Racing arrolló a Independiente en el primer clásico de verano

Gabriel Hauche, de chilena, abrió el marcador al minuto de juego y luego Sebastián Saja, de penal, y Valentín Viola decretaron el 3-0. Fue la primera vez que se cruzaron tras el descenso del «Rojo».

Racing golpeó en los momentos justos e Independiente no tuvo respuestas. Con esos dos principios, «La Academia» logró una valiosa y alentadora goleada por 3-0 en el clásico de Avellaneda de verano, que se disputó en el estadio José María Minella de Mar del Plata.

Racing comenzó ganando ‘desde el vestuario’. Al minuto, Saja sacó, la pelota picó en la mitad de la cancha y desconcertó a la defensa del «Rojo». Gabriel Hauche estuvo atento y, en medio de los centrales, ejecutó una chilena que se convirtió en el 1-0 a favor de «La Academia».

Si la situación ya era difícil para los dirigidos por De Felippe, todo iba a empeorar cuatro minutos después. Morel Rodríguez salió a cortar a Villar, que intentaba meterse en el área, y terminó cometiéndole una dura falta. La acción le valió la expulsión al defensor, que se fue de manera prematura a las duchas, y el cambio al mediocampista, que salió lesionado.

Independiente intentaba acercarse al arco defendido por Sebastián Saja, pero no lograba ser claro ni profundo. Pisano, con un remate desde lejos, fue el único que se animó, aunque con poca precisión.

El equipo de «Mostaza» Merlo, en tanto, manejaba los tiempos tranquilo. Las falencias en el fondo del rival le hacían saber que solo debía «apretar un poco el acelerador» para estirar la distancia en el marcador. Fue así que, con paciencia y solidez en sus movimientos, «La Academia» logró una diferencia arrolladora en los primeros 45 minutos.

Sobre los 33, tras un buen pase en profundidad para Hauche, el «Demonio» se metió en el área y el arquero Rodríguez, en su intento por cortar su corrida, le cometió falta. Sebastián Saja se paró desde los doce pasos y «fusiló» a su par de Independiente para sellar el 2-0.

Tan solo seis minutos después, tras un tiro libre, Valentín Viola cabeceó hacia el medio y, aunque pareció que Fernando Ortiz le cambió la trayectoria a la pelota, fue el delantero el que logró la tercera conquista de «la Academia».

Racing se fue al descanso con una diferencia abrumadora: tres goles de diferencia y un hombre de más. De esta manera, las perspectivas para Independiente no eran alentadoras de cara al complemento.

En la segunda parte, todo era fiesta entres los racinguistas. El ‘Ole’ cuando su equipo manejaba la pelota y la marcha fúnebre, entre otras cargadas por el descenso del «Rojo», bajaban desde las tribunas.

Dentro del campo de juego todo era pasividad. Racing había logrado una distancia que le permitía afrontar los segundos 45 minutos como un mero trámite, mientras que Independiente sabía que estaba ante una desventaja casi imposible de remontar. Ambos entendieron que, al estar en el primer tramo de la pretemporada, lo mejor era no derrochar energías.

Ni un consuelo sobre el final pudo tener el «Rojo» que, a los 40 de la segunda etapa, tuvo una chance cuando Pisano estrelló una pelota en el palo. El ex jugador de Chacarita fue el que más inquietó de la ofensiva del equipo de De Felippe.

El clásico de Avellaneda fue para Racing y la desazón quedó del lado del «Rojo».

(INFOBAE)