Inspecciones, clausuras y multas en Pichincha
Clausuran y multan a negocios de Pichincha. El municipio realizó controles sobre bares, pubs y boliches. Quejas de los empresarios.
La Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana de la Municipalidad de Rosario llevó a cabo el fin de semana un fuerte operativo de fiscalización de bares, restaurantes, pubs y boliches. En total, se inspeccionaron unos cien locales y el grueso de las infracciones se sancionaron en la zona de Pichincha, donde se clausuró un bar y se multó a otros cinco comercios. Desde la cámara que nuclea a parte de los empresarios del sector volvieron a cuestionar al Ejecutivo local por “castigar” con dureza a la “actividad nocturna”. Y agregaron que este tipo de procedimientos “repercutirá invariablemente en el movimiento turístico”.
Según voceros de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana entre la noche del viernes y la madrugada del domingo se realizaron unas cien intervenciones en bares, pubs y boliches bailables. La premisa del operativo fue fiscalizar condiciones de funcionamiento, seguridad e higiene.
En los controles se clausuró de forma preventiva un bar con números en vivo en Salta al 2800 que no contaba con habilitación, amén de no reunir las condiciones de seguridad adecuadas: el local trabajaba con sus persianas bajas y las salidas de emergencia obstruidas. Además allí no se había dejado ingresar a los inspectores municipales hace algunos días, por lo que la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana solicitó una orden de registro al Juzgado de Faltas de la 2ª Nominación para poder llevar a cabo la inspección.
También se verificó la presencia de menores de edad en una confitería bailable de calle Riccheri al 100 bis, a la cual se le labró un acta.
En tanto, se constató la tergiversación del rubro en un bar de calle Brown al 2900 donde se presentaban números en vivo sin la habilitación correspondiente.
También en Pichincha, donde existen numerosas denuncias de vecinos por ruidos molestos, se detectó difusión musical fuera de horario en tres bares ubicados en Brown esquina Riccheri, Ovidio Lagos y Brown, y Brown al 2200.
Denuncian ensañamiento
Carlos Mellano, titular de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica (Aehgar) local, cuestionó el hecho de que bares y pubs (los que técnicamente, según las normativas vigentes, se denominan “bares con amenización musical”) tengan un horario para bajar la música (las 4.30) diferente de la que rige para los boliches (5.30).
“Además, las ordenanzas hoy prevén para los bares un horario para cortar la música y no de cierre. Es decir, vos podés parar con el ruido pero tener el local abierto hasta la hora que quieras. No hay tope de cierre, es insólito”, sostuvo ofuscado Mellano.
Desde la entidad vienen cuestionando desde hace un tiempo el rumbo que ha tomado el municipio en materia de controles a la actividad nocturna.
“Evidentemente hay una idea de castigar a la actividad nocturna en Rosario. Y en ese contexto, por ejemplo, se va limitando cada vez más el movimiento turístico. Es que la movida que tiene la noche es uno de los atractivos de la ciudad”, señaló el dirigente empresario.
La Terminal y más
Los operativos del fin de semana no sólo se limitaron al radio de Pichincha.
También se dictó un cese de actividades a una confitería bailable de calle Córdoba al 3500 porque no tenía vigente la habilitación. Y lo mismo se impuso a un local de Presidente Quintana al 500 por tergiversación del rubro.
Inspectores de Trabajo maltratados en un bar con casi la mitad de los empleados en negro
Inspectores del Ministerio de Trabajo que habían concurrido al bar Jhony B. Good con el objeto de relevar la situación laboral de sus empleados recibieron trato violento y agresivo por parte del encargado del local, por lo que se radicó la correspondiente denuncia judicial.
En el local, ubicado en la intersección de Güemes y Oroño, los funcionarios provinciales, a quienes acompañaban representantes del sindicato Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), detectaron la existencia de trece trabajadores sin registrar sobre 28 empleados constatados: es decir, al 46 por ciento del total.
Durante la actuación una empleada declaró ser de nacionalidad italiana, sin suministrar identificación personal, como tampoco número de pasaporte.
Trato inadmisible
Según expresaron los inspectores en la presentación que realizaron posteriormente en un Centro Territorial de Denuncias, durante el procedimiento, “desde el comienzo, el encargado del local mostró una actitud hostil, rayana en la mala educación, como si intentara de alguna forma demorar e interferir en el trabajo” que desarrollaban.
“El encargado, quien estaba ubicado detrás de nosotros, tomó una bandeja que tenía encima una jarra de chopp grande y en un movimiento la volcó empapando con cerveza nuestras pertenencias y al acta que estábamos labrando. Quien se había identificado como socio gerente, presenció toda esta situación, sonriendo ante tal actitud”, agregaron.
Desde el Ministerio de Trabajo se consideró “inadmisible este tipo de trato, situación que se agrava si se tiene en cuenta que son funcionarios públicos en cumplimiento de tareas cuyo objeto es fiscalizar la correcta aplicación de la normativa laboral”.
(El Ciudadano)