Nuevo acto violento y sangriento en Tablada
La madre de un ex convicto denunció que el hombre fue baleado por una mujer y su hijo, quienes tienen a maltraer al vecindario a partir de sus vínculos con policías. Y se preguntó cómo puede estar internado y preso, acusado de amenazas, y los atacantes libres.
La portación de apellido no está tipificada como delito en el código penal pero en algunos barrios de la ciudad parece ser más que suficiente. En Tablada las balaceras se suceden casi a diario y los investigadores arrojan siempre el mismo puñado de sospechosos, aun cuando esos mismos nombres pertenecen a las víctimas. Anteayer, tres tiroteos volvieron a ensangrentar la zona sur en un radio de pocas cuadras, todas en jurisdicción de la seccional 16ª. Dos de esos hechos, con heridos graves, ocurrieron en inmediaciones de un búnker de drogas de Alem al 4000, y otro, en uno de los pasillos conocidos como la U, en Necochea al 3900. Allí, un hombre de 31 años que iba a visitar a su madre fue atacado a tiros y terminó internado con tres plomos en las piernas y brazos. Curiosamente, quedó en calidad de detenido luego de que una vecina lo acusara de amenazas. En un relato cuanto menos insólito, esta mujer dijo que la amedrentó con un arma de fuego, se le cayó y se disparó sola. Indignados, los familiares del herido, conocido como “los Monedita”, denunciaron complicidad entre los agresores y la Policía y dijeron no sólo estar amenazados de muerte sino ser víctimas de los mismos uniformados que les achacan cualquier hecho que pasa en el barrio.
“Amenazaron a toda mi familia de muerte. La noche antes de balear a mi hijo Ramón (el lunes por la tarde) estuvieron toda la noche con un bidón de nafta diciendo que me iban a prender fuego la casa, que me iban a tirar una granada adentro y que iban a matar a mis nietos”, dijo Ana, la madre de Ramón N., un ex convicto por robo de 31 años apodado Moneda que fue atacado a tiros cuando iba a visitarla. Según denunció, los agresores son una mujer de 38 años conocida como Pipi, y su hijo Maicol, quienes viven enfrente de su casa, en Necochea al 3900. “Yo vivo encerrada porque estoy amenazada. El lunes, a eso de las cinco de la tarde, me vino a visitar mi hijo Ramón.
Pero no alcanzó a llegar porque apenas pisó la vereda lo corrieron a balazos. Yo escuché un disparo y me asomé. El que le tiraba era Maicol y su madre lo seguía atrás con otro fierro (pistola) que le alcanzó cuando se le terminaron las balas. ¿Cómo puede ser que mi hijo esté internado, todo baleado, y sea él el detenido?”, se preguntó Ana tras referir que después del ataque la vecina fue a la seccional 16ª y denunció que había sido víctima de amenazas. “Ellos viven armados. Pero nadie los puede meter presos porque le pagan a la Policía. A mi hijo lo corrieron a tiros y después dijeron que el fierro era de él y que se disparó solo”, agregó la mujer tras remarcar que en la Fiscalía le prometieron custodia por las amenazas que nunca llegó.
Por el hecho interviene la seccional 16ª, desde donde aclararon que no podían brindar detalles de lo ocurrido. No obstante, confirmaron que Ramón Hipólito N. estaba internado con dos heridas de arma de fuego en la pierna y otra en la mano. En relación con su detención, un vocero policial dijo que el hombre quedó preso por una denuncia de amenazas coactivas y portación de arma de fuego radicada por Rosa Liliana D., de 38 años y conocida como Pipi, la madre de Maicol.En la mañana de hoy tendrá lugar la audiencia imputativa contra Ramón.
“Esta mujer tiene amenazados a todos mis nietos. A toda mi familia. Y la Policía los ampara. Cada vez que vuela una mosca le echan la culpa a los Moneditas. Yo no digo que mi hijo sea un santo. Pero Ramón en esto no tiene nada que ver. No se mete. La otra vez, hace dos años, pasó lo mismo y le dieron bala. Que los fiscales sepan que si a mí me matan los responsables fueron Maicol y Pipi. La seccional ya sabe muy bien”, dijo.
Saga violenta
En menos de dos meses y en un radio de cinco cuadras, el barrio Tablada fue escenario de varios crímenes que los investigadores vinculan entre sí. El 3 de diciembre pasado Jorge “Chancho” Pérez, de 36 años, fue asesinado de un balazo en la cabeza en la puerta de su casa, en Centeno al 200. En ese momento, dos nombres resonaron como posibles autores del crimen: Tico y Maicol.
Esa misma tarde y como consecuencia del homicidio, se desató un tiroteo en el cual una embarazada de 14 años fue baleada. La balacera se produjo en pasaje Medici y Uriburu, a poco más de una cuadra del lugar donde fue asesinado Pérez. La adolescente, madre de un bebé de 9 meses, recibió un tiro que le perforó el hígado. La noche del 4 de diciembre, Jonathan “Tico” Ferreira, de 24 años, fue asesinado de diez balazos en pasaje Rezzara y Colón. El muchacho era la pareja de la Pipi, sindicada punguista del barrio, y el día que fue ultimado iba en una Honda Tornado. Por el hecho, hay un imputado por homicidio agravado, identificado como Martín B.
En tanto, el 22 de enero la saga se cobró otra vida. Un joven de 19 años, Cristian “Charly” Machuca, fue asesinado de once tiros en Necochea al 1900. El muchacho viajaba en el asiento de acompañante de la misma moto Honda Tornado en la que fue ultimado Tico y quien manejaba el vehículo era Pipi. Precisamente iban a llevarle ropa a su hijo Maicol que esa misma tarde había sido detenido. Familiares de Charly sostuvieron que su muerte fue un error ya que el objetivo de los asesinos era Maicol, quien fue puesto en libertad a los pocos días.
Otros dos baleados
Dos jóvenes fueron baleados anteayer por la tarde, a la misma hora, en un radio de tres cuadras en barrio Tablada y peleaban por su vida en distintos centros de salud de la ciudad.
Según voceros policiales una de las víctimas fue Patricio Ariel P., de 30 años, quien recibió disparos en el tórax y el hombro en la zona de Colón y Quintana. El muchacho ingresó por sus propios medios al hospital Roque Saénz Peña y fue derivado al Provincial, donde permanecía estable con respirador. La víctima declaró a la Policía que resultó herido en un intento de robo.
El segundo hecho se registró en Alem al 4000 y la víctima fue Juan Carlos F., de 22 años, quien ingresó al Roque Saénz Peña con múltiples heridas de arma de fuego en el hemitórax izquierdo, en el lado derecho del cuello, en el codo y en la nariz. El joven fue trasladado al Heca, donde ingresó al quirófano y, anoche, permanecía en estado reservado. Fuentes del caso sostuvieron que el hecho ocurrió cuando la víctima fue junto con otro muchacho a comprar estupefacientes a un búnker de la zona con dinero falso y allí se desató una balacera entre los locales y visitantes. Por el hecho Alexis Damián M., de 21 años, fue detenido en la vía pública con una réplica de aire comprimido, y luego puesto en libertad por falta de pruebas. El muchacho fue señalado por una fuente del caso como un soldadito del mencionado búnker. Asimismo, en el lugar se secuestraron vainas calibre 9 y 11.25 milímetros y un auto VW Dodge 1500.
(El Ciudadano)