Sukerman se lanza a la intendencia: «Me siento con la obligación de serlo»
El concejal del Frente para la Victoria afirmó que siente la “obligación” de ir por la intendencia en 2015 y presentó sus proyectos. Propuso «cambiar el paradigma de la seguridad», con una Policía municipal y el “fin” de las comisarías.
El concejal Roberto Sukerman picó en punta y fue el primer dirigente en lanzar su precandidatura para intendente en 2015, desde el Frente para la Victoria (FpV-PJ) y en busca de consenso en las filas justicialistas. “Me siento no sólo con derecho y preparado para ser candidato a intendente, me siento con la obligación de serlo”, afirmó en un acto realizado este miércoles a la tarde.
«Desde el único lugar en que podemos cambiar las cosas es la intendencia. Fuimos los opositores más serios», afirmó el edil y abogado constitucionalista.
Sukerman, ex director de Ansés en Rosario, focalizó su discurso en temas sensibles como seguridad, producción y empleo, salud y transporte, entre otros. «Para nosotros no hay dos Rosarios; hay muchas ciudades en una sola ciudad compuesta por sus 47 barrios, con toda su diversidad, que necesita un cambio para volver a ser un lugar en el que todos podamos vivir y cuya unidad exige ser reconstruida», dijo en el inicio de la campaña que lleva el lema «Queremos cambiar Rosario, los que soñamos vivir en paz».
Seguridad: Policía propia y “fin” de comisarías
En el acto realizado en el hotel Plaza Real, Sukerman aseguró: «Necesitamos cambiar el paradigma de la seguridad en Rosario, lo cual determina una reestructuración de la fuerza policial. Nuestra ciudad debe tener su propia policía. Una fuerza policial totalmente nueva, que esté en la calle, y que dependa directamente del intendente. Hemos plasmado esta idea hace dos años en un proyecto concreto de Policía Municipal, que es el único actualmente en debate en la Legislatura provincial”.
En ese sentido, indicó que “nosotros proponemos el fin de las comisarías, dado que creemos que la Policía debe estar custodiando cada arteria de Rosario y no realizar tareas administrativas. Por eso, presentamos también- antes de nuestra asunción en el Concejo- una iniciativa para que haya fiscales en los Centros Municipales de Distrito y así acercar la justicia a los barrios”.
“De este modo -continuó-, con los presos donde deben estar, en dependencias del Servicio Penitenciario, los fiscales en los Centro de Distrito para tomar denuncias, con una fuerza cuyo jefe sea el intendente y sin la ejecución de trámites administrativos, los policías pueden encomendarse a la sola tarea de la seguridad en las calles de la ciudad».
Además, Sukerman afirmó: «Analizar la seguridad sólo desde el punto de vista preventivo y represivo es un error, pero también lo es pensar una solución exclusivamente a partir de políticas de inclusión social y equidad. Para combatir la inseguridad, que es un flagelo multicausal e interdisciplinario, es necesario un abanico de medidas de distintos ámbitos de competencias estatales. Las políticas de prevención y represión, y de inclusión social aplicadas unilateralmente están destinadas al fracaso; deben combinarse para resolver realmente el problema. Necesitamos tener fuerzas de seguridad eficaces pero también políticas inclusivas: de educación, salud, urbanización de territorios y tratamiento de adicciones».
Transporte, empleo y salud
En cuanto a la movilidad de los rosarinos, el docente de Derecho Constitucional, indicó: «El servicio de transporte en la ciudad es desastroso de día y casi inexistente de noche. Las frecuencias son muy esporádicas, los recorridos deficientes y el boleto es cada vez más caro. Es inadmisible que la discusión resida sólo en el aumento de la tarifa, que sólo perjudica a los usuarios, y no en mejorar la calidad de un servicio altamente deficiente. El financiamiento del sistema está solventado por el Gobierno Nacional, en parte por el municipio y por los mismos usuarios. La Provincia es la «pata» que falta para subvencionar el transporte de Rosario, para obtener más fondos y lograr que los pasajeros viajen mejor».
En otro sentido, el concejal señaló: «Rosario expulsa las industrias y el empleo. La administración actual, que ya lleva casi 20 años, nunca se ocupó de la generación de trabajo, de sumar valor agregado ni de la creación de un parque industrial; todos puntos fundamentales para un desarrollo económico sustentable. Dadas estas condiciones las industrias- que en la última década se han expandido en todo el país- se mudan de Rosario a otras localidades y de esta manera perdemos mano de obra local. Rosario posee superficie y características de metrópoli, lo cual crea un ámbito propicio para el crecimiento de la economía, que ha sido olvidado».
Sukeman se refirió también a la situación de la salud pública y sostuvo que: «Basta con dirigirse a un hospital, un centro de salud o un dispensario para corroborar que la salud municipal presenta grandes déficits. Por ejemplo, en lo relativo a las políticas de tratamiento de adicciones, la Municipalidad carece de un programa serio de atención, prevención y promoción. Y este es un aspecto clave, no ya sólo en la salud, sino también en la coyuntura de la inseguridad y violencia urbana imperante».
Un libro con hojas en blanco
El precandidato, que hizo su aparición en el salón con un gran libro bajo el brazo, aseveró: «Sabemos que existen problemáticas transversales que asisten a todos los barrios, pero también que cada zona presenta una coyuntura distinta. Las hojas de este libro están en blanco porque van a ser escritas por los vecinos y vecinas de cada uno de los 47 barrios de Rosario, para expresar sus reclamos, deseos, inquietudes o sugerencias».
«Estamos convencidos que el rosarino necesita un cambio y esta es una oportunidad histórica para asumir cargos con mayor responsabilidad que permitan capitalizar esa transformación. Me siento no sólo con derecho y preparado para ser candidato a intendente, me siento con la obligación de serlo. Por eso, exteriorizamos a través de una canción lo que sentimos y queremos para nuestra ciudad, porque queremos que Rosario sea un lugar donde se pueda vivir, y así materializar un sueño compartido. Cada músico, cada instrumento, cada entonación representan deseos y necesidades individuales pero también colectivas, con la firme convicción de que «Queremos cambiar Rosario los que soñamos vivir en paz»», concluyó el concejal.
(Rosario3)