Quieren quitar a los cuidacoches: El municipio buscan tarifar el espacio público
La idea es aplicar el sistema usado en la Rambla Catalunya y el Encuentro de Colectividades. Buscan evitar abusos. La polémica sumó un nuevo ingrediente que hasta ahora la Municipalidad no había dado a conocer.
La polémica por los cuidacoches sumó un nuevo ingrediente que hasta ahora la Municipalidad no había dado a conocer. Se trata de la idea de establecer un precio fijo de estacionamiento durante los encuentros deportivos y otros acontecimientos masivos en las zonas más ocupadas por los cuidacoches. De este modo, se busca evitar su presencia como actividad particular, en la que aparecen actitudes de extorsión, para reconvertirla en inclusión social. Es que, como ya se evidenció en distintas experiencias, los trapitos podrían trabajar para entidades sin fines de lucro encargadas de administrar los sitios donde se dejen los vehículos.
En síntesis, se analiza poner en práctica el mismo sistema que da buenos resultados en el verano en la zona de la Rambla Catalunya o durante noviembre a raíz de la realización del tradicional Encuentro de Colectividades en el Parque Nacional a la Bandera.
Para desarrollar el mecanismo en estos sitios fue necesaria una ordenanza emanada del Concejo Municipal. Por eso, el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Pablo Seghezzo, insistió ayer en que se apruebe una normativa durante la convocatoria que organizó el concejal Héctor Cavallero en la comisión de Obras Públicas.
El caso de la Rambla se lleva a cabo con un permiso de explotación que otorga el municipio. Los recursos obtenidos se destinan a la cooperadora del Hospital Alberdi, una organización sin fines de lucro. La zona comprendida abarca la avenida Carrasco desde la bajada Puccio hasta Ricardo Núñez, y Costa Alta, entre Maestro Massa y Poeta Fontanarrosa, además de calles laterales.
En el área de Colectividades, ocurre algo similar. Allí la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) tiene a su cargo el cobro del estacionamiento a través de la entrega de un bono contribución.
En este sentido, la Intendencia busca darle una salida a la problemática laboral de los llamados trapitos y atacar la cuestión del pedido de dinero compulsivamente. «En general, las instituciones contratan a las personas que plantean cuidar los vehículos a cambio de dinero que se entrega supuestamente a voluntad», indicó Seghezzo. Y remató: «Con la contraprestación para una determinada ONG, directamente se establece un precio y lo recuadado va para la entidad».
Si bien el funcionario se mostró medido y cuidó las palabras al referirse al tema en la comisión del Concejo, La Capital supo que este es el proyecto que más avanza en el Palacio de los Leones y que necesita del consenso del cuerpo deliberativo.
Sin embargo, las quejas de los rosarinos en torno a los trapitos también se dan en otros lugares de esparcimiento. Para esos espacios, en su mayoría gastronómicos y de boliches, el Ejecutivo plantea reforzar los controles con presencia de las fuerzas de seguridad.
«Estamos haciendo un trabajo en los lugares más problemáticos, aunque insisto en la necesidad de que tengamos una norma clara», subrayó el titular de Control y Convivencia Ciudadana. Así, enumeró la zona de Pellegrini entre San Martín y Mitre, Pichincha bien entrada la noche y las cercanías de la plaza del Che, sobre Tucumán y Mitre.
Seghezzo se mostró convencido en que el tema será solucionado, pero «no se trata de una tarea fácil ni rápida», admitió.
Proposiciones. Mientras tanto, sobre el debate en el Concejo, el tema evidencia que todavía tiene tela para cortar. Hasta el momento hay tres propuestas en danza: la prohibición de la actividad; la identificación y regulación de quienes cumplen la tarea en la calle y la profundización de los controles y cumplimiento de normativas.
A la hora de las confrontaciones y argumentaciones durante el encuentro de ayer, el concejal radical Sebastián Chale dio datos sorprendentes. Dijo que «en la actividad ilegal de los cuidacoches se movilizan alrededor de 300 mil pesos por partido de primera división y una suma apenas inferior cuando se realiza algún recital multitudinario». El edil habló además de una organización que manejan los barras en connivencia con la policía.
Seghezzo preguntó «de dónde obtuvo los números», aunque, de todas maneras, llamó a los clubes de fútbol rosarinos a participar del debate e involucrarse en el tema.
(La Capital)