Encontraron el cuerpo de Luciano Arruga

A cinco años y ocho meses de su desaparición, encontraron el cuerpo de Luciano Arruga, que estaba enterrado como NN en el cementerio de La Chacarita. El joven, de 16 años, había desaparecido en enero de 2009 y desde entonces su familia inició una intensa búsqueda.

Un habeas corpus presentado hace seis meses por el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), que representa a la familia, fue decisivo para el hallazgo.

En conferencia de prensa el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), Horacio Verbitsky, confirmó que el cadáver hallado es el de Arruga. «El Estado ha manifestado una gran desidia ante el caso Luciano Arruga», agregó. «Hay instancias que nadie ha explicado todavía sobre el caso», dijo.

Habló de los 6 años que lleva desaparecido, y dijo que esto ocurrió por ser un joven pobre del conurbano. «Hay un componente de violencia institucional contra los varones pobres jóvenes del gran Buenos Aires», enfatizó.

«Seis meses bastaban para encontrar a Luciano Arruga. Hubo mucha desidia». Y agregó: «Si esto pasaba en Palermo rúcula no tardaban 6 años en encontrarlo».

EL HALLAZGO

Las huellas de Arruga estaban en un expediente del destacamento de Lomas del Mirador, donde había estado detenido un año antes, en medio de denuncias de su familia sobre torturas policiales. Estas huellas fueron digitalizadas y cotejadas con las huellas de la base de datos del Ministerio de Justicia y el Ministerio de Seguridad de la Nación.

Hoy se detectó que las huellas coincidían con las de un joven que estaba enterrado como NN en Chacarita.

Según informó Verbitsky, lo que se pudo reconstruir hasta el momento es que a Luciano Arruga lo atropellaron la misma noche de su desaparición en el cruce de Emilio Castro y General Paz, del lado de capital, cerca de donde fue visto por última vez y a 15 cuadras de la casa de la familia Arruga.

El conductor del auto era un joven de 21 años, que hizo la denuncia al 911. Arruga fue llevado al Hospital Santojanni donde lo operaron, pero falleció a la mañana siguiente. La familia de Luciano había estado en dicho hospital pero nadie le informó sobre este NN que estaba internado.

«Quedan muchas dudas», agregó el presidente del Cels. Y apuntó: «Sigue habiendo sospechas sobre la policía bonaerense en el caso de Luciano». Recordó que recién cuando el Cels presentó un hábeas corpus por Luciano hubo avances en la causa.

QUÉ OCURRIÓ

Luciano Arruga tenía 16 años cuando salió de su casa de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, cerca de las 21 del 31 de enero de 2009, con 1,50 pesos en el bolsillo. Nunca regresó. Desde entonces su familia comenzó una lucha incansable para hallarlo y para lograr justicia. Ellos denuncian que Luciano fue asesinado por la policía por haberse negado a robar para ellos.

Vanesa Orieta, hermana del joven desaparecido, contó que a Luciano le habían ofrecido armas, autos y dejarle liberadas algunas zonas para que cometiera robos bajo «protección» policial. Como el joven se negó, comenzaron a detenerlo sistemáticamente. Lo golpeaban, lo llevaban a la comisaría y lo amenazaban diciéndole que iba a aparecer en un zanjón.

La propia Vanesa lo había acompañado al destacamento de Lomas del Mirador en una de estas detenciones. Allí escuchó la golpiza y las amenazas. «Sacame de acá que me están moliendo a palos», le había suplicado su hermano en aquel momento. Vanesa tuvo el coraje de enfrentarse con la policía cada vez que su hermano era detenido injustamente.

En enero de 2012 abrió sus puertas el Espacio para la Memoria Social y Cultural Luciano Arruga , que funciona donde antes lo hacía el destacamento policial de Lomas del Mirador, lugar en el que, según relata su familia, el joven fue detenido y golpeado meses antes de su desaparición.

Verbitsky dijo que este día es «muy triste» y pone fin a un tipo de incertidumbre pero abre paso a otro tipo de incertidumbre que requiere respuestas del Estado. «No puede ser que una persona se evapore, desaparezca de esa manera. Una persona que ha sido buscada desde el primer momento por su familia», reclamó. Y volvió a hablar de la violencia institucional a la que fueron sometidos.

«Queremos que este sea un punto de inflexión. Que no pueda reiterarse esta práctica a 30 años de democracia», concluyó Verbitsky.

(La Nación)