Disparan a policía que custodiaba boliche: tiene muerte cerebral
Jorge Currie, de 27 años, hacía adicionales en Yamper. El incidente ocurrió ayer a las 4 en Ovidio Lagos al 4500. El acusado de dispararle quedó internado y detenido en el Heca.
Un policía de 27 años fue gravemente herido de bala en la cabeza en un tiroteo mientras prestaba servicio adicional frente al boliche Yamper, en la zona sudoeste, y al cierre de esta edición se encontraba con diagnóstico de muerte cerebral en el Sanatorio Laprida. En el incidente resultó herido con cinco orificios de bala un joven de 22 años que anoche permanecía internado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), fuera de peligro y con custodia policial en calidad de detenido. Este muchacho está acusado de haberle disparado al agente cuando éste se acercó para identificarlo ante la sospecha de que portaba un arma. Por el hecho fueron arrestadas otras cuatro personas aunque una chica recuperó la libertad por ser menor.
Agente del Comando Radioeléctrico, el policía Jorge Andrés Currie prestaba un servicio adicional de vigilancia en el boliche cuando se produjo la balacera, cuya mecánica hasta ayer aún estaba clara. Lo cierto es que el efectivo fue herido por un proyectil que se le incrustó en el cerebelo y anoche no registraba actividad cerebral.
En ese marco la familia de la víctima evaluaba la posibilidad de donar sus órganos y, a tal fin, un equipo de profesionales del Centro Unico de Ablación e Implantes de Organos (Cudaio) realizaba estudios más precisos sobre el estado del efectivo (ver aparte).
En la vereda. Según fuentes policiales, el enfrentamiento ocurrió a las 4 del domingo frente al boliche Yamper, de Ovidio Lagos 4564, a metros del cruce de la avenida con Fragata Sarmiento. Currie se encontraba en la vereda con otro uniformado, mientras que otros tres policías realizaban tareas de vigilancia dentro del local.
De acuerdo con lo que pudieron reconstruir los investigadores, a esa hora se desató una pelea en la vereda. En medio de esa situación, un muchacho se acercó a los uniformados, señaló a un grupo de jóvenes que había llegado al local a bordo de dos motos y les advirtió que uno de ellos portaba un arma de fuego.
Entonces, cuando los efectivos se acercaron a identificarlos, algunos escaparon pero dos se quedaron en el lugar. Uno de ellos forcejeó con Currie, mientras que el restante comenzó a disparar.
Según esa versión oficial, el muchacho tiró con un arma que al parecer habría sido un revólver. Currie fue alcanzado por un proyectil que ingresó por un hombro y realizó un recorrido interno hasta alojarse en la parte trasera de la cabeza.
Ayer no estaba claro si el policía herido alcanzó a realizar un par de disparos, pero según una fuente policial su compañero sí admitió haber respondido con tiros. En este sentido, las dos pistolas calibre 9 milímetros de los efectivos fueron secuestradas para determinar de dónde partieron las balas que alcanzaron a Brian L., de 22 años, acusado de ser quien abrió fuego contra Currie.
«Forcejearon en el medio de la calle. El delincuente sacó el arma y tiró. Hizo cuatro disparos pero a mi compañero lo hirió sólo uno», contó bajo reserva de su nombre un efectivo que trabajaba con Currie y que acudió al lugar apenas el agente cayó desvanecido en el asfalto. «Se tirotearon a la par, a muy corta distancia», acotó.
Luego de ser herido, el policía fue transportado en el acto por un patrullero hasta el Heca. Llegó con un paro cardíaco, fue reanimado y trasladado al Sanatorio Laprida. «Es una excelente persona, salía todos los días a laburar y ahora que se está debatiendo entre la vida y la muerte sentimos mucha impotencia bronca», apuntaban ayer a la tarde otros colegas de Currie que hacían guardia en la vereda del sanatorio a la espera de novedades sobre el estado de salud del empleado.
En taxi. En este contexto, una alta fuente de Jefatura de la Unidad Regional II indicó ayer que Brian L. fue alcanzado por dos balazos, aunque el parte médico reportó cinco orificios (pueden ser de entrada y salida de un mismo proyectil): dos en una axila, uno en un hombro y dos en el tórax.
Distintas fuentes consultadas coincidieron en que cuando Currie cayó, el joven acusado de dispararle escapó del lugar en un taxi. Pero como el conductor se dio cuenta de que estaba su pasajero herido, lo bajó en bulevar Seguí al 3000 y enseguida avisó al 911.
En ese marco Brian L. fue detenido cuando «caminaba con mucha dificultad por las heridas» hacia su casa, en la zona de Seguí y Campbell.
El joven fue internado en una sala del Heca fuera de peligro y con custodia policial, acusado de ser el autor del ataque al policía. Fuentes de la Jefatura indicaron que cuenta con antecedentes penales por tentativa de robo, lesiones y encubrimiento.
Apresados. En las inmediaciones del boliche, en tanto, fueron apresados otros cuatro jóvenes. Se trata de dos hombres de 20 años que fueron alojados en la comisaría 18ª y una chica de 18 que también anoche continuaba detenida a disposición del Juzgado de Instrucción Nº 3. Además, una chica de 17 años recuperó la libertad por ser menor de edad.
Todos quedaron acusados de resistencia calificada a la autoridad y herida de arma de fuego, imputación que podría derivar a homicidio. (LaCapital)