Enemigos íntimos
El peronismo navega en un mar de dudas para las elecciones generales tras la debacle electoral de las PASO. En el entorno de Obeid hay malestar con La Cámpora (que conservará el manejo del dinero), acusan a sus militantes de distraer recursos que eran para el ex gobernador. El rossismo quiere un rol más activo. Los senadores del PJ tampoco pusieron toda la carne en el asador.
Los 380 mil votos que arañó el Frente para la Victoria en las primarias abiertas del 11 de agosto depositaron a la lista encabezada por Jorge Obeid en el tercer lugar de las preferencias. Después de algunos días de duelo se agudizaron las peleas internas, ya no sólo en el PJ sino también entre los propios estrategas electorales. Desde la Casa Rosada casi no hubo comunicación y el rossismo reclama participar en la redefinición de la campaña para las generales del 27 de octubre.
El obeidismo sintió más que nadie el amargo sabor de la derrota en las urnas (ya que también apostaban a proyectarse para la gobernación en 2015), aunque trataron de minimizarla porque no hubo una interna directa. Así lo indicaron a Diario UNO varios de los dirigentes de ese sector, que con el transcurrir de los días dejaron de lado la catarsis para identificar cuáles fueron los puntos flacos de la estrategia electoral.
En el centro-norte de la provincia jugaron con el armado que disponen desde hace muchos años y con presidentes comunales. En el sur, básicamente en el Gran Rosario, con La Cámpora y aliados. Mientras tanto, había mucha confianza en el aporte de los intendentes porque responden a las directrices del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y de su delegado en Santa Fe, el secretario de Transporte de la Nación Alejandro Ramos.
Quedó a la vista que todo eso no alcanzó para sumar votos o que buena parte de los dirigentes no hicieron lo que se comprometieron a hacer. También cuentan en el peronismo que hubo pocos contactos para que participen los diputados y senadores provinciales del PJ. Muestra de todo ello es que el Frente para la Victoria sólo ganó en el departamento 9 de Julio; quedó segundo en General Obligado, San Cristóbal, Vera y San Javier; y terminó detrás del FPCyS y del PRO en 14 distritos.
Las culpas internas en el obeidismo se buscaron la misma noche del domingo 11 de agosto, donde en la sede del PJ abundaron discusiones subidas de tono y muchos insultos. Respecto de la agrupación de Máximo Kirchner, el ex gobernador de Santa Fe sabía que aceptar la candidatura implicaba compartir la campaña con gente que en realidad no lo quiere. Pero era una condición indispensable para terminar de cerrar el acuerdo con Cristina Fernández.
Pese a las dudas Obeid creyó que jugar en el mismo equipo alcanzaba para redoblar esfuerzos, a partir de un objetivo común, y así conseguir un buen resultado. No fue así, y un par de sus muchachos se encargaron de hacer correr el malestar. El apuntado fue Marcos Cleri, legislador nacional y uno de los que manejó fondos de campaña y línea directa con Buenos Aires.
En el justicialismo provincial –varios sectores, desde el rossismo a otros actores principales en el variopinto partido– es extendida la idea de que La Cámpora distrajo recursos que eran para Obeid y su lista, en la nómina de postulantes al Concejo Municipal de Rosario que encabezó Sebastián Artola. “Este muchacho es un invento de Cleri, que sacó menos votos que la izquierda con un gasto millonario en promoción”, remarcó una fuente a Cruz del Sur.
Reconstruir la confianza entre esos socios políticos parece una quimera y a una semana de las PASO el obeidismo esperaba que funcionarios nacionales cercanos a la Presidenta de la Nación se comuniquen con el ex gobernador para ver de qué forma se ponen a trabajar de cara al 27 de octubre. Hubo algunos llamados breves, nada importante. “¿Vendrá Cristina a hacer campaña?”, fue la pregunta retórica de un legislador provincial K que grafica el momento.
Sectarismo y exclusiones
Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe Luis Rubeo dio otro punto de vista sobre los acontecimientos. “Nuestro sector, el que responde a Agustín Rossi, a pesar de no ser convocado trabajó para Jorge Obeid, pero la estrategia de campaña del Frente para la Victoria no fue fijada por nosotros y, para revertir esto, se tiene que convocar absolutamente a todos y no ser sectarios”, evaluó.
La definición es un tiro por elevación a todos aquellos que participaron en el diseño político-electoral (como La Cámpora). En ese sentido, Rubeo dijo que “hubo distintos motivos” por el cual la lista del Frente para la Victoria terminó tercera entre las preferencias de la gente. “Uno de ellos fue no haber tenido la suficiente claridad de concepto y propuesta en lo que refiere al electorado”, indicó.
