Central se tuvo que conformar con un empate en Arroyito
Los canallas perdían por el gol de Marín a los 36 minutos del primer tiempo, en el que Boca fue más, pero Becker embocó un tiro libe en el descuento y alcanzó la igualdad, que aún favorece al Xeneize.
Cuando ya Boca hacía tintinear los tres puntos que se llevaba en el bolsillo, Pablo Becker se los arrebató. Y Central acabó logrando una igualdad agónica y merecida, a juzgar sobre todo por el cambio de actitud en el segundo tiempo, luego de una primera parte de espanto en la que los de Arruabarrena justificaron la ventaja parcial.
El partido de ida de la serie de segunda fase de la Copa Sudamericana entre Central y Boca acabó 1 a 1. A los 36 minutos del primer tiempo, Leandro Marín puso el 1-0 para los de la Ribera, mientras que el oriundo de Los Quirquinchos, con un tiro libre bajo al palo del arquero, estampó el marcador final en tiempo adicionado al reglamentario.
Lo perdía bien en el primer tiempo, Central. Boca le ganaba con justicia a un conjunto que lució errático y nervioso en aquel primer acto, en el que prácticamente no inquietó a Agustín Orión. En cambio, los del Vasco coparon el mediocampo con Calleri, Castellani, Erbes y sobre todo Meli y fueron acumulando méritos hasta llegar a marcar la diferencia.
Antes de los quince minutos, avisaron Acosta y Cata Díaz (silbado por los hinchas canallas). A los 23’, Chávez remató muy cerca del palo derecho de Caranta en otra insinuación. Hasta que a los 36’, Marín llegó al borde del área, enganchó, mandó un centro cerrado y con la ayuda de un falso desvío de Chávez, burló al 1 centralista para pegar su grito.
Tuvo suerte Central de que Chávez no metiera el segundo sobre el final del primer acto. Los canallas se fueron al descanso abrumados por la falta de volumen de juego y la rapidez del mediocampo visitante para recuperar y herir a espaldas de Musto. Pero algo cambió en el vestuario. Central salió al complemento con otra actitud y paulatinamente empezó a arriar a su rival a su terreno.
Primero, Acuña lo perdió mano a mano con Orión; más tarde, Delgado reventó el travesaño con un disparo externo. Boca apostaba a la contra, pero no hallaba el momento, mientras que los canallas, con la movilidad de Becker como estandarte, se aproximaron al área de calle Génova, que defendía el arquero de la selección. Vigliano omitió un claro penal sobre Ferrari y los minutos pasaron hasta el tiempo cumplido, después del cual el partido tenía preparado un epílogo de cuento.
Ya en el primer minuto adicionado, Donatti vio la roja por agresión a un rival. Parecía que era triunfo boquense, pero había algo más: en la última bola de la noche, y tras una discutida falta en la puerta del área, Becker decidió rematar bajo al palo del 1 adversario, que reaccionó tarde y se encontró con el balón en la red.
El grito atronador salió como un rugido de las bocas y el corazón canallas. Porque el empate deja la serie abierta, pese a que el 0-0 clasificará a Boca en caso de producirse en la revancha del 17 de septiembre. Para Central, significa mucho más que un empate de local. Es la certeza de que puede, de que debe dejar atrás las lagunas futbolísticas que suele tener dentro de un mismo partido y apostar desde el principio y sostenidamente a la agresividad y la decisión con la que fue a buscar el empate en el complemento.
Los goles:
(Rosario3)