En un partido emocionante, Newell’s debutó con una victoria ante Boca
La Lepra comenzó el torneo Inicial con un gran triunfo por 3 a 2 ante Boca en la Bombonera. Tras dos desventajas, por los goles de Blandi y Cata Díaz, el elenco de Berti lo dio vuelta por Casco y dos tantos de Aquino. Gran inicio del ciclo post Martino, con Bernardi y Aquino como grandes figuras.
Sigue siendo el mismo. Pese a las mutaciones varias, lo único que cambió fueron los nombres. Porque Newell’s no dejó de ser el Newell’s que conocemos, que vimos en el semestre pasado, que levantó la copa del torneo Final. Y es como si nada hubiera pasado: como si en lugar de Berti siguiera estando el Tata. Como si Scocco no se hubiera ido. Como si Maxi estuviera en la cancha. La Lepra comenzó la temporada con un triunfo resonante. Y le dio una lección de juego colectivo al desequilibrado Boca de Bianchi.
Arrancó torcido, el ciclo de Berti. A los cuatro minutos del encuentro, Nicolás Blandi definió dentro del área chica una gran jugada colectiva encabezada por Riquelme. Ese sonoro cachetazo, dado cuando nada había pasado, hacía presagiar una noche llena de problemas para la escuadra rojinegra, que arribaba con la incertidumbre de ver cómo reaccionarían sin su guía desde el banco y sin sus dos jugadores más desequilibrantes: Nacho y la Fiera. Pero prontamente, y pese al 0-1, las dudas se disiparon. Porque la Lepra siguió teniendo su misma identidad.
Con Bernardi como abanderado, los del Pelado siguieron dándole importancia a la circulación fluida del balón, a las asociaciones conjuntas terreno arriba, a la presión de mitad hacia delante. Y cuando el mediocampo hizo pie, las acciones empezaron a torcerse para el lado rosarino. A los 15 minutos, llegó el primer empate: Casco recibió una estocada fabulosa de Bernardi al vacío y penetró para establecer el 1 a 1. Un gol que puso todo como al principio.
En medio de un dominio que empezaba a hacerse nítido de la Lepra, llegó el segundo de los de Bianchi: a la salida de un córner, a los 30 minutos, Cata Díaz reventó el arco de Guzmán con un derechazo y puso el 2 a 1. Conquista que sería la última del primer acto, pese a que a los 37, Figueroa lo tuvo mano a mano y falló; y que a los 39’, Loustau juzgó que la mano de Blandi que se impuso entre el pie derecho de Mateo y el empate no era penal.
Pero en el inicio del complemento, Newell’s hizo todo lo que no logró en ese sprint final del primer acto: al minuto, Bernardi limpió para Figueroa, que lo dejó mano a mano a Aquino para el 2 a 2; y a los 5’, el recuperado goleador paraguayo clavó al ángulo un cabezazo tras un centro desde la derecha. De repente, en apenas cuatro minutos, el conjunto de Berti plasmó la diferencia conceptual y colectiva que había exhibido ante el dubitativo Boca, que es un equipo distinto cuando debe defender.
Solo la inercia de Boca, que se fue aguas arriba empujado por su corazón, y la impericia de Newell’s para definir de contragolpe (fallaron mano a mano Tonso y Muñoz) impidieron que los del Parque celebraran con mayor comodidad un triunfo que de todas maneras llegó. Despertando en sus hinchas la esperanza y la certeza de que todo lo que Martino dejó en su ciclo no será borrado de un plumazo. Más bien, todo lo contrario: con esta actuación, Berti dejó en claro que piensa moverse dentro del perímetro futbolístico que el Tata marcó a fuego en su año y medio de colección.
(Rosario3)