Y el Coloso, fue una fiesta. Newell´s aplastó a Unión
Newell’s cumplió su trabajo con una goleada. Ni más, ni menos. Necesitaba la complicidad de un triunfo contundente para apurar el tiempo, envalentonar su paso y mantener a raya a River y Lanús, sus principales perseguidores.
Newell’s cumplió su trabajo con una goleada. Ni más, ni menos. Necesitaba la complicidad de un triunfo contundente para apurar el tiempo, envalentonar su paso y mantener a raya a River y Lanús, sus principales perseguidores. Por eso, el estridente 5 a 0 de anoche sobre Unión en el Coloso mostró que el conjunto de Martino tiene firmes las riendas del torneo y que continúa siendo el gran candidato a quedarse con el codiciado título.
Fue un gesto extraordinario, festivo, impactante. Implantado en el momento justo. Como para despejar cualquier incertidumbre de ocasión, y también para enterrar los incómodos vestigios del traspié de la semana anterior en Floresta. Con goles que le dieron volumen y efervescencia a un tanteador inapelable. Y con el aporte vital de los referentes leprosos, esos que regresaron al club para marcar caminos y acercar sueños.
Esta victoria aplastante le permitió a Newell’s volver a ser el único puntero, a tres unidades de distancia de River. Y esta encendida actuación se transformó además en un extraordinario incentivo anímico de cara a la recta final del certamen. Así, a falta de dos compromisos (Rafaela -V- y Argentinos -L-), los leprosos miran a todos desde arriba, motivados, orgullosos, y en una posición inmejorable. Saben que su destino sigue dependiendo de su propio esfuerzo, de su fútbol y de su decisión.
De a poco, como modelando una ilusión que no deja de crecer, el equipo rojinegro fue trabajando el partido de ayer. Con paciencia y espíritu de artesano, respetó su libreto guía, y no se volvió loco cuando no pudo convertir en la media hora de juego inicial, a pesar de que exigió a Limia varias veces. Sabía que las diferencias que existen a simple vista con el descendido Unión podían salir a la luz en cualquier momento. Y fue cuestión de tiempo nomás, y de peso específico.
A los 31′, después de un córner de Figueroa, La Fiera Rodríguez cabeceó en el segundo palo y clavó un golazo en el ángulo izquierdo tatengue. Ese gol fue la llave del partido, la que destrabó al rival y desató la fiesta. Es que desde allí ya no hubo más contienda. Porque Newell’s se encontró a sí mismo, comenzó a mover la pelota y descansó en su suficiencia para encontrar muchas grietas en la resistencia rival.
Por eso no extrañó que, a los 42′, Maxi inició una contra con aplomo y astucia, habilitó a Scocco y Nacho definió en dos instancias ante la salida de Limia. Ese segundo tanto rojinegro, fue una especie de embriagador anuncio de lo que se venía.
Y el complemento terminó de reflejar dos realidades diametralmente opuestas. Newell’s se vistó de gala ante los aplausos de su gente, y Unión paseó sus harapos y sus ingenuidades por el Coloso. A los 54′, Heinze convirtió de mediavuelta su primer gol con la camiseta que lo vio nacer, a los 71′ La Fiera consiguió su doblete con un potente disparo entrando al área, y a los 80′ Urruti estableció el quinto de cabeza tras una avivada de Orzán.
Así, Newell’s armó su propio Parque de diversiones. Demostró que cuando se anima a jugar, es muy serio. El mejor del ámbito doméstico. Y disipó la niebla con personalidad, toques y goles. El equipo del Tata cautiva, sueña despierto y va por todo. (La Capital)