Los emboscan, les roban el dinero que iban a depositar y los balean
A los tiros en Echesortu. El gerente y el contador de una constructora fueron atacados a las 14.20 de ayer frente al banco de Mendoza al 4000.
René P. y Guillermo C. llegaron ayer a la tarde a una sucursal bancaria del barrio Echesortu con la intención de depositar un monto no precisado de dinero. Pero no tuvieron tiempo de bajarse del auto en el que iban, que quedó parado en doble fila. Enseguida fueron emboscados por dos motociclistas, uno de los cuales primero golpeó al conductor del vehículo y luego le quitó una mochila en la que estaba el efectivo. Antes de escapar, dijeron los testigos, el maleante abrió fuego y un balazo atravesó el cuerpo de los dos ocupantes del rodado. Los dos hombres fueron internados en el Hospital Carrasco, que se erige a sólo tres cuadras del lugar, donde se sostuvo que sus vidas no corren peligro.
René P. y Guillermo C. son el gerente y el contador de Estructura Don Mario, una empresa constructora situada en Junín y Campbell, en la zona noroeste de la ciudad. Cerca de las 14 de ayer se subieron a un BMW328i y se dirigieron a la sucursal del banco Macro ubicada en Mendoza 4080, entre Avellaneda y Lavalle. Recorrieron unas cuarenta cuadras sin sobresaltos y detuvieron el auto de color gris azulado frente a la entidad bancaria en la cual planeaban realizar un depósito. Por entonces en ese lugar había un sinnúmero de peatones y vehículos en la zona.
Pero no pudieron realizar el trámite. Y tampoco tuvieron tiempo de bajarse del auto. Sin que ellos pudieran advertirlo, dos hombres jóvenes que se movilizaban en una moto Yamaha XTZ negra se detuvieron detrás del BMW. Quien iba como acompañante del rodado descendió con la rapidez de un rayo y en escasos segundos estuvo frente a los ocupantes del auto. El maleante, vestido con una remera blanca y un jean, primero exhibió un arma de fuego y luego destrozó a culatazos el cristal de la ventanilla del lado del conductor. El vidrio quedó hecho añicos ante la mirada atónita de René P., de 53 años, que manejaba el vehículo.
Golpeó y tiró. El gerente de la empresa constructora quedó paralizado ante la irrupción tan sorpresiva como violenta del asaltante. Antes de que pudiera pronunciar una palabra, el asaltante le asestó un tremendo golpe en la cara con el arma. «Dame la plata», gritó mientras miraba la mochila que Guillermo C. tenía en sus manos. Entonces el contador levantó el bolso con el dinero, se lo dió a René P. y éste se lo entregó al malhechor. Antes de escapar el ladrón «volvió sobre sus pasos y efectuó un disparo hacia el interior del vehiculo», explicó el suboficial Ariel Acosta, a cargo de la Patrulla de Intervención Urbana.
El proyectil atravesó el codo derecho del gerente pero no quedó alojado allí. En su recorrido en línea recta también alcanzó al contador y le perforó el brazo derecho y la pierna derecha. Tras el ataque, el asaltante se trepó a la moto Yamaha en la cual lo esperaba su cómplice, con un casco negro, y emprendieron el escape en dirección al centro de la ciudad.
Un rato después, un patrullero llevó a los dos hombres heridos al hospital Carrasco, donde quedaron internados. «Su estado es estable y no revisten gravedad», explicó el comisario Acosta. Ayer a la tarde, una familiar de René P. comentó que al contador tenían que operarlo. «No sé nada de lo que pasó», fue la escueta respuesta de la mujer al cronista de LaCapital en la puerta del centro asistencial.
Todo filmado. Las cámaras de video del banco Macro registraron toda la secuencia del atraco. Según la filmación, el suceso ocurrió a las 14.22, cuarenta minutos antes del cierre de los bancos. Dos minutos más tarde ingresó el pedido de auxilio al 911 y a las 14.28 llegó el primer patrullero. A esa hora muchas personas recorrían el barrio en el que están emplazados bares, restaurantes, comercios y bancos. Uno de quienes presenció la escena del hecho fue Juan Carlos, quien esperaba a su esposa mientras realizaba un trámite en la entidad financiera. «El auto se paró frente al banco. Al toque apareció una moto. Se bajó un tipo y empezó a pegarle al vidrio del lado del conductor. Lo primero que pensé es que era un accidente de tránsito y que el tipo del auto había encerrado a la moto. Entonces bajé del cordón y le dije «pará», pero cuando ví que disparó adentro del auto me corrí», explicó el hombre con anteojos para sol.
El maleante, según Juan Carlos, corrió hacia adelante y se ubicó frente al parabrisas mientras apuntaba con el arma al BMW. «En ese momento el acompañante le mostró la mochila y se la dio», comentó el testigo. Con el efectivo en su poder, los dos ladrones doblaron por Lavalle al norte y se esfumaron.
El hombre se quejó porque las víctimas del asalto no fueron asistidas por ningún servicio de emergencia médica. «La ambulancia no vino nunca. Nosotros los bajamos del auto, un mozo del bar de la esquina les dio una silla y un vaso de agua. Cuando llegaron los móviles de la policía les dijimos si los podían llevar al hospital, pero nos respondieron que no podían. Entonces la gente los subió de prepo a un patrullero y lo llevaron al hospital Carrasco», se lamentó el hombre mientras señalaba las manchas de sangre que había en la vereda de enfrente del banco.
(La Capital)