Rascando la olla
Los números no vienen bien en la administración Fein, por eso desde calle Buenos Aires están buscando nuevas fuentes de financiamiento para tratar que los incrementos de tasas y servicios brindados por el municipio sean lo más leves posibles.
Teniendo en cuenta el magro resultado electoral y la nueva composición del Concejo, necesitarán dosis recargadas de astucia para manejar la economía local en los próximos dos años al frente del municipio.
Mientras por un lado se promueve la utilización del transporte público de pasajeros, por otro lado se impulsa la construcción de cocheras subterráneas, un contrasentido solo explicable por los dividendos que el Ejecutivo tendría en las futuras concesiones de estos espacios.
La colocación de cámaras de videovigilancia, muchas de ellas financiadas por el gobierno provincial, siempre fueron una tentación para el socialismo local, que vio en ellas una excelente oportunidad de cobrar las infracciones de tránsito que en ellas se detectan.
Esto hasta el momento no fue autorizado por el órgano legislativo local, ya que consideran que la desviación de la función primogénita de ese elemento, perjudicaría su fin específico.
También se piensa en incrementar sustancialmente las multas producto de las miles de infracciones de tránsito que cometen a diario los automovilistas rosarinos. Son muchas, la mayoría de ellas no quedan registradas y deberían costar más caras.
Como automovilista veo a diario el andar impune de vehículos que sin el menor respeto por la vida de los demás, ni la suya propia, pasan adrede semáforos en rojo sin importarles un bledo la vida. Es hora que TODOS los semáforos tengan cámaras.
Un presupuesto municipal que rondará los 3800 millones de pesos, sin contemplar el incremento que recibirán los once mil empleados municipales debería permitir realizar obras de infraestructura que una ciudad moderna necesita. Sin embargo, la inversión en pavimento a nivel definitivo y en cloacas es insignificante, contemplada frente al crecimiento exponencial que ha experimentado la ciudad en los últimos años.
Se sabe que todos los incrementos son antipopulares, y de eso vive la administración en una economía inflacionaria. Irizar, que seguirá al frente de la cartera económica y no ocupará un lugar en el Palacio Vasallo a pesar de su desenfrenado baile con Cappiello y compañía está afinando la punta al lápiz para no cometer nuevos errores de cálculo.
El endeudamiento municipal supera largamente los mil millones de pesos, las fuentes de financiamiento son escasas, y los compromisos contraídos alguna vez vencen. Así las cosas, deberán cuidarse los recursos como si fueran pepitas de oro y evitar el despilfarro innecesario que lo hay, y mucho.
Poca falta hace saber que el pibe recuperado de la calle ahora juega al Hockey o que la abuela ahora hace gimnasia, salvo que se estén pagando favores a medios de comunicación contemplativos con la actual administración. Que no se diga…
(Rosarinoticias.com)