El nuevo idilio amoroso de Latorre y los Kirchner
El amor es así. Cuando la fatua llama de la pasión emerge poderosa desde el interior del ser, es imposible darle muerte, es imposible callarla.
Lógicamente, hay amores guiados por la sinceridad y amores guiados por la conveniencia, por el interés, por la satisfacción de ambiciones personales. A veces, la segunda opción, es producto de la necesidad que la constituye como una posibilidad de elección, antes que una elección por la elección misma.
Roxana Itatí Latorre, otrora espada predilecta de Carlos Alberto Reutemann, hoy parece formar fila en el oficialismo. Aquella vehemente defensora de las causas agrarias, que creía desfavorecidas por el gobierno nacional, hoy paradójicamente con un perfil más bajo y sin las ínfulas de ayer, ha pasado a formar parte del gran ejército de ex opositores cooptados por el kirchnerismo. ¿Decisión personal o elección externamente impuesta?. No lo sabemos, eso es un secreto que pertenece a la política y como tal es guardado celosamente por la casta que rige la misma y lo custodia vigilante.
Empero, algunos rumores siempre se filtran pese al hermetismo cofrádico. Tal es así que en agosto del año pasado, en ocasión de la firma del despacho por parte de Latorre que habilitó el debate y la posterior aprobación de las facultades delegadas -tema controversial, si los hay-, se rumoreó que su inesperada y repentina postura, podía deberse a la importante cantidad de personas allegadas a la senadora que verían peligrar la continuidad de sus actividades laborales en reparticiones del estado, de elegir oponerse al deseo del gobierno.
Este hecho generó rispideces con su mentor y hasta ese momento jefe político, Reutemann, quien furibundo y decepcionado por la traición decidió romper relaciones con la senadora. De allí en más, Latorre se dedicó a ocupar su banca parlamentaria designada por la voluntad popular. Claro que la voluntad popular santafesina, había decidido confiar en sus servicios como representante institucional de sus intereses al votar a la Latorre integrante del bloque Santa Fe Federal, parte del armado nacional conocido como Peronismo Federal, ferviente opositor al gobierno de Cristina Fernández, desde aquellas horas del conflicto agropecuario en 2008. La voluntad popular no había decidido –cae de maduro- brindar su apoyo electoral a la Latorre parte de un minibloque, un boque unipersonal para ser precisos, autocreado, de nombre Federalismo Santafesino, que lejos de estar en sintonía con alguna clase de pensamiento opositor, brinda apoyo subrepticio a las iniciativas emanadas del oficialismo.
Por estas horas, para completar el más que singular cuadro aquí expuesto, Roxana Latorre se encuentra acompañando a la primera mandataria de la nación como parte de la comitiva oficial en su gira estadounidense, viajando al destino indicado en el mismísimo avión presidencial llamado Tango 01. Toda una postal, que evidencia el buen momento en el que se encuentra el idilio amoroso entre la mencionada senadora y el matrimonio Kirchner.
El destino de Latorre, al día de hoy, parece orientarse a conformar la larga lista poco ética de los más renombrados transfuguistas políticos, iniciada con honores por aquél gran transfuguista, Eduardo Lorenzo Borocotó -quién dio origen al término borocotazo, utilizado de allí en más para definir este tipo de maniobras políticas- y continuada –aunque no con menos altura- por María del Carmen Alarcón, en una época ardorosa abogada de los reclamos del campo, hoy Secretaria de Organización Nacional, a las órdenes del Jefe de Gabinete.
¿Cómo continuará este affaire?. No lo sabemos. Por lo pronto la realidad muestra, clara como es su costumbre, el triste y vergonzoso espectáculo de políticos acomodaticios que no representan los intereses del soberano, quién en el actual sistema republicano, todavía es el encargado de elegirlos.