Siria al borde del colpaso

En su residencia presidencial veraniega Wladímir Putin escuchó detenidamente al jefe del gobierno israelí Benjamín Netanyahu, quien lo visitó para que lo ayude a poner fin al caos sirio.

Putín, con un cinismo aterrador, debió disimular mientras escuchaba a su interlocutor, que este último sabe que le está vendiendo al gobierno de Siria antimisiles S- 300, considerados los más modernos y autónomos del mundo.

Netanyahu, a su vez, debe disimular que conoce que Putín pidió por los 4 misiles que vendió 1.000 millones de dólares y que la venta constituye un daño potencial muy importante para la defensa israelí.

El soviético, además, impide que Siria sea bombardeada y, entretanto, organiza junto a China una conferencia sobre el conflicto sirio con representantes del régimen de Al Assad.

La ONU no quiere ver el partido desde la tribuna y decidió enviar en el final de esta semana a su secretario general Ban Ki- Moon a Moscú porque ya no puede explicar más las más de 94.000 muertes violentas ocurrida en Siria, según lo estableció el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, organismo que hace su estadística luego de recoger datos de fuentes militares y de médicos que actúan en el territorio donde se producen las hostilidades.

Los turcos se niegan a mirar hacia otro lado, ya que hace horas explotaron dos bombas en la ciudad de Reyhali, una especie de población de paso para decenas de miles de refugiados sirios que es utilizado como centro de ayuda humanitaria.

Barak Obama, quien está siendo contenido por el Pentágono para que no desate una ofensiva militar de inconmensurables proporciones, mantiene contactos con el primer mandatario turco Bulent Arinc, ya que este último le comunicó que sus expertos le demostraron que Al Assad ya utilizó armas químicas. Es más, el titular del gobierno de Turquía estaría montando en secreto campamentos para ayudar a refugiados que crucen la frontera hacia su país una vez que se compruebe definitivamente el uso de armamento de las características apuntadas.

Los números del aludido observatorio son claros: Ya murieron 4.788 niños, se contabilizaron 34.473 civiles mayores muertos y cayeron bajo las balas 12.916 combatientes rebeldes.

Entre las fuerzas leales al régimen hay 16.729 soldados abatidos y 12.000 milicianos muertos, mientras que se desconoce el destino de 2.500 agentes leales a Assad. La totalidad de las muertes fueron documentadas y se presume que desde que se inició la guerra civil en marzo de 2011 habría un total de 120.000 caídos en el conflicto.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com