Chicos búnker: 30 menores detenidos en lo que va del año

El adolescente de 15 años que fue encontrado este martes dentro de un kiosco de drogas, encerrado con candado y en condiciones infrahumanas, es apenas un caso entre muchos. En lo que va de 2013, la Policía arrestó, en promedio, a cuatro menores por mes ligados al narcotráfico en Rosario. La cifra crece: en 2012 habían sido 16, en un plazo similar y en toda la provincia.

El narcotráfico crece como si no prestara atención a las causas judiciales, a las bandas que caen, a las internas que cada tanto aparecen en los medios de comunicación. Crece como un fenómeno aún oculto, incomprendido. Este martes la Policía provincial allanó un bunker en zona sur y además de sustancias prohibidas, encontró a un chico de 15 años. Fue detenido como vendedor pero se trata de otra víctima del negocio: atendía doce horas por día, encerrado dentro del punto de venta de drogas y en condiciones infrahumanas. Es uno de los 30 menores detenidos en Rosario por un hecho similar en lo que va de 2013.

La Dirección General de Prevención y Control de Adicciones de la Policía provincial, zona sur, realizó este año en el Departameno Rosario 136 allanamientos y detuvo a 30 chicos, que cumplían esa función de vendedor de drogas o bien de “soldaditos”, los custodios armados, según informó el periodista de Radio 2, Héctor López.

En promedio, son cuatro los chicos que se detienen por mes vinculados al narcotráfico. El número duplica a las cifras que dio a conocer este medio en julio del año pasado: cuando habían sido arrestados -en los primeros siete meses y por la misma causa- 16 chicos. El agravante es que ese dato correspondía a toda la provincia.

El último búnker que cayó este martes estaba escondido detrás de una casa abandonada, conectado al frente de Balcarce al 5900 por un pasillo. La puerta estaba cerrada con candado y cadenas. El adolescente detenido no pudo ni siquiera intentar escapar. Apenas pudo contar que trabajaba 12 horas todos los días. Las imágenes del informe de El Tres se encargan de contar el resto: un lugar oscuro, húmedo, una silla rota, una especie de baño repleto de basura.

El periodista de Radio 2 Gustavo Poles, quien ingresó al lugar, apuntó el fuerte olor a orina y otros desechos y calificó de “infrahumanas” las condiciones del menor, detenido por un delito (más tarde fue liberado por ser menor) pero víctima de la explotación.

En julio de 2012, Rosario3.com realizó un informe sobre la problemática. El entonces subjefe de la Policía santafesina, Cristian Sola, afirmó: “Hasta el 12 de julio (de ese 2012) se realizaron en la provincia 150 allanamientos en los denominados búnkeres. Se apresó a un total de 180 personas, 122 hombres, 42 mujeres y 16 niños (10 varones y 6 nenas)”.

Además de datos, el informe de Sabrina Ferrarese describió cómo era el mundo de los chicos bunker: “Encerrados, sin baño ni ventilación, venden sustancias ilegales a cambio de una paga diaria que los libera del hambre pero los condena a la exclusión. Cómo los reclutan y por qué se convirtieron en la mano de obra barata de un negocio millonario”.

Las estadísticas crecen y la imágenes que desnudan esos fuertes -cárceles directas para quienes venden e indirectas para quienes compran- se repiten. En el informe de hace un año El Tres recorrió un bunker de Felipe Moré y Gorriti, antes de ser destruido. Semanas después, Gabriel, quien trabajó en uno de esos espacios, contó su historia de hambre, miedo y desesperación. Este año, ese relato ya se multiplicó por 30.

(Rosario3)