Mangeri cada vez más complicado, encuentran cabello en la soga en la que fue maniatada Ángeles
Lo determinaron los estudios genéticos. Y se supo que la chica sufrió una larga agonía.
Cada semana la situación del portero Jorge Mangeri (46) parece complicarse más y más. Esta no fue la excepción. Como estaba previsto, ayer se conocieron los resultados de una batería de pericias, principalmente de rastros, y una de ellas lo volvió a colocar como principal y único sospechoso del crimen de Angeles Rawson (16). Según confirmaron fuentes judiciales a Clarín, los peritos encontraron un pelo del portero en una de las sogas con las que apareció atado el cuerpo de la víctima en la planta de la Ceamse de José León Suárez, el martes 11 de junio.
“El rastro genético de Mangeri fue encontrado en un pelo que quedó adherido a la soga que estaba atada a uno de los tobillos de Angeles”, detalló una fuente consultada. Y agregó que la chica fue atada cuando estaba con vida.
Al portero ya lo había incriminado seriamente un primer cotejo de ADN que determinó que su código genético estaba debajo de las uñas de la víctima. En otras palabras, que la chica lo rasguñó en un acto de defensa. Esa era hasta ahora la prueba más fuerte en su contra, aunque no la única.
Ayer también se esperaba que se confirmara un rumor extendido desde la semana pasada que sostenía que en dos manchas recogidas en el departamento de Mangeri (en Ravignani 2360) se había encontrado ADN de él y de Angeles. Esto quedó descartado: los informes girados al juez habrían manifestado que la muestra era muy pobre como para extraer de ella resultados. Del mismo modo se desmintió que en esas muestras haya aparecido ADN del perito de la defensa, Gabriel Boselli.
Los diversos informes recibidos ayer por el juez siguen sin responder a dos de los misterios principales del caso: dónde fue atacada Angeles Rawson y cuál fue el móvil de ese ataque. Sobre esto aún no hay respuestas, aunque a medida que se avanza en la investigación sí van surgiendo pistas.
Algunas de ellas llegaron ayer al despacho del juez a través de las conclusiones de la junta médica que Ríos convocó para analizar y debatir los resultados de la autopsia y de una serie de lesiones que tenía Mangeri en su cuerpo. Los peritos oficiales María Alejandra Preibisch y Reynaldo Ludueña, junto a los de parte, tuvieron que ampliar su análisis sobre la famosa lesión número 33 que presentaba el portero en la ingle. El juez quería saber si esa herida, descripta como una “escoriación lineal de 11 milímetros en trocánter izquierdo compatible con presión y roce con superficie dura de aristas filosas”, era un arañazo y si para recibirla era una condición necesaria que Mangeri haya estado con los pantalones bajos.
En relación a este punto –que se orienta a determinar un posible móvil sexual del crimen–, los peritos informaron que no pueden asegurar categóricamente que la lesión fuera producida por una uña. Sí están seguros de que hubo “contacto directo” entre el elemento productor y la lesión. En otras palabras: que no hubo ropa de por medio.
En lo que parece no haber un completo acuerdo entre los médicos es sobre el momento en el que Angeles murió. Forenses oficiales y de la defensa que analizaron las causas de la muerte concluyeron que la chica “padeció de un período agónico prolongado” y que no fue estrangulada, sino que murió por “aplastamiento” entre la basura en la que fue hallado su cadáver.
De acuerdo al informe de esta junta que recibió el juez de la causa, Javier Ríos, los peritos de la querella consideraron, en disidencia, que “la muerte se produce con anterioridad a su compactación” en el camión de basura. (Clarin)