Fútbol y política tratan de disimular la realidad
Evidentemente pasan cosas sobrenaturales en el macrocosmos político latinoamericano. Aquello que se creía que podría pasar es probable que no ocurra; y lo insólito está ocurriendo.
Por ejemplo, nadie hubiera imaginado hace un par de años que la respetada gestión de la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, que logró reducir la exclusión social y la pobreza, e incluir a Brasil en el lote de países emergentes cuyos modelos de desarrollo son referencia en el mundo, terminara su primer ciclo envuelta en una desgarradora ola de violencia social. Y menos aún, que esto ocurriera en medio del campeonato mundial de una disciplina -el fútbol- que hizo de Brasil una referencia admirada y admirable en el mundo. Por eso, que los brasileños rechacen el Mundial de fútbol es como si los norteamericanos se negaran a ver las finales del Súper Bowl. O del básquetbol ó beisbol.
Las sospechas de corrupción y negociados multimillonarios para unos pocos, anidan en las atormentadas almas de miles de brasileños que hacen sentir su furia en la vidriera mundial y en HD. Otros optan por dale la espalda al estelar torneo. Créase o no; Brasil es indiferente a un mundial de fútbol.
Un poco más al occidente del Mercosur el Mundial difícilmente oculte, tal como se creía, las peripecias judiciales del vicepresidente argentino Amado Boudou «and his friends». Y tampoco diluirá entre goles y jugadas sospechosas los aprestos políticos preelectorales, que todo hace suponer aprovecharán este período de supuesta enajenación futbolera para potenciarse.
Scioli desembarcó tibiamente en Rosario
El gobernador bonaerense Daniel Scioli llegó a Rosario para inaugurar un local del Grupo Bapro y de paso le organizaron unas charlas en la Bolsa de Comercio y la Universidad nacional de Rosario. Durante las pocas horas que estuvo en la gran ciudad del Sur vivió en carne propia la tremenda crisis de identidad electoral que envuelve al peronismo santafesino, que desvive buscando el líder electoral que, de una buena vez reemplace en la cosecha de los votos al no pocas veces vituperado Reutemann.
Para algunos Miguel Del Sel es la quimera del oro; mientras que para otros sólo representa el delirio de una noche febril. Macri (que no cree en la superstición peronista del desenganche entre las elecciones provinciales y nacionales) no admitiría que Del Sel fiche para un club (el peronismo) que dos meses después competirá contra el suyo en el torneo nacional, aseguran los peronistas de mayor realismo.
De paso, hablando de Jefe de Gobierno porteño: ¿le sirve un Miguel del Sel derrotado en Santa Fe?. ¿A quién llevará como tractor de votos santafesinos en la boleta de senador nacional, por ejemplo?. ¿Quièn encabezará la lista de diputados nacionales?.
Volviendo a la visita de Scioli a Rosario; hace un par de semanas nos preguntábamos qué referentes del peronismo rosarino recibirían en el aeropuerto de Fisherton. Fue -de manera protocolar- el ministro de Gobierno de la provincia, Rubén Galassi, quien le dejó los saludos cordiales del gobernador Bonfatti, quien por estas horas recorre junto a empresarios de nuestra región la lejana Nueva Zelanda, y con quien Scioli tiene una excelente relación institucional, al punto de que ambos gobernadores compartieron la idea de convocar a policías retirados para combatir el azote de la inseguridad. No sólo eso, el bonaerense también se entusiasmó con la idea de la tasa vial que luego aquí – y por ahora- no ha logrado cosechar las necesarias adhesiones parlamentarias entre los opositores y oficialistas.
Entusiastas y agradecidos (el gobernador estuvo en esta capital el año pasado apoyando a Jorge Obeid en el último tramo de su campaña a diputado nacional), el residual obeidismo santafesino recibió a Scioli en Rosario en las figuras de Mario Lacava, Rubén Mehauod, Juan C. Forconi y Alejandra Obeid.
Con la enigmática María Eugenia Bielsa hubo una desinteligencia operativa que frustró el encuentro (en nombre del sector saludó a Scioli el diputado Damiani); mientras Omar Perotti, de viaje en los EE.UU. como integrante de la delegación de argentinos que respaldó la posición nacional ante los fondos buitres, envió desde Rafaela a sus legisladores Alcides Calvo y Roberto Mirabella, quienes junto al diputado del FPV Darío Mascioli (que le dejó los saludos del presidente del PJ santafesino, José Luis Freyre) y Lacava mantuvieron una reunión a solas con Scioli en el hotel Tower. Allí Calvo y Mirabella invitaron a Scioli a la muestra rural de agosto en Rafaela, convite que aceptó gustoso.
El Frente para la Victoria rosarino de Agustín Rossi y Luis Rubeo (también en Nueva Zelanda junto a Bonfatti en misión comercial) aportó su militancia para completar el auditorio alternativo de la UNR donde disertó Scioli. En la Bolsa de Comercio por cierto se esperaba una convocatoria más acorde con la talla del visitante.
Viajaron también desde Santa Fe, para marcar presencia los jóvenes deportistas Matías y Emiliano Dalla Fontana, quienes a la orden del ministro de Trabajo de Buenos Aires, Omar Cuartango, caminan la provincia armando equipos de trabajo referenciados en la agrupación Descartes.
Del Sel tiene que disciplinar la tropa
Adelantábamos la semana pasada que Miguel del Sel tenía por delante el desafío de encarrilar su desmembrado bloque de diputados provinciales Unión PRO, que se redujo a seis integrantes al desgajarse la diputada Miriam Cinalli, esposa del ex compañero de fórmula Osvaldo Salomón, ahora en tándem con Norberto Nicotra. Y peor aún, ahora aparece dividido en cuatro sub-bloques: Norberto Nicotra (con Cinalli); Alejandra Vucasovich, solitaria pero con sello partidario (que le permite ir a Labor Parlamentaria); Federico Angelini junto a Germán Mastrocola y Raúl Fernández en compañía del otro gremialista peronista, Demetrio Álvarez.
«Somos seis y vamos cuatro a la reunión de Labor Parlamentaria; esto es poco serio», confesaba, atribulado, el diputado Raúl «Oreja» Fernández, amigo de toda la vida de Del Sel. Fernández cree que de esta manera se llega debilitado a cualquier negociación con los feroces lobos peronistas, sedientos de poder y con el instinto de negociación y roscas políticas intacto. La única manera de conjurar esto, opina el experimentado diputado peronista aliado Norberto Nicotra, es aprovechar las Paso y abrirle el juego a todos los que quieran sumar para Miguel.
La pelota de fútbol en Brasil echó a rodar polémicamente en un Mundial conflictuado y sospechado. En la Argentina ocurre algo parecido en el terreno de la política