El uso de la barbarie y el terror en las sectas musulmanas
Los episodios ocurridos en Francia demuestran, una vez más, que las sectas musulmanas, según sus formas de operar, pueden resultar “hermandades” que fomenten la contemplación, la expiación y la paz como laberintos ultradogmáticos o meandros de caos, donde el terror es el camino para la consecución de objetivos mesiánicos.
La actividad terrorista es fundamental para concretar lo que dichas sectas entienden como la salvación del espíritu, al destruir el modo de obrar de lo que ellas consideran “el enemigo”.
De esta manera, el fundamentalismo sectario es el eslabón que une el imperfecto mundo de lo infinito/concreto con el perfecto del universo espiritual, según su visión mortal.
Los grupos como Al Qaeda o el Ejército Islámico (EI) exhortan a sus guerreros a infiltrarse, identificarse y transformarse gradualmente en el mismísimo enemigo al momento de hallarse en su terreno, a los efectos de concretar su cometido suicida.
Con el tiempo logran adoptar los hábitos, reacciones y gestos para no despertar sospechas para cometer su agresión. Si ello es detectado la orden es aprovechar el gentío para escapar.
El mecanismo de utilizar “células dormidas” que convivan con el enemigo sigue siendo usado por las cúpulas terroristas que sólo deben “despertar” a sus súbditos al momento de consumar la misión para la que han sido entrenados.
En su momento, el epíteto de “célula dormida” fue aprovechado por la administración de George W. Bush para justificar la persecución de determinadas etnias o para controlar distintas regiones del mundo, como por ejemplo la Triple Frontera en América del Sur. La justificación era que allí opera el tipo de células que nos ocupa.
Esas células dormidas son conformadas por reclutas que trabajan en función de nodos específicos para anexar nuevos miembros a los que convencen de formar parte de organizaciones extremistas islámicas.
El reclutamiento de adherentes se realiza “en red”. Los interesados se acercan a la red y luego los jefes desplazan a los “no convencidos”. Así se inicia una segunda etapa: la infiltración o “contagio”, según lo explica el mendocino licenciado en historia Pablo Allegritti.
El especialista entiende que las mezquitas son un polo de atracción al que llegan los interesados sin formación ni entrenamiento y Al Qaeda, con ese sistema, ha obtenido cientos de simpatizantes en el noroeste de Pakistán.
Con el tiempo crecen las interconexiones y el sistema se convierte en un “multi-nodo” que se extiende progresivamente en lo que se denomina “red estrella” con las potencialidades y vulnerabilidades del liderazgo.
Los servicios secretos combaten a estos grupos atacando los “nodos importantes” en algunos casos y los “nodos claves” en otros. Lograr la disrupción del enemigo no es fácil.
Con el ataque en Francia está más que claro que Al Qaeda pretende recuperar el protagonismo del terrorismo global para enfrentar el califato del Estado Islámico, mientras el mismo se apoya en el órgano de propaganda que lo representa: la revista Dabiq.
No nos confundamos: Para los especialistas Al Qaeda es aún la principal amenaza para Occidente por su experiencia y capacidad de organizar ataques masivos y suicidas.
Las filiales yemení de Al Qaeda (AQAP) y magrebí (AQM) que en principio apoyaban al EI se abrieron del califato de Al Bagdadi por utilizar la violencia indiscriminada. Es más, las agencias internacionales sustentan ese criterio señalando que “la gota que rebasó el vaso fue la pretensión del EI de extender el califato a Yemen.
En la práctica, tanto AQAP como AQMI, las dos ramas más activas de la red terrorista, hoy comandada por el egipcio Ayman al Zawahiri, han mantenido siempre en su agenda los atentados contra objetivos en Occidente, mientras el EI prosigue en su llamada a la captación de yihadistas para extender su califato.
Recordemos que AQAP, bajo el mando del yemení Nasser al Wuhayshi, ideó el intento de atentado en 2009 en un vuelo de Ámsterdam a Detroit del nigeriano Umar Faruk. Falló el explosivo alojado en su ropa interior.
Agencias periodísticas internacionales afirman que “Un año después, una “filtración” saudí logró desarticular una trama que pretendía llevar bombas de Yemen a EE UU en dos aviones. En 2013 y tras varios mensajes contra las viñetas de Mahoma, la red yemení difundió a través de su revista Inspire un cartel de “Vivo o muerto”. En él aparecía la foto de Stephane Charbonnier, Charb, director de Charlie Hebdo.
Huy Dió! Se dieron vuelta los muchachos de la Cuna de la Noticia. Ahora son funcionales a Hollande y los Europeos. Se ve que no leen las noticias. ¿Esta noticia se las pasó la CIA o el FBI? Uds son unos cavernícolas y ya los borro de mis favoritos. Chauuuuuuuu