba de inquietar, aprovechaba algunos espacios que la Argentina dejaba en su campo. Martino probó anoche la sexta pareja de zagueros centrales en siete partidos. Un recambio que involucró a ocho defensores. Es un sector en el que necesitará confirmar a los titulares.

Ayoví y Bolaños estuvieron cerca del empate, pero la Argentina respondió con peligrosidad vía Agüero, con un remate apenas desviado. Todos los cambios (Pereyra, Tevez, Lavezzi y Banega) fueron del medio campo hacia arriba. Sólo en el final la Argentina buscó la pausa en una victoria a la que llegó a las corridas.

(Canchallena)