Se entregó el fotografiado ladrón del buzón
Es empresario, tiene 43 años y pensó que quedaría lindo en su casa. La viralización de las fotos llevándose el artefacto fue determinante.
Después de «levantar» el domingo por la mañana el buzón del Correo Argentino con fines «decorativos» para su casa, un empresario se entregó ayer por la tarde junto con el artefacto en la comisaría sexta. Tomó esa decisión tras «descubrir» el impacto que tenía la viralización por redes sociales y medios periodísticos de dos fotos captadas por una vecina que denunció el robo. Así lo aseguró ayer su abogado, Maximiliano Bonoficio, mientras esperaba a la fiscal que entiende en la causa buscando liberar a su cliente, de 43 años.
Este hombre, junto con su mujer, de 37, fueron fotografiados el domingo a las once de la mañana subiendo a un Ford Focus color gris un buzón que estaba en la esquina de Córdoba y Santiago desde hacia unos 40 años. Al trascender las imágenes, incluso fuera de las fronteras argentinas, desde las fuerzas de seguridad señalaron que lo andaban buscando para detenerlo.
En tanto, la fiscal Raquel Almada dispuso ayer una inspección ocular en la zona para «poder informar si existen cámaras de seguridad que se puedan ver y aporten datos sobre el hecho, sobre la patente del auto y las personas que procedieron a la sustracción del buzón». También ordenó un «relevamiento vecinal» para verificar si hubo «testigos del hecho que puedan aportar mayores datos».
La fiscal advirtió que «se trata de un caso tipificado en la figura legal del robo».
Pero el empresario, aún dolorido en la espalda por el «esfuerzo» de levantar el buzón y colocarlo en el interior de su vehículo, llamó a su abogado y decidió entregarse con el artefacto. Ayer esperaba a que la fiscal Almada le tomara declaración y habilitara su liberación.
Ocurrencias. Según su abogado, su cliente le aseguró que no existió premeditación, que salió con su equipo de mate a disfrutar una mañana de sol junto con su mujer, que dobló con su auto por Córdoba porque Oroño aún estaba cortada por la Calle Recreativa, y que cuando estaba a la altura de Santiago vio el buzón tirado en el piso y se le «ocurrió» que podría quedar «lindo» en su casa, pero no que podría ser calificado como un robo por el cual podrían recibir una condena de entre un mes y 6 años de prisión.
A la pareja tampoco se le ocurrió pensar la indignación que generarían en la ciudad con su actitud.
Por su parte, el secretario gremial del Sindicato de Empleados de Correos y Telecomunicaciones, Walter Palombi, señaló que actualmente sólo quedan 28 buzones en Rosario, cuando hace 15 años había unos 70.
«Hubo una época en que los robos se dieron seguido, tal es así que en algunas casas de fin de semana o en la ciudad, se veía algún buzón que se había sido robado», acotó. Recordó que «una vez que se concesionó el servicio hubo un desguace y, entre otras cosas, se sacaron los buzones». Estimó que no es fácil sacar el buzón, «dedicaron un tiempo para llevárselo, no cinco minutos».
(La Capital)