El Concejo Municipal aprobó la prohibición para estacionar en diez calles del centro
La medida entrará en vigencia en agosto y regirá de lunes a viernes, de 7 a 21. Se pierden 700 boxes para aparcar el vehículo.
Por amplia mayoría, el Concejo aprobó ayer el proyecto que prohíbe estacionar en diez calles del centro de la ciudad. Desde mediados de agosto no se podrá dejar el auto en 70 cuadras del área central y se perderán unos 700 espacios para aparcar el vehículo. Según los ediles que votaron en contra, la medida perjudicará a más de 200 mil automovilistas al mes y potenciará el negocio de cocheras privadas. Los defensores plantearon que se ganará fluidez en la circulación y que aumentará el uso del transporte público. La restricción regirá de lunes a viernes, de 7 a 21. Los empresarios de esa zona cuestionaron el plan y alertaron que bajarán las ventas.
La propuesta fue ideada por la gestión de la intendenta Mónica Fein y estaba en el Palacio Vasallo desde noviembre del año pasado. Fueron más de seis meses de debate en comisión para sancionar un plan que cambiará el mapa de la movilidad en el casco histórico.
En total, son diez calles que, en diferentes tramos, tendrán ahora restricción para dejar el auto: Buenos Aires, Sarmiento, Mitre, Entre Ríos, Paraguay, Roca, Tucumán, Urquiza, Rioja y Mendoza.
Las áreas afectadas son:
– Tucumán, de Oroño a Sarmiento.
– Urquiza, de Mitre a Corrientes.
– Entre Ríos, de Tucumán a Pellegrini.
– Presidente Roca, de Tucumán a San Luís.
– Mendoza, de Buenos Aires a Dorrego.
– Buenos Aires, de 3 de Febrero a Córdoba.
– Sarmiento, de Tucumán hasta San Lorenzo y desde San Luis a 3 de Febrero.
– Mitre, de 3 de Febrero a San Luis y de San Lorenzo a Urquiza.
– Paraguay, de Tucumán hasta San Juan.
– Rioja, de Buenos Aires a Maipú y de Corrientes a Oroño.
En el recinto la norma fue aprobada por 16 votos a favor y 6 en contra. La avalaron los ocho concejales del interbloque oficialista, cinco de Unión PRO, dos del PPS y el justicialista Osvaldo Miatello. La rechazaron tres radicales, dos kirchneristas y Carlos Cossia.
En la Intendencia estiman que estarán en condiciones de implementar la restricción hacia fines de agosto. Previamente, habrá instalación de cartelería y una campaña de concientización e información con folletería.
En paralelo, el proyecto sumó una sugerencia del edil Diego Giuliano (PJ) para que se establezca un plan de estacionamiento disuasivo. Habrá espacios para dejar vehículos, en los bordes del macrocentro, que funcionarán como centros de transferencia vehicular.
Esos centros contarán con un servicio diferencial de transporte público que le permita al vecino llegar al microcentro con una frecuencia de salida de 15 minutos.
Entre los más críticos, el radical Jorge Boasso planteó: «Este proyecto originará varios inconvenientes. Congestionará las arterias donde estará habilitado estacionar e impactará sobre la vida del centro comercial de Rosario».
«También repercutirá —continuó— sobre los valores de las tarifas en las pocas playas de estacionamiento existentes. Y seguramente en breve se extenderá, en compensación a la empresa concesionaria, el estacionamiento medido hacia otros barrios de la ciudad».
El kirchnerista Roberto Sukerman señaló: «En lugar de generar alternativas se crean más problemas a los vecinos. Es una restricción excesiva. No estamos hablando del microcentro. Se trata de un radio muy amplio delimitado por las calles Tucumán, Mendoza y Oroño».
El concejal del PPS Héctor Cavallero reconoció que, si bien se pueden producir algunos inconvenientes, la iniciativa privilegia a «los que menos tienen, que deben tomar el ómnibus y atravesar toda la ciudad para llegar al centro».
El ex intendente fue más allá y afirmó: «Rosario tiene cuadrícula urbana hecha para alrededor de 350 mil habitantes y sin autos, Hoy está sobrecargada de vehículos de todo tipo. En unos años, tendremos necesariamente que restringir la circulación y el estacionamiento en todo el microcentro».
Beneficios. La titular de la Agencia de Movilidad y Seguridad Vial municipal, Mónica Alvarado, defendió la iniciativa. «Lo que se busca es democratizar el uso del espacio público. La prohibición para estacionar afecta a 700 boxes, pero en paralelo se beneficia por hora a 3.500 usuarios del transporte público, 2.500 peatones y mil automovilistas por cuadra que no se detienen y circulan», fundamentó.
Alvarado destacó que la norma «mejorará notablemente la fluidez de la circulación vehicular en el centro», la zona con más movimiento de la ciudad.
Cuando se la consultó sobre el posible aumento de cocheras privadas, respondió: «En los últimos cuatro años las tarifas de las cocheras en la ciudad subieron 350 por ciento, es cierto. Lo que no se dice es que en el mismo período los salarios se ajustaron un 332 por ciento, el gasoil aumentó 339 y los gastos del auto, 345. Es decir que acompañó la inflación real».
Alvarado también negó que se vaya a compensar a la concesionaria del estacionamiento medido con otras calles pagas por la caída de 70 cuadras.
«El pliego de licitación permite al Ejecutivo ajustar hasta un 20 por ciento de las plazas, que en la actualidad son 5.000, con lo cual por ahora no se ampliará el espacio medido y pago», indicó.
(La Capital)