Obras Públicas revisará el estado de las rampas para discapacitados
La Secretaría de Obras Públicas del municipio revisará el estado de las rampas para personas con movilidad reducida que se encuentren obstruidas o presenten bordes que dificulten su uso. «Trabajamos a la par con las asociaciones que defienden los derechos de las personas discapacitadas y tomamos nota de sus reclamos», explicó ayer el subsecretario del área, Arnold Curatolo.
Entidades que reúnen a personas discapacitadas y sus familiares expusieron sus críticas al estado de las rampas ejecutadas tanto en el centro como en los corredores barriales.
Plantearon, por ejemplo, numerosos casos de estructuras que resultan inútiles porque están cruzadas por los postes que sostienen señales de tránsito, semáforos o pretiles de seguridad.
De ese conjunto, la esquina noroeste de la plaza López es uno de los más groseros: en Laprida y Pellegrini se autorizó la colocación de un puesto de flores justo sobre el acceso a la rampa. Ayer el comercio seguía en su lugar.
Pero, además, las asociaciones advirtieron que muchas de las nuevas construcciones presentan un reborde («de entre 5 y 10 centímetros», indicaron) que las sillas motorizadas no pueden sortear. Algunas de las rampas ubicadas sobre avenida Pellegrini o en el Paseo del Siglo presentan esos obstáculos.
Los reclamos. Para la titular de la dirección para la Inclusión de Personas con Discapacidad del municipio, Adriana Ciarlantini, las demandas no son nuevas.
La funcionaria señaló que mensualmente se ejecutan, en promedio, entre 80 y 200 rampas en todos los distritos de la ciudad. «Nosotros vamos siguiendo los tramos que están proyectados y los que se concretan, pero nos excede auditar cómo están construidas», sostuvo.
Ciarlantini destacó que los rebajes de cordón se realizan de acuerdo a un manual técnico elaborado por la Secretaría de Obras Públicas del municipio.
Esa dependencia, sostuvo, es también la encargada de contratar a las cooperativas que ejecutan los trabajos y son sus inspectores los que fiscalizan el resultado de la tarea.
Circuitos accesibles. «La ejecución de rampas para personas discapacitadas es parte de la obra pública que desarrolla el municipio», confirmó el subdirector de Obras Públicas.
Y sostuvo que, tanto en el diseño de los circuitos accesibles como en la definición de las esquinas a modificar, se trabaja en conjunto con las organizaciones vinculadas a esas temáticas.
Así, explicó, se identifican «algunas rampas sobre las que hay que intervenir» ya que se encuentran bloquedas.
El funcionario indicó que esas situaciones se producen porque, una vez construida la rampa, «pueden existir desfasajes» en el tiempo que les lleva a las empresas de servicios o a otras áreas del municipio «liberarlas» para que puedan utilizarse. Y, en ese lapso, aparecen las rampas obstaculizadas por postes de luz o semáforos.
En lo que hace a la ejecución de esas estructuras, Curatolo negó que existan errores que las tornen inutilizables, incluso para sillas motorizadas.
«Se hacen con un borde de 2,5 centímetros, una medida prudente, a los efectos de que el agua escurra y la rampa no se inunde. No se trata de un error constructivo sino de una cuestión técnica para que el escurrimiento del agua sea el normal. De todos modos, se puede llegar a ver si es factible modificarlas», apuntó.
En las oficinas de Obras Públicas, repitió, se trabaja en conjunto con las asociaciones relacionadas a la discapacidad. «Tenemos un trato frecuente y las reuniones son periódicas. Constantemente atendemos sus inquietudes y requerimientos sobre este tema», aseguró.
La construcción de rampas para personas con movilidad reducidas es una política que se impulsa con mayor insistencia en los últimos años, con el objetivo de eliminar las barreras arquitectónicas que todavía existen en la ciudad.
Durante 2014 se intervino en avenida Pellegrini, Oroño, Alberdi y los alrededores del parque Independencia y el Hospital Centenario, entre otros sectores.
Según datos del municipio, en todo el área central existen unas mil. Por ordenanza, los nuevos emprendimientos inmobiliarios que se levantan sobre las ochavas tienen obligación de hacer rampas en la vereda y el plan de revitalización del casco histórico aportará también el rebaje de cordones en numerosas esquinas.
La construcción de esas estructuras genera espacios inclusivos para todos. Tanto para quienes usan silla de ruedas o bastones como para los que circulan con coches de niños, bultos o carritos.
(La Capital)