Central no pudo con Boca

El Canalla, que se imponía con un gol de Valencia en el primer tiempo, sufrió la expulsión de Acevedo en el segundo. Y en una ráfaga, el Xeneize lo dio vuelta a través de Echeverría y Marín. Fue 2-1, resultado que deja a los de Russo prácticamente al margen. Los goles.

Rosario Central quedó este domingo prácticamente fuera de carrera en el torneo local, luego de caer en la Bombonera ante Boca, que se impuso por 2-1 y sueña con descontarle la ventaja a River y al resto de los de arriba.

El Canalla ganaba por un gol de José Valencia al cierre del primer tiempo, pero cuando restaba media hora de partido sufrió la expulsión de Lucas Acevedo y el local lo dio vuelta en una ráfaga, a través de dos defensores: Mariano Echeverría y Leandro Marín.

El encuentro, en una muy apacible tarde en Buenos Aires, se presentó muy parejo y entretenido, con los dos buscando, a su manera, arrimar peligro contra el arco rival.

Central intentaba jugar pero lastimaba más con las pelotas detenidas que contó para atacar el área de Agustín Orion. No así con tiros libres ejecutados de manera directa. Al rato, las herramientas canallas se diluyeron ante la mayor presión del local.

Así, las más claras fueron de Boca en una ráfaga, pasados los 20 minutos: primero dejó pasar muy bien Emmanuel Gigliotti y Meli la agarró de primera y la tiró por arriba; en la jugada siguiente, el Puma robó ante Acevedo y definió cruzado, apenas afuera.

Pero tras un buen quite de Tomás Berra ante Federico Carrizo, a poco del entretiempo, Central ejecutó un no tan vertiginoso pero impecable contraataque, que terminó en un centro para Valencia que el Trencito cabeceó al gol.

Pintaba bien el panorama para la Academia rosarina en el inicio del complemento, con la ventaja a su favor y con un Boca no tan avasallante. Pero llegó la roja para Acevedo por un codazo contra Gigliotti, en una jugada de menor trascendencia.

Sin dudas, fue el momento bisagra. El local se agrandó, apoyado en el favorable ingreso de Luciano Acosta, y en cinco minutos ya aprovechó la inferioridad numérica del rival. Marcó el empate y casi sin darse cuenta, rápidamente también el 2-1.

No tuvo reacción Central. No pudo reaccionar. El triple golpe anímico –que le echaran a un jugador, que le empataran el partido y que, finalmente, se lo dieran vuelta– fue demasiado. Y además, el Xeneize no aflojó hasta el final.

(Rosario3)