«Lagomarsino tiene que dar muchas explicaciones»
Así lo manifestó Sergio Berni. Lagomarsino es quien le dio el arma a Nisman y el último que lo vio vivo. Para el secretario de Seguridad, la fiscal debe corroborar sus dichos. El gobierno insiste en que hubo “un accionar mafioso”.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, afirmó ayer que Diego Lagomarsino, el experto en informática y amigo de Alberto Nisman que le prestó al fiscal la pistola calibre 22 con la supuestamente se mató, «tiene que dar muchas explicaciones».
«Tiene que dar muchas explicaciones», dijo el funcionario nacional al ser consultado sobre la responsabilidad de Lagomarsino en la muerte del fiscal y señaló que la pistola calibre 22 que el técnico en informática admitió que era suya y se la prestó a Nisman no es «un arma para defensa ni mucho menos» debido a su bajo poder de fuego.
«Lagomarsino tendrá que explicar su versión y la fiscal tendrá que corroborar si esa versión es verdadera o no», dijo Berni en alusión al colaborador de Nisman.
Lagomarsino afirmó que Nisman le había pedido el arma para guardarla en la guantera del auto a modo de protección cuando viajara con sus hijas, a pesar de que el fiscal ya contaba con una custodia oficial de diez policías.
En su declaración, la única que prestó hasta el momento, Lagomarsino aseguró que le preguntó a su jefe por qué no le pedía un arma a su custodia y que éste le respondió que no les tenía confianza.
A Lagomarsino se le atribuye haber indicado que el viernes anterior a la muerte de Nisman (ocurrida el domingo 18) el ex espía de inteligencia Antonio Jaime Stiuso había llamado al fiscal de la causa Amia para advertirle que se cuidara de la custodia y que tuviera precaución con la seguridad de sus hijas. Sin embargo, luego declaró que Nisman nunca le hizo mención a Stiuso, recientemente desplazado de la Secretaría de Inteligencia (SI) y vinculado al fiscal.
La jueza Fabiana Palmaghini dispuso ese mismo viernes la restricción de salida del país de Lagomarsino «luego de reiterados intentos de ubicarlo», aunque finalmente el hombre ese día se puso a disposición de la Justicia.
Un día antes, el jueves 22, Berni dijo que en la investigación por la muerte de Nisman se «aleja la teoría del suicidio» ya que hay «muchos interrogantes», al tiempo que habló de «una gran operación contra el gobierno» nacional.
Víctima. Por su parte, el titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, sostuvo ayer que la presidenta Cristina Fernández «es víctima de un accionar mafioso» y exigió el esclarecimiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman luego de considerar que «hay un sector de la inteligencia que todavía no ha sido democratizado y hay un sector de la Justicia que lo usa».
«Hay hechos mafiosos que generan en la Argentina clima de inestabilidad y hay un sector del periodismo que se dedica a desacreditar al gobierno», advirtió Domínguez, quien consideró que la denuncia de Nisman «fue hecha por los servicios de Inteligencia».
«Un abogado con formación jurídica tipifica una denuncia con una acusación», puntualizó, y agregó que con el escrito del fiscal «no alcanza a tipificarse un delito ni una acusación en lo que plantea».
En diálogo con el canal América, el titular de Diputados destacó «los cambios que ha hecho en diciembre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al descabezar la Secretaría de Inteligencia», y añadió: «Hay un sector de la Inteligencia que todavía no ha sido democratizado y hay un sector de la Justicia que lo usa. A las pruebas me remito».
A una semana de la muerte de Nisman, Domínguez cuestionó la actitud de algunos agentes: «La actividad de contrainteligencia es la actividad propia de la Inteligencia que investiga situaciones que ponen en riesgo la seguridad nacional», pero dijo que «en este caso quedó demostrado que la acción de algunos agentes constituye un riesgo para la seguridad nacional queriendo involucrar con una denuncia a la propia presidenta de la Nación».
Revelan que el técnico informático quería ser espía
El ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y actual diputado provincial bonaerense por Nuevo Encuentro Marcelo Saín señaló que Diego Lagomarsino, el hombre que le entregó al fiscal Alberto Nisman el arma que apareció junto a su cadáver, «debería ser llamado a declarar al menos como sospechoso», y recordó que hace diez años el experto en informática se habría ofrecido como informante de esa fuerza aduciendo tener capacidad de entregar «organizaciones narcos».
«No entiendo como la jueza no lo investiga como posible homicida cuando en realidad debería sospecharse de mucha gente, y más aún con la última persona que lo vio con vida», destacó Saín, y sostuvo también que no entiende «por qué ni siquiera lo llamó a declarar a él (por Lagomarsino) o a Antonio Stiusso», en referencia al ex agente de la Secretaría de Inteligencia al que se le atribuye haberle entregado información a Nisman sobre la causa Amia.
«En 2005, creo recordar, se fue a ofrecer como servicio; decía que podía entregarme organizaciones narcotraficantes», relató Saín. Luego señaló que se había dejado trascender que «venía recomendado por un oficial del grupo Halcón, y que lo primero que había pedido era plata, y como se le dijo que habría dinero si entregaba, se fue asegurando que él hablaba solo de plata».
Con respecto al accionar de la magistrada que investiga la muerte de Nisman, Fabiana Palmaghini, Saín resaltó: «Veo muchas incompetencia de parte de la jueza, porque para ser justos y equilibrados también debería ser llamada la custodia, ya que entró una persona con un arma y pasó tranquilamente; eso podría ser una negligencia, porque el hecho de que la persona sea conocida (de Nisman) no implica que no se tenga que revisar al ingresar».
Paralelamente, el experto en seguridad realizó un diagnóstico de la situación del área de Inteligencia y el involucramiento de agentes de la misma en delitos y funciones ajenas a las asignadas por ley y brindó los ejes de una reforma estructural para esa área del Estado.
Según Sain, «en gran medida (la SI) se ha autonomizado no solamente de la conducción política, sino también del propio sistema institucional de seguridad interior y de defensa nacional para dedicarse al espionaje y las operaciones políticas; la influencia y/o manipulación judicial; el financiamiento espurio de políticos, periodistas, empresarios, jueces, fiscales y/o legisladores».
En relación a la incidencia en el Poder Judicial evidenciada en la difusión de los vínculos que mantenía el fallecido fiscal Alberto Nisman, Saín expresó: «La SI dirige la labor de numerosos magistrados y fiscales federales y ordinarios en todo el país: son los jueces y fiscales de la SI. Y con ellos, digitan causas judiciales, inventan acusaciones, garantizan impunidad, imputan delitos a inocentes, extorsionan».
Tras ese análisis, Saín propuso una amplia reforma estructural en el área mediante la creación de una Agencia Nacional de Inteligencia, un Núcleo de Inteligencia Criminal y un Núcleo de Inteligencia Defensiva. Además, el traspaso de las facultades y de los dispositivos de intercepción de comunicación hoy monopolizadas por la SI a la esfera del Poder Judicial, entre otros puntos.
Stiuso se asilaría en Uruguay
El espía Antonio Jaime Stiuso se fue del país con rumbo a Uruguay el 8 de enero, diez días antes de la muerte de Nisman. Lo hizo a las 15.44 en un vuelo de Austral, según indica el registro de Migraciones. En días anteriores el ex todopoderoso espía de la Side viajó varias veces al vecino país. Volvió por última vez el 8 de enero, sólo por cuatro horas. No se sabe si desde Uruguay viajó a otro país, pero hay versiones de que se asilaría en Uruguay.
(La Capital)