La selección nacional sumó un punto en la altura, pero debe mejorar
Por las inusuales condiciones de jugar en la altura, Argentina cumplió con llevarse un punto de Quito, así como lo hizo en La Paz. Es cierto que no es fácil convivir en un terreno adverso por naturaleza, por eso para el seleccionado el empate costó pero valió. Por esto es destacable. Como así la tarea del frontón Sergio Romero, quien además de tener que tapar todo lo que generaba el adversario tuvo que imaginar los errores que cometieron sus defensores, quienes ayer no dejaron de equivocarse. Si hasta Rojo casi la mete en el propio arco.
Pero si es necesario evaluar el funcionamiento colectivo del seleccionado, ahí aparecen las preocupaciones, porque así como en el llano del Monumental de Núñez ante Colombia, ayer en Quito el equipo mostró groseros rendimientos del medio hacia atrás, los que deberán ser corregidos rápidamente, porque proyectar este déficit al Mundial de Brasil provoca preocupación.
Y eso que contra todos los pronósticos el equipo de Sabella consiguió ayer una ventaja gracias a la visión de Di María, que sacó un remate potente ante la pasividad alarmante de Guagua y Erazo que devolvió Domínguez con dificultad, y el rebote derivó en Palacios, quien alargó hacia la derecha para superar al arquero ecuatoriano, quien con su estirada lo derribó. Penal. Agüero lo ejecutó y hasta el festejo albiceleste fue con menos intensidad para graduar el aire.
Ese fue el momento propicio para darle el golpe de gracia a un Ecuador que tambaleaba en su impotencia y su falta de atrevimiento, pero los de Sabella se replegaron instintivamente y allí apareció lo mejor de la Tri, con las incursiones de Valencia por derecha y Montero por izquierda, quienes hicieron flamear a Peruzzi y Rojo en cada desborde.
Así a los 17 un centro de Ayoví al corazón del área encontró a Segundo Castillo elevándose tras ganarle la posición a Federico Fernández y meterla con un fuerte cabezazo para decretar la igualdad.
Argentina sintió el impacto y Ecuador fue avasallante. Montero estuvo intratable en los minutos finales del primer tiempo, Peruzzi le vio siempre el número 9 de la espalda, como Rojo y Basanta sufrieron horrores cuando Valencia se metía en diagonal hacia la derecha.
Ese contexto exhibía a Mascherano muy solo en la contención, ya que Banega no ayudaba en la marca y tampoco se erigía en distribuidor, quedando en la más absoluta soledad Di María, quien una vez más mostró sus cualidades para encontrar oxígeno donde no lo hay.
En el complemento el partido ingresó en una chatura imprevista ante una actitud de desmedido respeto por parte de Ecuador. Montero perdió en dos ocasiones con Romero, luego Caicedo sufrió una infracción del arquero que el paraguayo Cáceres no sancionó, y de ahí en más fue monótono, hasta que entró Messi, porque con su ingreso la expectativa creció, la preocupación ecuatoriana se sintió y Argentina se animó un poco más.
Pero está claro que Messi en la altura pierde aire, y por ende su magia. Tuvo un par de asistencias y un remate que se fue desviado, como así Di María, que si no hubiera sido porque Domínguez lo apuró tal vez Angelito convertía el segundo a minutos del final.
Final que encontró un empate que le sirvió y mucho a la selección nacional, pero que dejó muy afligida a Ecuador, por su situación preocupante en cuanto a la clasificación, tan preocupante como el bochorno que protagonizó Mascherano con el carrito y la policía, lo que le representó la roja.
Repechaje seguro y con 3 más directo a Brasil
Argentina sigue liderando las eliminatorias con 26 puntos y aunque no logró la clasificación al Mundial 2014, ya se aseguró la plaza del repechaje. Igual sólo le falta sumar tres unidades para sellar el pasaje. No podrá hacerlo en la próxima fecha, donde queda libre, porque tanto Perú y Uruguay, que pueden alcanzarlo, juegan entre sí y alguno de los dos quedará 5º y con posibilidades. Pero sí lo haría en la siguiente donde visita a Paraguay. Si lo vence, estará en Brasil, y con otra combinación también podrá clasificar.
(La Capital)