Amenazan a vecinos del barrio del verdulero asesinado
Denunciaron ayer el hecho ante los concejales que integran la comisión de Seguridad. Las intimidaciones aparecieron en la zona de la Terminal y cerca de los comercios de quienes habían convocado a una marcha.
Un grupo de vecinos de Damián Lucero, el verdulero asesinado en Constitución al 400 hace nueve días, denunció ayer en el Concejo Municipal una serie de amenazas anónimas colocadas frente a los comercios o en los postes de luz del barrio Luis Agote. Las intimidaciones comenzaron a aparecer después de la marcha del silencio que se realizó desde la casa de la víctima hasta el edificio de la comisaría 7ª, el lunes pasado. Y sus destinatarios no dudan en relacionar los dos acontecimientos.
Hasta ahora los mensajes fueron tres. Todos del mismo tamaño y escritos con la misma caligrafía, se pegaron sobre paredes y columnas de la zona de Tucumán, Urquiza y Cafferata. «Aparecieron en los días posteriores a la marcha, cerca de negocios o de la vivienda de personas que participaron de la movilización», explicaron ayer los integrantes de un grupo de vecinos que participaron de la reunión de la comisión de Seguridad del Concejo Municipal.
Este viernes, acompañados en principio de los ediles integrantes de la comisión, denunciarán la situación en la sede del Ministerio Público Fiscal.
La aparición de esas intimidaciones fue uno de los tantos pesares que manifestaron quienes viven en el barrio que se extiende hacia el oeste de la Terminal de Omnibus Mariano Moreno y que ayer reclamaron una serie de mejoras en la infraestructura, como la iluminación de calles y escamonda de árboles, pero también la realización de operativos de control de motos, fiscalización de comercios y mayor patrullaje policial.
Indefensos. «Los vecinos de barrio Luis Agote, quienes hace una semana sufrieron la muerte de Damián Lucero, expresaron estar en un estado de indefensión total, a pesar de sus reclamos de justicia y de seguridad», advirtió el presidente de la comisión de Seguridad, Diego Giuliano. Y propuso realizar en el barrio la próxima reunión del Observatorio de Seguridad.
Esos encuentros buscan acercar a las autoridades de la provincia, el municipio, la policía y las organizaciones de vecinos para «observar no sólo las necesidades puntuales del barrio, sino también para establecer metas comunes y controlar que se cumplan», sostuvo.
Si bien los vecinos del barrio indicaron que son frecuentes los arrebatos y robos «a cualquier hora del día», la gota que colmó el vaso fue la muerte del baterista que atendía la verdulería del barrio, un joven de 36 años, papá de cuatro niños.
La madrugada del primer día de marzo, Lucero iba caminando a la terminal para buscar a familiares que regresaban de la ciudad de Buenos Aires, pero cuando estaba a cinco cuadras de la estación, en Constitución entre Tucumán y Urquiza, fue emboscado por dos hombres que circulaban en una moto y quisieron asaltarlo. Los ladrones le asestaron cuatro puñaladas que terminaron con su vida unas horas más tarde en el Hospital Centenario.
Ahora llegaron las amenazas a vecinos del barrio que habían convocado a una marcha.
(La Capital)