Reclamaron la libertad de los vecinos detenidos por linchamiento
Vecinos pidieron la libertad de los detenidos por el linchamiento de barrio Azcuénaga. Mientras los manifestantes reclamaban en San Juan y Liniers, a pocos metros asaltaron y golpearon a una mujer. Hubo insultos hacia el fiscal Malaponte, quien ayer ordenó la prisión preventiva.
Vecinos de barrio Azcuénaga se movilizaron para reclamar la libertad de los dos sospechosos de matar a a un presunto ladrón el pasado 22 de marzo. En plena marcha, una mujer denunció haber sido golpeada y asaltada a pocos metros, en una situación que «se repite todos los días», según insistían los indignados vecinos.
Los vecinos se reunieron en San Juan y Liniers, exigiendo la libertad de los sospechosos sobre los que el fiscal Florentino Malaponte dictó la prisión preventiva por cuarenta días. En medio de un clima de rabia y desesperación, los manifestantes señalaban reiterados episodios de inseguridad y repetían frases como «la gente está podrida de todo», «me robaron seis veces», «esto pasa todo los días» y «la Gendarmería está dando vueltas en el móvil tomando mate».
«Ayer le rompieron la boca a una mujer de 60 años para robarle un tupper con comida, y en la misma esquina, a una mujer le robaron la bicicleta», sostuvo un hombre mientras se escuchaban consignas e insultos contra el fiscal Malaponte.
Los manifestantes aseguraron que los sospechosos de asesinar a David Moreira «son buena gente, del barrio, laburantes y estudiantes», e ironizaron que, mientras ellos están acusados de homicidio, «a nosotros nos están matando todo el tiempo».
Mientras tanto, un vecino sumamente indignado aseguraba que Alejandra, su mujer, había sido asaltada y golpeada minutos antes, a pocos metros de la esquina donde se manifestaban. «Le tiraron la moto encima, le pegaron un culatazo, la arrastraron… Son los mismos chorros de siempre, que son los que están libres y los chicos de acá están adentro», vociferó, mientras ella no podía contener las lágrimas: «Venía caminando, me amenazaron con un revólver, me empujaron al piso y me sacaron mis cosas», dijo Alejandra entre sollozos.
(La Capital)