Central recibe a Tigre con la necesidad de cortar la mala racha
El partido se jugará en el Gigante de Arroyito a las 21.30. Con la consigna de copar la mitad de cancha, el Canalla tiene la misión de reivindicarse tras tres derrotas en cadena.
Debe levantarse. Tres derrotas en cadena achican el margen de error. Central no puede volver a mancarse esta noche ante Tigre. Su gran desafío estará en no perder la cabeza, combinar intensidad y paciencia, no dejarse llevar por la desesperación que bajará de las tribunas y archivar las licencias que vienen otorgando en los metros finales de la cancha. Y esto corre tanto para el área propia como la ajena. Los golpes duros ante Godoy Cruz, Colón y San Lorenzo encendieron la alerta en Arroyito, aunque este grupo ya demostró que siempre tuvo templanza para sobreponerse cuando los resultados le dieron la espalda. Hoy la cita con el triunfo está en el primer renglón de la agenda.
Todavía está caliente el recuerdo de los minutos finales del último jueves ante San Lorenzo, cuando Central tenía el resultado como aliado y en un ráfaga el Ciclón se quedó con todo. Encima el saldo negativo de la caída en el Nuevo Gasómetro se acrecentó con las rojas de Hernán Encina y Rafael Delgado, que obligará a Miguel Angel Russo a meter mano en el equipo (ver aparte).
Tigre vendrá a achicar espacios hacia atrás y no verá con malos ojos el empate. Por eso la consigna de Central será copar la mitad de cancha y ser ancho a la hora de atacar. No caer en el embudo que le propondrá la defensa visitante. El Canalla además deberá estar concentrado en la última línea para que no lo sorprendan de contraataque. También será vital administrar la pelota con criterio en la zona de volantes y no confundir atacar con profundidad, que hacerlo desde el nerviosismo y el apuro.
No es un dato menor que el adversario llegue con una foja de servicio de cuatro empates en cero, un sólo gol en contra y otro a favor. Refleja que es un equipo que prioriza cuidar su arco más que atacar el de enfrente. Y que lo viene haciendo con relativo éxito. Por eso el Canalla necesitará movilidad, precisión y pimienta en los últimos metros para vulnerar el cerrojo del Matador.
A esta altura del certamen pasado, Central tenía seis puntos, uno menos que los que tiene ahora tras jugarse seis fechas. Por eso el inconveniente auriazul no pasa tanto por la cosecha en la tabla, como sí por la secuencia de tres derrotas en fila donde las individualidades tuvieron rendimientos desparejos.
La necesidad de la victoria no debe cegar a Central a la hora de buscar los caminos propicios para encontrar la recompensa del resultado. Hay 90 minutos para conseguir el objetivo y el sendero del apuro no será el indicado. Debe realizar su faena con paciencia, que no es lo mismo que letargo ni lentitud. El Canalla necesita ponerse de pie. Puede hacerlo.
(La Capital)