“Nosotros tenemos que decir claramente que los legisladores nacionales que promoveremos en Santa Fe son los que seguirán acompañando a la presidenta de la República, Cristina Fernández de Kirchner”, agregó el dirigente rossista en alusión a los mensajes que bajaron desde Jorge Obeid. Y comparó que en la elección presidencial de 2011 Cristina Fernández logró un 37 por ciento de adhesiones en Santa Fe y ahora “un porcentaje mucho menor (21 por ciento)”.
—¿Fueron convocados por Jorge Obeid y su sector para trabajar por la lista?, preguntó una cronista de la Legislatura a Rubeo.
—Nosotros nos abocamos a trabajar, fundamentalmente, en la ciudad de Rosario. Colaboramos en la mayoría de los distritos. Presentamos listas en 190 distritos y en esos distritos trabajamos, pero la estrategia de campaña no la fijó nuestro sector.
—¿Qué se tiene que hacer para revertir el resultado electoral?
—Empezar por convocar absolutamente a todos los sectores; no ser sectarios y excluyentes.
A todo esto, otros factores externos también inciden en el malestar general dentro del heterogéneo justicialismo. Puntualmente, la elección en la Cámara baja de la provincia sobre quién sería el o la reemplazante de la fallecida Silvia De Césaris fue una muestra en tiempo real de cómo está dividido el Frente para la Victoria. Más allá de las valoraciones jurídicas del caso, el rossismo y sus aliados le volvieron a ganar al bielsismo.
Hasta antes de la candidatura de Jorge Obeid, el sector político que tiene el ex gobernador en la Legislatura provincial siempre votó en idéntico sentido que María Eugenia Bielsa y la defendió en casi todas las peleas internas. El jueves pasado esos diputados –Mario Lacava, Alejandra Obeid y otros más– ni siquiera bajaron al recinto y la actitud se interpretó como un guiño funcional a la asunción de Mariana Robustelli (Movimiento Evita, aliados a Agustín Rossi).
El dirigente bielsista que no entró a la Cámara baja santafesina, Julio Ricardo López, vendió cara su situación y dejó un duro mensaje para octubre: “No tengo cara para decirle a mis amigos que voten en este caso a (Jorge) Obeid. No tengo cara para decirle a mis amigos que voten por Obeid cuando han hecho cualquier cosa y han puesto una cabina de peaje en la puerta de la Legislatura”.
El post kirchnerismo
Todavía estaban haciendo el escrutinio definitivo de los votos en la Secretaría Electoral Nacional –operativo que terminó el sábado pasado– y dirigentes del justicialismo santafesino empezaron a tender redes por fuera de la estructura partidaria y del kirchnerismo. El primero que lo dio a conocer es el actual concejal de Casilda y ex secretario de Municipios y Comunas de Obeid, el licenciado Roberto Meli.
“Los justicialistas que nunca fuimos ni kirchneristas ni antikirchneristas no encontrábamos un espacio referencial nacional que nos contenga en el trabajo de encarar la resolución de los problemas de los argentinos. Hoy estamos convencidos que la voluntad popular que está naciendo liderada por Sergio Massa atenderá, desde la unión y la concordia, esos asuntos pendientes”, manifestó el edil, que se quedó con el sello del Frente Renovador.
Meli se comunicó con varios concejales que integran el inexpresivo Foro de Concejales del PJ para contar su decisión y para informar que está abierto el libro de pases. “Es impensado que en el país de las vacas no haya vacas, que en el país del trigo no haya trigo, que ni siquiera la mesa con carne y pan esté asegurada, algo anda mal y hay que cambiar, el espacio de Massa representa a un sinnúmero de argentinos que desde el justicialismo queremos construir el futuro, sin sectarismos, sin soberbias y sin enfrentamientos”, voceó.
Todo eso, apenas cinco días después de las PASO. A su vez, un legislador provincial que está dentro del Frente para la Victoria pero no viene del kirchnerismo interpretó que el resultado en la provincia de Buenos Aires, donde se da la madre de todas las batallas electorales, tampoco colabora con la situación del extraño kirchnerismo santafesino.
Este dirigente –que pidió absoluta reserva de nombre– supone que la Casa Rosada estará más abocada a descontarle votos a Sergio Massa que a lo que ocurra en distritos con poco peso electoral o donde remontar en las urnas será bastante más difícil. Un eufemismo para graficar que la suerte está echada y la de Obeid también.