La violencia no cesa en Egipto: más de 700 muertos en tres días
Las Fuerzas Armadas del gobierno interino utilizaron helicópteros para disparar hacia la multitud convocada por Hermanos Musulmanes contra la destitución de Mohamed Mursi. Saquearon 40 iglesias cristianas y las autoridades reportan al menos 100 muertos.
La convocatoria de los Hermanos Musulmanes para tomar las calles de todo Egipto, titulada “Viernes de Ira”, dejó un saldo de al menos 100 muertos por choques entre el Ejército y grupos de civiles armados.
A últimas horas de la jornada, los manifestantes islamistas acusaron a las fuerzas del Gobierno de abrir fuego contra la mezquita de Al Fath, que hace las funciones de morgue con al menos 20 cadáveres, pero las fuerzas del régimen señalaron que fue en respuesta a disparos que recibieron cuando se acercaban.
“Miles de personas están atrapadas en la mezquita y llevaban una hora bajo fuego”, aseguró, en un correo electrónico, el Partido de la Justicia y la Libertad, la rama política de los Hermanos Musulmanes, la influyente cofradía islamista de Mursi.
“Elementos armados disparan contra las fuerzas del orden desde el interior de la mezquita”, aseguró, por su parte, un responsable de la seguridad citado por la agencia de prensa gubernamental Mena.
Agrupados dentro de la “Alianza contra el Golpe de Estado”, los partidarios de Mursi pidieron a los manifestantes que sigan con las protestas diariamente a partir de este sábado para denunciar la muerte de más de 600 personas durante los enfrentamientos del miércoles.
En tanto, el Gobierno advirtió a los ciudadanos que se abstengan de acercarse al centro de El Cairo para que sus fuerzas puedan identificar con mayor precisión a los opositores, que ellos llaman «fuerzas terroristas».
“El Gobierno afirma que sus miembros, las Fuerzas Armadas, la Policía y el gran pueblo de Egipto están unidos para combatir el complot terrorista malintencionado urdido por los Hermanos Musulmanes”, según el comunicado del gabinete del primer ministro.
Los movilizados contra el golpe de Estado comenzaron la jornada dirigiendose a la plaza Ramsés, cerca de la principal estación de trenes en el país, donde el ejército colocó alambre de púas y tanques como contención.
La cadena Al Jazeera English entrevistó, en plaza Ramsés, a un manifestante, Ahmed Tohami, que describió estar siendo atacado con gases lacrimógenos en uno de los puentes que cruzan la capital egipcia.
Poco después, un testigo relató la dramática muerte de un manifestante por las balas de un helicóptero de las fuerzas del orden público: “Nunca había visto nada igual -señaló Said Mohamed a Al Jazeera-, mi amigo murió a mi lado y justo detrás había otra persona que también murió”.
“Nosotros corrimos a refugiarnos debajo del puente, para usarlo como ‘paraguas’ mientras el helicóptero seguía disparando sobre nosotros”, explicó.
Un funcionario de seguridad informó que 11 personas murieron durante un intento por ingresar a la fuerza en el principal edificio de seguridad en la ciudad de Fayoum, al oeste de El Cairo.
Las iglesias católicas también fueron atacadas. Residentes en diversas partes de Egipto formaron cadenas humanas alrededor de los edificios clericales para protegerlas de ataques. El padre Rafic Greiche, vocero de los obispos católicos del país, reportó que 40 iglesias fueron “saqueadas o incendiadas, cuando no totalmente destruidas”.
Las nuevas autoridades gubernamentales advirtieron que no permitirán ningún tipo de concentración permanente en lugares públicos debido al “estado de emergencia” y la ley marcial que rige en el país desde la masacre del miércoles, que costó la vida de más de 600 personas.
(Infobae)