Carrió violó la veda y Michetti se enojó con Macri

Lilita dijo que la lista completa de Unen va a ganar en Capital, luego de votar en Recoleta. En el mismo barrio, la candidata del PRO llegó tarde a un desayuno con el jefe de gobierno y se fue enojada porque no la esperaron para salir en televisión.

Elisa Carrió fue la primera candidata que violó la veda electoral. Luego de votar, la candidata a diputada por la lista Coalición Sur del frente Unen auguró hoy que esa fuerza política ganará en la Capital.

«La lista completa con todos los votos gana la Capital (Federal)», vaticinó Carrió al emitir su sufragio pasadas las 10 en la mesa 798 de la Escuela N° 3 «Onésimo Leguizamón», en el barrio porteño de Recoleta.

Enfundada con una chalina naranja sobre su cuello, la candidata contó que en esta ocasión no recurrió a cábalas, y dijo que como lo hace todos los días, hoy dormirá una siesta, y luego alrededor de las nueve de la noche se acercará a la sede de su bunker a esperar el resultado de los comicios.

«Unen es una sola fuerza, que elige democráticamente» a sus candidatos, destacó Carrió quien consideró que en esta jornada electoral «lo más importante es defender la libertad; el ciudadano con su voto defiende o hace perder su libertad».

Por otro lado, la primera candidata a senadora del PRO en la Capital, Gabriela Michetti, se enojó con Mauricio Macri y se retiró enojada del bar de Recoleta en el que el jefe de gobierno desayunó junto a sus candidatos.
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Mauricio Macri vota esta mañana.
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Michetti llegó tarde al desayuno y advirtió que el líder del PRO ya estaba hablando frente a las cámaras de televisión. La ex vicejefa no pudo soportar que no la esperaran para hablar con los medios y se fue furiosa del bar.

Su compañero de fórmula, Diego Santilli, y el primer candidato a diputado del PRO, Sergio Bergman, intentaron convencerla de que se quedara, pero la bronca de Michetti pudo más.

Los encargados del protocolo habían pautado que Macri apareciera frente a las cámaras y que luego los móviles de la televisión lo siguieran hasta la escuela en la que el jefe de gobierno tenía que votar, a sólo una cuadra del bar. A Michetti le cayó muy mal que las cámaras no la apuntaran a ella, como lo hicieron con el resto de las cabezas de lista de los demás frentes electorales.

(Lapolíticaonline)